Tres nuevas muertes convierten Irán en el segundo país con más víctimas mortales del Covid-19
El Gobierno iraní cierra centros educativos y culturales en 14 provincias hasta el próximo fin de semana
Irán ha anunciado este domingo la detección de otros 15 casos del coronavirus Covid-19 y la muerte de 3 de las personas diagnosticadas. Eso eleva a 43 los infectados y a 8 los fallecidos desde el miércoles, cuando las autoridades admitieron los dos primeros muertos. En un intento de frenar el brote, el más mortífero fuera de China, el Gobierno ha ordenado el cierre temporal de escuelas, universidades y centros culturales en 14 de las 31 provincias del país. No obstante, estas medidas no han logrado aplacar el malestar público por la gestión de la enfermedad.
Ocho de los nuevos infectados, como la mayoría de los anteriores, se han producido en la ciudad de Qom, un importante centro teológico chií situado a 150 kilómetros al sur de Teherán, según ha informado el portavoz de Sanidad, Kianush Jahanpur, al dar cuenta de los últimos casos. Ese factor añade presión a los responsables, ya que allí residen los más destacados clérigos del país y acuden a formarse miles de chiíes de todo el mundo, además de peregrinos de esa rama del islam. Lo último que desea la República Islámica es que se asocie esa ciudad santa con la epidemia.
“El virus ha llegado desde China. Un comerciante de Qom que murió del Covid-19 solía viajar regularmente a ese país… Aunque las conexiones [desde Irán] estaban suspendidas, utilizó vuelos con escala”, ha declarado el ministro de Sanidad, Said Namaki, en la televisión estatal. Con anterioridad, la agencia de noticias IRNA había citado a una responsable de ese ministerio que atribuía el contagio “probablemente a obreros chinos que trabajan en Qom y que viajaron a su país para celebrar el año nuevo”. Según esta fuente, las personas infectadas en esa ciudad no habían tenido ningún contacto con China.
Namaki ha desaconsejado viajar a Qom. De momento, se han cerrado seminarios religiosos y otras instituciones educativas y culturales durante una semana. Esa “medida preventiva” se extiende también a otras 13 provincias, incluida la de Teherán, según informa PressTV. Además, se ha decretado que los eventos deportivos se celebren sin espectadores para evitar las aglomeraciones.
Pero estas decisiones llegan tarde para evitar que Irán haya exportado el virus a Líbano y que haya cundido el temor entre sus vecinos. Afganistán, Pakistán y Turquía han anunciado el cierre de sus fronteras con la República Islámica, en tanto que Irak sólo permite el regreso de sus ciudadanos desde ese país. Mientras, dos iraníes fueron diagnosticados el sábado en Emiratos Árabes Unidos, donde se encuentran de visita.
El retraso de las autoridades de Teherán en tomar medidas y las informaciones contradictorias para explicar el origen del brote han fomentado la desconfianza de la población. Los iraníes están muy escaldados con sus dirigentes tras el incidente del avión de pasajeros derribado por un misil de la Guardia Revolucionaria a principios de enero (cuya responsabilidad tardaron tres días en admitir) y la represión a las protestas por la subida de la gasolina dos meses antes.
La preocupación ha lanzado a los ciudadanos a abastecerse de mascarillas y geles desinfectantes. La mayoría de quienes trabajan de cara al público se protegen con antifaces, algunos incluso utilizan guantes. “He estado esta mañana en un centro comercial y todo el mundo las llevaba puestas”, cuenta un residente del barrio de Velenjak, al norte de Teherán. “No obstante, la situación estaba tranquila y no había desabastecimiento”, añade.
En un gesto hacia la población, el responsable del Departamento de Alimentos y Medicinas, Mohammad Reza Shanehsaz, ha anunciado que las mascarillas protectoras van a distribuirse de forma gratuita en los centros oficiales, en lugar de venderse en las farmacias, y que va a darse prioridad a las provincias afectadas por el virus. El alcalde de la capital iraní, Piruz Hanachi, ha asegurado por su parte que todos los lugares públicos, incluidos los vagones del metro y los autobuses, se desinfectan cada noche.
No hay españoles en Qom
Ante el brote de coronavirus, las embajadas occidentales en Teherán han suspendido reuniones de trabajo y recepciones, además de aconsejar a sus nacionales que no viajen a Irán si no es imprescindible. España (cuya recomendación de viaje puede encontrarse aquí) tiene una colonia de 170 personas en la República Islámica, en su mayoría mujeres casadas con iraníes y sus hijos. "En este momento, no hay ningún español en Qom", señalan fuentes diplomáticas. La Cancillería tiene constancia de dos grupos de turistas que están de gira por el país.
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