Conan nunca estuvo aquí
Arnold Schwarzenegger, baja de última hora en la Cumbre del Clima... por culpa del clima
Arnold Schwarzenegger nunca estuvo aquí. Pero se le esperó bastante. No sólo bastante sino hasta el último momento. Qué digo último momento: cuando salió su mesa hubo quien, como este periodista, buscó a Schwarzenegger en Google e intentó que se pareciese al señor de 1,70 que le sustituía, que tenía que estar flipando con el espectador que le escudriñaba como si fuese Conan. Porque Schwarzenegger (es ctrl+v, no ando tan desesperado en la vida) no estaba. Era la estrella del No Planet B Latino Summit, el debate sobre el cambio climático que inauguró Carolina Schmidt, presidenta de la cumbre. Schwarzenegger es fundador de Regions of Climate Action. Visitó Barcelona después del verano y habló de Trump: “Trump es un Terminator porque le faltan voluntad y agallas para afrontar el tema del clima. Tenemos que deshacernos de él lo antes posible”. Probablemente no hay ser humano en el planeta que suene más convincente que Schwarzenegger cuando dice que hay que deshacerse de alguien. ¿Por qué no vino la estrella de Hollywood a la Cumbre del Clima? Las tormentas impidieron que el actor saliese de Estados Unidos. Tampoco acudió Fher Olvera, cantante de Maná, programado en la misma jornada. Menos mal que sí asistió Martínez-Almeida, alcalde de Madrid.
La Zona Verde, espacio de ONG, empresas e iniciativas civiles, presenta colas inverosímiles a primera hora de la mañana, entiendo primera hora de la mañana en España; un país que asiste, atónito, a comidas servidas a las doce del mediodía, cuando el español está acabando de desayunar. Lo factual: España no es un país en el que no se sabe cuándo acaba Europa y empieza África, sino un país al que le cuesta saber cuándo dejar de desayunar y empezar a comer. La espera para entrar en esta zona en la que se esperan debates, presentaciones y celebrities llega a la hora de duración bajo el frío. La cola, bien es verdad, es un paraíso para el periodista. Allí el grupo de activistas franceses sigue por el móvil los últimos y agónicos minutos de la llegada de Greta Thunberg a Europa al borde del ya famoso catamarán La Vagabonde. Thunberg es la estrella sin estar, no como Schwarzenegger, al que se le ha empezado a confundir con señores. A Thunberg, como tantos fenómenos extraños que alcanzan fama planetaria en poco tiempo, le han salido unos fieles que a veces dan miedo, tan seguidores de ella como de una religión, si bien el miedo pasa rápido, concretamente cuando se escucha a sus odiadores, dispuestos a inmolarse socialmente para destruirla.
Thunberg no tiene muchos más años que los niños de Chiquitectos, la iniciativa que ocupa en el espacio infantil de la Zona Verde; chavales de quinto y sexto curso del colegio Ciudad de Nejapa-Tres Cantos contaron con materiales sostenibles y reciclados para construir casas. Verlos trabajar es un espectáculo. Son críos manejando cartones, hueveras, hilos, todo ello en el marco de un proyecto que trata, dicen sus responsables, de inculcar en los niños su pasión por la arquitectura, el entorno, la ciudad y el desarrollo sostenible. Es una de las actividades que, como tantas, llenan la mañana de público y cámaras que van de un lado a otro, moviéndose entre pabellones.
“Esta antorcha es la llama y la fuerza de la juventud, que han sido los mayores motores de exigencia y de transformaciones hacia los líderes en el mundo. La justicia intergeneracional es para los dos lados, tenemos que ser capaces de reaccionar y aumentar nuestra acción concreta para poder tener un mundo que heredar a la futura generación”, dice Carolina Schmidt en lo que se ha dado en llamar ágora, aquella palabra que servía para designar las plazas de sus ciudades, los centros de reunión. Esa antorcha del cambio climático, Carolina Schmidt la recoge de una activista chilena llamada Julieta Martínez, nombrada joven más influyente del año en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec) Chile 2019.
Martínez dijo hace unos meses a la revista chilena El Dínamo una declaración que resume el compromiso de los más jóvenes con causas como éstas, y la diferencia entre quienes andan saltando de causa en causa dependiendo de las portadas de periódico: “Si observamos el caso de Greta Thunberg podemos notar que es una innovadora que usó su fuerza para motivar a otros y concientizar a la población, hay coherencia en sus palabras y sus actos. En cambio, hay personas que se ve que lo hacen por moda y tendencia y tienen un discurso aprendido que después se esfuma como si fuera humo”.
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