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Italia, en estado de ‘shock’ por las restricciones para frenar el coronavirus

Algunas personas han aprovechado para salir de las ciudades aisladas antes de que se aplique completamente la cuarentena

Un hombre con mascarilla pasa ante la puerta del Coliseo, este sábado.Vídeo: ALBERTO PIZZOLI (AFP) / REUTERS-QUALITY

Italia se acostó el sábado con el anuncio de una cuarentena forzosa para 16 millones de personas en la zona norte del país y sin ninguna certeza de cómo iba a afectar a la vida cotidiana semejante disposición, a la que se suman severas restricciones para el resto del territorio nacional. Así que el país ha amanecido este domingo en estado de shock, con una sensación generalizada de caos y confusión y con muchas dudas ante una noticia todavía sin digerir. La medida más radical de cuantas se han tomado fuera de China para contener el coronavirus es ya una realidad que cambiará completamente, al menos durante casi un mes, la rutina de las personas. De hecho, en la mayor parte del país nadie sabía claramente qué podía hacer y qué no estaba permitido. El decreto que el Gobierno italiano aprobó de madrugada ha suscitado una mezcla de clamor y sorpresa en las calles. Algunas personas han aprovechado para salir de las ciudades antes de que se aplique completamente la cuarentena.

En Roma, al mediodía, dos turistas nórdicos caminan en círculos en la puerta del Coliseo sin dejar de mirar sus móviles. Buscan información en Internet que les aclare qué está ocurriendo. La entrada está cerrada a cal y canto. Tan solo hay un pequeño cartel que advierte de que desde el 8 de marzo los museos y centros culturales están cerrados en todo el país por orden del Gobierno para frenar la transmisión del coronavirus. Otros turistas se acercan y, al leer el cartel, se dan la vuelta y se preparan para tomar fotos al imponente monumento desde afuera.

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Nadie sabe qué sucede exactamente y por qué no se puede entrar, pero hay un número inusualmente escaso de gente en los alrededores de una de las principales atracciones turísticas de Italia. “No entiendo nada, es un espacio abierto, circula el aire, la gente se puede congregar aquí afuera igual que dentro”, protesta Estebina, una turista argentina recién llegada a la capital italiana. “Estoy muy decepcionado, es la primera vez que he tomado un avión, habíamos reservado este viaje hace un año, teníamos las entradas de todo compradas y ahora nadie nos da soluciones, entiendo el cierre de museos, pero no esto”, replica Alfonso, su hijo, de 30 años. “¿Podremos ir a los restaurantes o no? ¿Dónde podemos informarnos?”, pregunta.

El Gobierno ha implantado una serie de medidas draconianas como la restricción de entradas y salidas las nuevas zonas aisladas —toda la región de Lombardía, motor económico del país cuya capital es Milán y 14 provincias norteñas— o el cierre de museos y discotecas en todo el país, sin establecer cómo ejecutarlas. A lo largo del domingo, de norte a sur, todas las autoridades involucradas, ministerios, prefectos, Protección Civil, cuerpos de seguridad, han estado reunidos durante toda la jornada para tratar de dar con el modo de implementar las normas extraordinarias en un territorio tan grande. Lo único que ha aclarado el Ejecutivo es que de las zonas aisladas, —Lombardía y las provincias de Módena, Parma, Piacenza, Reggio Emilia, Rimini, Pesaro y Urbino, Venecia, Padua, Treviso, Asti, Vercelli, Novara, Verbano-Cusio-Ossola y Alessandria— se podrá salir y entrar solo con autorización previa por motivos laborales, de salud o en situaciones de necesidad. La circulación dentro de los territorios queda limitada también de la misma forma.

Marco Triolo vive en Milán, pero el anuncio de la cuarentena forzada le pilló de viaje de trabajo en Dublín. En cuanto escuchó los primeros rumores de aislamiento pagó 400 euros para comprar un billete de avión para las 6.00 del domingo y a las 9.00 ya estaba en Milán. En cuanto llegó, cogió su coche, a sus dos mascotas y emprendió rumbo al sur.

“En el aeropuerto nos han tomado la temperatura, pero no ha habido cancelaciones de vuelos, tampoco ningún control de la policía en ningún punto de la ciudad, ni a la salida”, dice al teléfono mientras conduce hacia el sur. “Por el camino he encontrado algunas grandes colas de gente en los accesos a grandes supermercados y un amigo que ha salido más tarde que yo de la ciudad me ha contado que se ha encontrado con algún control, pero ha podido salir con tranquilidad”, añade.

Por la mañana han llegado a Roma y a otros puntos del sur trenes y autobuses procedentes de Milán y otras ciudades del sur con relativa normalidad. Algunas regiones sureñas han comenzado a organizarse de forma autónoma para controlar la entrada de gente que proceda de las zonas de riesgo del norte. En Salerno, por ejemplo, han detenido a los autobuses procedentes de Lombardía y han tomado la temperatura a los pasajeros. Ninguno hasta el momento, según han informado las autoridades, tenía fiebre, por lo que se ha permitido a los pasajeros continuar su camino y se les ha recomendado aislarse de forma voluntaria durante 14 días.

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