La ausencia de Thunberg mueve multitudes
Brujita Verón, estrella argentina del fútbol, defiende las políticas ecológicas que pueden hacerse en el deporte
Durante minutos eternos Greta Thunberg estuvo en Madrid. Coches en punto muerto Castellana abajo. Un error en el programa —su nombre aparecía como participante de un debate— y rumores insistentes la situaban en secreto ya en España, como si en España pudiese estar alguien en secreto. La noticia permitió ensayar el caos, que es algo que sale mejor cuando se entrena; redacciones movilizadas, cámaras, curiosos en Ifema tirando de la manga de la camisa a cualquiera que pareciese organización. Todo el mundo estuvo bien. También los haters de Thunberg, que se lanzaron a insultarla como si, por el hecho de que hubiese llegado a España, Thunberg pudiese escucharlos. Fueron minutos tremendos, como todos los que suceden a una mentira, pero muy valiosos. Este viernes, cuando la activista sueca llegue a Madrid, lo que arrastrará su presencia tras ella será aún mayor que lo que arrastra su ausencia, que no es poco.
Pasó más inadvertido una figura extraordinaria, Juan Sebastián La Brujita Verón, estrella internacional del fútbol (Boca Juniors, Manchester United, Lazio, Parma, Chelsea, Inter…) y hoy reconvertido en presidente de Estudiantes de La Plata. Volcánico y de talento, episodios felices y polémicos jalonan la carrera del futbolista argentino, protagonista involuntario de una de los episodios más delirantes de Maradona (qué difícil es escribir esta frase): cuando el Diez se lio a gritos y choques con Verón… en un partido por la paz. Revisando esa noticia en un portal argentino aparece vinculada otra que dice que el hermano de Pablo Escobar lanza un teléfono móvil “indestructible” con el que rebasará a Apple, y lo anuncia con seis chicas en ropa interior.
En fin, volvamos a Verón. El inequívoco Verón, gloriosa calva y perilla imperecedera, es activista contra el cambio climático, y pone a su club argentino, Estudiantes, a ello. Ha estado en la COP25 para decir, solemne: “No podemos cargarle al fútbol la responsabilidad sobre el cambio climático, pero sí podemos acompañar y ayudar en todo lo posible. En el estadio de Estudiantes de la Plata hemos creado un espacio full led, el agua se rehúsa para regar el campo o para el uso de los baños”.
En el Ágora, ese centro de reunión de la Zona Verde, el ministro Duque anuncia que parte un buque, Hespérides, a la Antártida. Antes se rompía una botella en el casco pero no está el horno para bollos, ni el propio horno.
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