El País Vasco recula con la vuelta a clase y la retrasa al 25 de mayo

El Gobierno vasco ha reculado. Si la pasada semana la consejera de Educación, Cristina Uriarte, anunció que los alumnos volverían escalonadamente a clase a partir del día 18 de mayo, este jueves ha tenido que dar marcha atrás. La oposición de todos los sindicatos y de buena parte del resto del sector, y el hecho de que el Gobierno central no avale la medida, ha llevado al Ejecutivo vasco a replantearse las fechas y retrasar la vuelta una semana. “El Gobierno de Pedro Sánchez no lo ha prohibido, pero tampoco lo ha avalado”, han asegurado fuentes del Ejecutivo autónomo.

El Gobierno central no ha puesto pegas a la hora de que Euskadi diseñe una desescalada más restrictiva para la fase 1, sin embargo, no ha facilitado que se adelante la vuelta a clase de los 90.000 alumnos de cuarto curso de ESO, Bachillerato y Formación Profesional que se empezaban a incorporar a partir del próximo lunes, junto a los 30.000 profesionales docentes que les atienden. El portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, ha anunciado que se retrasa al 25 para “no tensionar” a la comunidad educativa, y ante el escenario de inseguridad jurídica que se puede generar, habida cuenta de que el Gobierno central no acaba de clarificarlo en un texto que regule una desescalada educativa en cada comunidad. “El estado de alarma no contemplaba la posibilidad de fechas diferentes de vuelta a clase, pero posteriormente sí que se permitió al dejarlo en manos de las negociaciones entre los ejecutivos autónomos y el central”, ha explicado el consejero vasco.

“En el ámbito educativo, lo acordado con el Gobierno central no se ha traducido en una norma que concrete el alcance y contenido de los términos en los que la comunidad autónoma pueda desarrollar su planteamiento específico", ha explicado Erkoreka. “El Gobierno no acaba de clarificar las incertidumbres jurídicas”, ha dicho. El Gobierno vasco ha puesto el acento en la falta de aval del Ejecutivo central, pero donde ha encontrado un auténtico muro de resistencia ha sido en la comunidad educativa.

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Una resistencia y críticas que llevaron al departamento de Educación a anunciar el pasado martes que dejaba libertad a los centros educativos para que estos concreten cómo será el retorno a la actividad lectiva. Una medida que tampoco convenció a los sindicatos, que volvieron a expresar su disconformidad y acusaron de “irresponsable” al Ejecutivo.

Todos los sindicatos —LAB, ELA, Steilas, CC OO y UGT—, la Federación de Ikastolas y la patronal de colegios religiosos Kristau Eskola se oponían a volver el día 18 y amenazaron con un plante general de los trabajadores por considerar que la “imposición” de Educación se había consumado “sin planificación y sin garantías de seguridad y salud laboral para los trabajadores y los alumnos”. El Gobierno vasco dictaminó una serie de medidas obligatorias como la mascarilla y la distancia de seguridad que se sumaban a otras, como itinerarios de entrada y de salida dentro de los centros para evitar que los alumnos se cruzaran. Ante este panorama “es oportuno y pertinente retrasar el calendario inicialmente establecido para el proceso de apertura de las aulas", ha dicho el consejero Josu Erkoreka.

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