Putin manda al Ejército a combatir el coronavirus en una mina de oro de Siberia

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha enviado al Ejército para combatir un brote de coronavirus en la mina de oro más grande del país, Olimpiada, en Siberia. En la planta de extracción mineral, propiedad de Polyus PJSC, a unos 550 kilómetros al norte de la ciudad de Krasnoyarsk, se han confirmado 400 infectados entre sus trabajadores. El Ministerio de Defensa ruso ha empezado ya a construir en la zona un hospital de campaña y consultorio médico con capacidad para tratar hasta 1.100 personas en total, y ha trasladado más de 300 militares, dos toneladas de equipamiento –incluidos respiradores, mascarillas, trajes protectores–, y a un grupo de 77 sanitarios.

La compañía detectó los primeros casos a principios de mes, según su director general, Pavel Grachev. Desde entonces ha hecho pruebas a los empleados sobre el terreno. En los análisis preliminares 866 dieron positivo y 2.790, negativo, según ha informado el responsable de Polyus PJSC a la agencia estatal de noticias TASS. En los segundos análisis se ha confirmado por ahora la infección en 400. La mayoría de los afectados no tienen síntomas y todos han sido aislados, según la empresa. En Eruda, un pueblo cercano a la mina, se ha montado un dispositivo de seguimiento, según el gobernador regional, Alexander Uss, que urgió a reforzar la coordinación para detener el brote como máximo en una semana y prevenir su propagación.

Rusia es el segundo país del mundo en número de infectados, con 290.678, según datos de la Universidad Johns Hopkins, por detrás de Estados Unidos. Pero su tasa de letalidad es inferior a la de muchos países: ha registrado 2.722 muertos, una cifra que han cuestionado distintos expertos. Las prontas medidas del cierre de fronteras, una población mucho más dispersa que en otros lugares y de media más joven (la esperanza de vida es 11 años menor que en España o Italia) pueden contribuir a ello. Otra clave importante es cómo contabilizan los fallecidos: los protocolos del Ministerio de Sanidad diferencian entre muertos con la covid-19 y muertos por la covid-19.

Para luchar contra el coronavirus, Rusia impuso medidas de confinamiento, que ahora están empezando a levantarse por regiones. Las medidas preveían una hibernación de muchas factorías y obras de la construcción, pero permitían continuar el trabajo a empresas con ciclos de producción continua, como la minería.

Olimpiada, con tres canteras y cuatro procesadoras, es la mina más grande de Polyus, controlada por Said Kerimov, hijo del magnate ruso Suleiman Kerimov. Tiene unas reservas probadas de 26 millones de onzas de oro. La compañía ha asegurado que el brote de coronavirus no afectará a la producción normal de la planta. “Los empleados sanos que no están aislados continúan desempeñando sus funciones”, ha asegurado Grachev, que ha afirmado que la minera es la primera compañía en la región que ha analizado a todo su personal para separar a los infectados. La decisión de enviar al Ejército y abrir allí un hospital de campaña destaca la importancia para Rusia de su mercado mundial de metales.

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