La lava trae la puntilla para los pescadores del caladero de Tazacorte
Entre 30 y 40 marineros temen por su futuro después de la llegada de la colada al mar, tras un mal año para un sector que sustenta a unas 150 familias locales
“A corto plazo estamos jodidos, para qué negarlo”. Nicolás San Luis es propietario de un barco de siete metros de eslora procedente de La Bombilla (municipio de Los Llanos de Aridane), en La Palma. Tiene su base en el muelle de Tazacorte, al igual que otros 30 o 40 pescadores artesanos dedicados a la pesca de bajura, actividad que se lleva a cabo en pequeñas embarcaciones cerca de la costa. Son más de la mitad de todos los que operan en la isla.
La desembocadura de la lava procedente del volcán de Cumbre Vieja en lo que hace solo dos días era la Playa del Guirre (o Playa Nueva), en la noche del martes ha constituido una suerte de puntilla para lo que venía siendo “uno de los peores años” de los trabajadores de la zona, según Pedro Hernández, de la Cofradía de Pescadores. Sepultó un “caladero especialmente rico”, según sus palabras. De estas aguas depende el sustento de unas 150 familias de la zona. Y el tiempo corre en su contra.
Es miércoles por la tarde y la dársena pesquera del puerto de Tazacorte está desierta; la Cofradía de Pescadores local, cerrada a cal y canto. Es un mal día para los pescadores de la zona. Y eso, a pesar de que el 29 de septiembre constituye tradicionalmente una jornada de alegría por ser el día de San Miguel, patrono de Tazacorte y de la isla de La Palma. A poco más de dos kilómetros, sin embargo, se atisban las nubes de humo blanco que manan del océano Atlántico en el que solían pescar. A pocos metros, amarrados a las dársenas, están todos los barcos fondeados sine die.
“Es una situación muy complicada para bastantes ciudadanos”, recalca el alcalde de Tazacorte, Juan Manuel Rodríguez. “A ver cómo salimos de esta, habrá que articular ayudas”. El consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de la Palma, José Adrián Hernández, coincide. “Estamos preocupados”, sentencia. El problema, según recalca un técnico del Cabildo que reclama que no se revele su identidad, “es que la gente necesita las medidas ya”. “Y la cosa es que todo lo que se está poniendo encima de la mesa es a medio plazo”, explica. “La situación está muy mal: no pueden pescar y las hipotecas y las facturas y la Seguridad Social no paran”.
El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores Nuestra Señora del Carmen remitió el pasado 23 de septiembre una carta al ministro de Pesca, Luis Planas, en la que se exponía la “verdadera pesadilla” que por la que está pasando el sector. Entre las propuestas de los pescadores figuran el aplazamiento o suspensión del pago de las cotizaciones sociales en el Régimen Especial del Mar, que se permita a las empresas pesqueras asociadas adherirse a los ERTE diseñados para la pandemia de covid (algo que el Gobierno ha aprobado este martes), que se concedan ayudas extraordinarias, que se programe una línea “excepcional y voluntaria” de subvención dirigida a la paralización temporal de la actividad pesquera o que se otorgue una cuota excepcional de pesca para los barcos asociados
La secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz, ha indicado este martes que su departamento está “evaluando” las consecuencias de la erupción volcánica sobre la actividad pesquera y la Reserva Marina Isla de la Palma antes de “articular medidas”. Villauriz, eso sí, ha mostrado su solidaridad con los habitantes de la isla, y en concreto para los pescadores de Tazacorte.
La desembocadura del volcán en la costa oeste de La Palma solo ha acentuado un mal momento que el sector llevaba tiempo atravesando. Desde hace meses, los pescadores han notado que los peces han desaparecido, asegura Nicolás San Luis. “Veníamos notando una merma. Y claro, atando cabos no me extrañaría nada que estuviesen huyendo por los terremotos o cualquier otra causa relacionada con el volcán”.
No está solo en esta opinión. Camacho aseguraba en su carta al ministro que habían detectado durante la faena pesquera que las capturas “han descendido drásticamente”. “Observamos que el pescado costero se aleja de la costa, la ausencia de capturas de camarón e igualmente la huida a mayores profundidades de los pequeños pelágicos utilizados como carnada para otras pesquerías”, decía. Pedro Hernández, de la cofradía de pescadores de Tazacorte, aseguró recientemente a EL PAÍS que llevan seis meses “de merma en las capturas. Ha sido uno de los peores años que hemos tenido”.
Sin embargo, no todo son malas caras entre los pescadores. El futuro a corto plazo pinta turbio. Pero Nicolás de Juan tiene un halo de esperanza: “¿Quién sabe si el volcán va a traernos más pesca en un futuro? Miren lo que pasó en el Hierro, donde los ecosistemas han florecido tiempo después”.
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