Los investigadores examinarán de nuevo la casa donde se perdió el rastro de Marta Calvo

Los investigadores de la desaparición de la joven valenciana Marta Calvo planean realizar un segundo registro de la casa alquilada por Jorge Ignacio Palma en la localidad de Manuel, lugar donde se perdió el pasado 7 de noviembre el rastro de la joven valenciana. El objetivo es cotejar la versión que el hoy encarcelado ofreció a los agentes tras entregarse a la Guardia Civil de Carcaixent la madrugada del pasado 4 de diciembre, aseguran fuentes de la investigación. Concretamente, se examinarán partes de la casa con la ayuda de perros especializados.  

La primera inspección, a pesar de lo concienzuda, no sirvió para encontrar ningún rastro que diera solidez a la posterior versión que Jorge Ignacio confesó de que la joven murió de forma accidental en su casa tras una noche de sexo y cocaína. Según dijo, por miedo a las consecuencias, la descuartizó y repartió sus restos en bolsas de basura que tiró a contenedores de basura de diferentes localidades valencianas. Un segundo registro serviría para contrastar algunos detalles de su confesión, de la que los investigadores desconfían desde el principio. En la casa no se halló ningún rastro de la joven, lo cual resulta muy extraño si realmente desmembró su cuerpo allí, tal y como él dijo.

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El dispositivo de rastreo continúa hoy lunes con la búsqueda del cuerpo de la joven en el vertedero de Dos Aguas, lugar al que llegan los desechos urbanos de los municipios donde Jorge Ignacio asegura que se deshizo de los restos de Marta.

La Guardia Civil utiliza además la geolocalización de los teléfonos móviles de Jorge Ignacio para proseguir la búsqueda en otros lugares. El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil se ha vuelto a sumar a la búsqueda del cuerpo de la joven en las inmediaciones del pueblo valenciano de Manuel y en el vertedero de Dos Aguas. El grupo lo integran seis especialistas en llevar a cabo rastreos en ríos, embalses o pozos.

La Guardia Civil y la Policía Nacional, que mantienen abiertas investigaciones independientes, tienen indicios que relacionan al hombre —en prisión provisional— con la muerte de tres mujeres. Otras dos que sobrevivieron le acusan de haberlas sometido a la misma práctica peligrosa. Palma habría contratado en todos los casos sus servicios como prostitutas, les habría suministrado cocaína de gran pureza y, además de consumirla nasalmente, se la habría introducido, al menos en algunos de los casos, por la vagina y el recto, presentando esta última vía un riesgo especialmente alto de intoxicación.

A partir de estos hechos, las fuerzas de seguridad están investigando “si este modus operandi tiene similitud con casos acaecidos en otras circunscripciones” fuera de Valencia y en otras “comunidades autónomas”, según confirmó la pasada semana el delegado del Gobierno de la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Fulgencio.

El caso de Marta Calvo no es el único que investigan los agentes del instituto armado. Estos indagan en la desaparición de otra joven en la vecina localidad de Ontinyent que, según las primeras investigaciones, no tendría conexión con el caso de la joven de Estivella. De la desaparición de Wafa Sabbah, de 19 años, se encarga el mismo grupo de agentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia y de la UCO que investiga lo sucedido a Marta Calvo.