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Las 15 carreras universitarias más afectadas por la pandemia

Hay estudios que exigen prácticas de laboratorio, salidas al campo o actividad física y ahora se ven muy afectadas por la suspensión de las clases

Elisa Silió
Dos alumnos de la Universidad de Valencia escuchan a un cardiólogo.
Dos alumnos de la Universidad de Valencia escuchan a un cardiólogo.Mònica Torres

“En 1º curso ya hay ya prácticas de Física y Química y técnicas básicas. El 30% o 40% de la docencia es en el laboratorio, con tejidos, células.... Y, además, en el caso de los biólogos, nuestras aulas son el campo. Salimos a ver plantas, animales, el suelo…”. Quien habla es Antonio Segura, presidente de los decanos de Biología, que busca ahora readaptar las clases a la Red tras suspenderse la asistencia física al aula para frenar la pandemia del coronavirus. “Creo que lo correcto sería ampliar el calendario. Si hay que trabajar días en agosto, se trabaja. Desde el Plan Bolonia, los alumnos deben demostrar competencias —que saben las cosas a través de unos resultados—, no meros conocimientos”, sostiene el también decano de la Universidad de Santiago.

Al matricularse por primera vez en una carrera, el bachiller descubre que hay grandes diferencias en las tasas dependiendo del título elegido. No es capricho del Gobierno regional de turno, sino que atiende a su grado de experimentalidad, que exige a la universidad más o menos recursos propios. Estos títulos más costosos —que incluyen muchas horas de laboratorio, prácticas en centros sanitarios o actividades al aire libre— son ahora los más castigados por la pandemia. Los contenidos teóricos pueden seguirse en Internet, pero ¿se pueden migrar las prácticas al ciberespacio? Se antoja una tarea casi imposible. El grado 1 de experimentalidad —que no coincide en todas las comunidades— incluye carreras de Ciencias de la Salud (Medicina, Enfermería, Odontología, Fisioterapia, Óptica y Veterinaria), Ciencias del Deporte y títulos experimentales (Biología con sus distintas ramas tecnológicas y médicas, Química y Geología).

“Hay muchos profesores que están pidiendo que se aplacen las prácticas, pero no hay tantos aularios y laboratorios y se podrían solapar las clases”, argumenta Pedro Cadenato, presidente de la Asociación Española de Estudiantes de Biología de España (AEBE). Este estudiante de 3º en la Universidad de Salamanca, que alaba las clases del profesor de Genética online, tenía que haber hecho estos días salidas de campo para coger especies para Botánica y las prácticas de Bioquímica.

“Casi un 60% del currículum de Ciencias del Deporte es práctico”, calcula José Manuel García, presidente de los decanos de esa facultad. Con sus 53 homólogos han acordado, por el momento, concentrar en estas semanas el temario teórico que restaba —que se puede impartir de forma telemática— a la espera de acontecimientos. “No solo hay ejercicio, sino prácticas en laboratorio en muchas asignaturas: Anatomía, Fisiología, Biomecánica”, recuerda el decano de la Universidad de Castilla-La Mancha y profesor de yudo. “Si se vuelve a clase a finales de abril, reorganizando horarios se puede acabar”. Paradójicamente, los campus presenciales luchan desde hace años para que las universidades online no oferten el grado, argumentando que su docencia en Red no es factible a distancia. Hasta ahora la agencia de evaluación ANECA les ha dado la razón.

En Ciencias de la Salud la suspensión llegó en dos fases. En una primera se anularon las prácticas en centros sanitarios por la seguridad de los alumnos y por ser estos vector de propagación del coronavirus. Y en una segunda fase los aularios se cerraron. “Cuando se suspendieron las prácticas pensamos en reforzar los entrenamientos en los centros de simulación con actores o el role-playing [interpretación de un papel], pero tampoco pudo ser”, cuenta Pablo Lara, presidente de los decanos de Medicina. “Buscamos iniciativas online que puedan equivaler: seminarios metodológicos, vídeo, demostraciones, estudios de casos… No son prácticas, pero permiten el aprendizaje de competencias relacionadas”.

A los casi 7.000 alumnos de 6º de Medicina y 10.300 de 4º Enfermería solo les falta un 30% de las prácticas clínicas y el trabajo fin de grado para terminar la carrera. Ahora estos pueden ser contratados —si lo desean— durante tres meses por los Gobiernos regionales. “Estamos en comunicación todas las facultades. Por ejemplo, en Málaga hay una experiencia piloto para los alumnos de 6º curso, gracias a la Sociedad Española de Medicina Interna, sobre razonamiento crítico resolviendo casos interactivos”, prosigue Lara, decano de Medicina en esta ciudad. “Estimamos que equivale a dos semanas de rotatoria [el paso de los alumnos por las distintas especialidades de un hospital] ”.

Antonio Pujol, presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), cursa 5º en la Complutense y de este año solo quedaban prácticas. “En los cursos inferiores hay alumnos que no están recibiendo sus clases telemáticas porque sus profesores son también médicos y están superados trabajando en las necesidades esenciales, que ahora mismo son otras”, explica Pujol poniéndose en la piel de los profesionales. A este alumno le preocupa qué va a pasar con el próximo examen MIR porque, si el calendario académico finamente se retrasa, los recién graduados contarán con menos tiempo para preparar una criba que deja sin plaza a la mitad de los aspirantes.

“Casi la mitad del currículo de Enfermería son prácticas clínicas. Entre 1º y 3º ya veremos cómo lo recuperaremos y en 4º, que les quedaba su parte final, entre 8 y 10 semanas de prácticas, no sabemos qué medidas podremos tomar”, se preocupa Cristina Monforte, presidenta de la Conferencia Nacional de Decanas de Enfermería. En los veranos muchos futuros sanitarios hacen prácticas voluntarias y Lara mantiene que en esta ocasión podrían ser más.

Los rectores lanzaron hace 10 días un portal, Contactad@s: la Universidad en casa, con materiales, metodologías y conferencias para profesores y alumnos. Una web que, definitivamente, se queda corta para los estudios de grado 1 de experimentalidad.

Nota del autor: Tras la publicación de este artículo, estudiantes de Educación han lamentado que este listado no incluya su grado y máster, que efectivamente requiere prácticas en escuelas e institutos. El reportaje toma como medida la experimentalidad grado 1.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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