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El Supremo de Brasil declara obligatoria la vacuna contra la covid-19

El fallo autoriza a los Estados a sancionar a quienes no se la apliquen y supone un duro golpe a la política negacionista del presidente Jair Bolsonaro

Una enfermera sostiene una vacuna experimental de Sinovac, en el hospital Sao Lucas, Brasil.
Una enfermera sostiene una vacuna experimental de Sinovac, en el hospital Sao Lucas, Brasil.DIEGO VARA (REUTERS)

El Tribunal Supremo de Brasil decidió este jueves que la vacunación contra el covid-19 sea obligatoria en el país. Por diez votos contra uno, los jueces entendieron que la población no puede ser forzada a vacunarse, pero que la decisión individual de cada persona no está por encima de la salud colectiva. En la práctica, esto significa que quien se niegue a inmunizarse puede ser sancionado por el gobierno Federal, los Estados y los municipios. Las restricciones pueden incluir, por ejemplo, la prohibición de abordar un medio de transporte o frecuentar espacios públicos. La decisión del Tribunal Supremo representa una derrota para el presidente Jair Bolsonaro, que ha declarado públicamente en varias ocasiones que está en contra de la vacunación obligatoria.

El martes, durante una entrevista, Bolsonaro dijo que no se aplicará la vacuna. “Si alguien piensa que mi vida está en riesgo, el problema es mío y eso es todo”, advirtió. Bolsonaro tampoco participará en las campañas para alentar a la población a vacunarse contra la covid-19, según dijo el ministro de Salud, Eduardo Pazuello. “Sea el presidente voluntario o no, creo que es el mismo enfoque: refuerza la voluntariedad, no la obligación. Es una visión”, dijo el ministro Pazuello en una sesión en el Senado el jueves.

El presidente también ha promovido que las personas que reciben la vacuna firmen un formulario de consentimiento. Sin embargo, el titular de la Cámara de Representantes, Rodrigo Maia, dijo que no incluirá esa propuesta en la votación que autorizará a Brasil a unirse al consorcio mundial liderado por la Organización Mundial de la Salud para proporcionar acceso a las vacunas a precios más bajos. Maia también calificó de “lamentable” la decisión del Bolsonaro de no vacunarse. “Mientras lucha por el tema, miles de brasileños se infectan y cientos pierden la vida. Está tratando un asunto tan grave de una manera irresponsable. Pero confío en que entenderá su papel, no hará una guerra ideológica y responderá a los deseos de la sociedad brasileña”, criticó el político.

La oposición ya ha celebrado la decisión del Tribunal Supremo. El exministro de salud y diputado Alexandre Padilha (Partido de los Trabajadores) subrayó que la vacuna no es una protección individual sino colectiva. “Los que se vacunan se protegen a sí mismos, a sus padres, a sus hijos, a sus compañeros de trabajo, a sus pares”, dijo en Twitter. El diputado federal Marcelo Freixo consideró importante la decisión después de que Bolsonaro criticara públicamente la vacuna. “Solo ganaremos a la covid-19 si luchamos juntos y pensamos en el otro. Cuidar de ti mismo es cuidar de todos”, dijo el diputado del izquierdista PSOL.

La sentencia del Tribunal Supremo surgió de dos demandas presentadas por partidos políticos. En la primera, se preguntó a los ministros si los Estados y municipios tenían la facultad de determinar la vacunación obligatoria durante la pandemia. En la segunda, el PTB, un partido aliado de Bolsonaro, pidió a la Corte Suprema que declarara inconstitucional la vacunación obligatoria. Los jueces decidieron confirmar la primera tesis y rechazaron la segunda. También se juzgó una tercera acción sobre el tema, en la que se cuestionaba si el Estado podía obligar a los padres a vacunar a sus hijos a pesar de objeciones filosóficas, religiosas, morales y existenciales. La decisión, también en este caso, fue favorable a la obligación de vacunación.

Durante el juicio, los ministros del Supremo recordaron, por ejemplo, la obligación de votar, en la que el votante no es coaccionado a ir a las urnas pero puede sufrir sanciones si no cumple.

Importación rápida de vacunas

La Corte también determinó que los alcaldes y gobernadores pueden importar directamente las vacunas en caso de que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) no apruebe el uso de marcas ya registradas en los organismos reguladores internacionales en un plazo de 72 horas. Las vacunas autorizadas por al menos uno de los organismos de salud citados por la ley -de la Unión Europea, los Estados Unidos, Japón o China- y distribuidas comercialmente en los respectivos países pueden ser adquiridas por los gestores locales si no se cumple el plan nacional de vacunación o “no se proporciona una cobertura inmunológica oportuna y suficiente contra la enfermedad”. La decisión se produce en medio de las críticas por una supuesta injerencia de Bolsonaro en la agencia Anvisa.

Pese a las críticas que recibe, el ministro Pazuello dijo que Brasil está a la vanguardia del mundo con su plan de vacunación, incluso por delante de países como Reino Unido, Estados Unidos y Rusia, que ya han comenzado sus programas nacionales. Según el ministro, Brasil puede recibir 24,7 millones de dosis de vacunas de AstraZeneca, Pfizer y Sinovac en el mes de enero, si estos inmunizantes reciben el aval de Anvisa y los laboratorios cumplen el calendario de entrega.

Hasta ahora, el Gobierno solo ha firmado un contrato con AstraZeneca. Considerando las tres vacunas, la previsión de Brasil es llegar a 93,4 millones de dosis para marzo, lo que supondría vacunar a poco más de 42 millones de personas, teniendo en cuenta la necesidad de dos dosis por persona y las pérdidas debidas a posibles problemas logísticos. “No estamos siendo atropellados, estamos en la vanguardia”, dijo Pazuello, un día después de presentar oficialmente el plan operativo de vacunación de Brasil. El documento contempla la adquisición de la vacuna china, rechazada por Bolsonaro.

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