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Magrudis no ha retirado toda la carne mechada contaminada

Algunos de sus clientes están devolviendo personalmente a la empresa los restos del producto. Los lotes comercializados sin etiqueta tampoco se han recogido

En foto, Diego Ruiz entrega al testaferro de Magrudis, Sandro Marín, una bolsa con carne mechada contaminada. En vídeo, declaraciones de la familia de la tercera víctima de la listeriosis.Foto: atlas | Vídeo: ALEJANDRO RUESGA ATLAS
Eva Saiz

Varios clientes de Magrudis, la empresa responsable del mayor brote de listeriosis de España, siguen teniendo lotes de carne contaminada en las cámaras frigoríficas de sus establecimientos y han tenido que ir personalmente a la sede de la empresa, en un polígono a las afueras de Sevilla, a entregarla, según ha podido constatar este diario. El fabricante o sus distribuidores son los responsables de retirar sus productos y de certificar que han sido destruidos, de acuerdo con la normativa. Sin embargo, todavía hay carne mechada, tanto de La Mechá, la marca bajo la que Magrudis comercializaba sus productos, como de la distribuidora Comercial Martínez León, que la vendía sin etiquetar, que no han sido recuperadas. Ninguna partida está a la venta, según ha confirmado la Junta.

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El subdirector de Protección de la Salud de la Junta, Jesús Peinado, ha afirmado en sus últimas comparecencias que existían garantías de que la retitrada del producto se estaba realizando correctamente" y que si quedaba en algún sitio "era de forma muy residual". En declaraciones a la cadena Ser, el gerente de Magrudis, José Marín, reconoció que en algunos establecimientos puede que aún quedara algo”. Comercial Martínez León, también ha confirmado que todavía no habían retirado todos los lotes de sus productos. Esta empresa distribuyó carne mechada La Mechá sin etiquetar a 21 comercios de la provincia de Sevilla, que fueron alertados por el propietario el día 16 y los retiraron de la venta, según confirmó la Junta de Andalucía

Poco antes de las 11 de la mañana de ayer, Jesús Ruiz, propietario de un bar en Sevilla, llegaba con una bolsa de plástico a las puertas de las instalaciones de Magrudis. Sandro Marín, el testaferro de la empresa, le abría, cogía la bolsa y le daba un albarán como comprobante. Lo que Ruiz le entregaba eran casi dos kilos (1,800) de carne mechada La Mechá que llevaba inmovilizada en la cámara frigorífica de su establecimiento desde el día 15 de agosto. El pasado 20, desde el departamento de Sanidad del Ayuntamiento le comunicaron que alguien pasaría a recoger el producto. “Como nadielo hizo, llamé al socio de Magrudis y me dijo que me pasara hoy [por ayer] a entregarla”, explica Ruiz a EL PAÍS.

El propietario del bar estaba de vacaciones cuando el 15 de agosto su proveedor le avisó de que retirara la carne mechada porque tenía listeriosis. Un día después, un responsable de Magrudis -que Ruiz identifica como uno de los socios de la empresa, pero que no es ni José Marín, ni su hijo Sandro- le vuelve a alertar. “Avisé al bar y les dije que pusieran la carne en la cámara y que no la sirvieran a nadie”, asegura. Ruiz lleva cuatro años comprando directamente productos a Magrudis y jamás se había encontrado con ningún problema. “Semanalmente les compraba tres o cuatro piezas de carne mechada, de un kilo y medio cada una”, explica. De su último encargo, antes de irse de veraneo había gastado casi tres kilos. “Unas 30 raciones”, calcula. “No sé a cuántos podré haber podido contagiar, como no he estado nadie ha podido contactar conmigo, ahora me enteraré”, se pregunta preocupado.

Aunque corresponde a la empresa la obligación de localizar a sus clientes y de retirar los productos contaminados o en mal estado, el Ayuntamiento de Sevilla, a instancias de sus inspectores sanitarios, decidieron repartirse el listado de 200 clientes de Magrudis para asegurarse de que habían sido contactados por el fabricante. En el marco de ese cotejo se circunscribe el aviso que recibió Ruiz el día 20, advirtiéndole de que pasarían a recoger su partida de carne mechada contaminada, explican fuentes municipales. Ruiz, no es el primer cliente que entrega los restos de carne mechada en mano a la empresa, confirman las mismas fuentes y otras del polígono donde está Magrudis.

“La empresa responsable está obligada a destruir el material infectado y remitir la comprobación”, explica Antonio Arenas, catedrático de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Córdoba. El proceso de destrucción consiste en el transporte del residuo hasta un vertedero especialista en la eliminación de subproductos animales no destinados al consumo humano, lo que se conoce como gestión Sandach. “Existen distintas tipologías de vertederos, los tratan la carne, la someten a un tratamiento exprés y luego se convierte en pienso para animales y el sandach, que garantiza la desaparición de todos aquellos cuerpos o partes de animales, así como productos de origen animal o productos obtenidos a partir de animales que no estén destinados al consumo humano”, explican desde el Grupo Llopis, una empresa especializada en la gestión integral de residuos y que ha confirmado a este diario que fue contactada por Magrudis para pedirles presupuesto para realizar el proceso de destrucción.

Antes de esa fase, los responsables de la cárnica, deben presentar a los técnicos sanitarios un informe en el que constaten la cantidad de carne que se distribuyó y la que han recuperado, y después certificar que toda ha sido eliminada. Hasta ahora solo ha trascendido que Magrudis distribuyó 2.000 envases de carne mechada La Mechá, pero no se ha confirmado la cantidad en kilos que eso supone. Los abogados de la empresa se han negado a suministrar cualquier tipo de información a este diario.

Sobre el destino de la carne mechada que los particulares tiraron a la basura de su casa cuando se enteraron de que estaba contaminada, el profesor José Juan Rodríguez, titular de Nutrición y Bromatología por la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Seguridad Alimentaria, manda un mensaje tranquilizador. “Si se depositó como materia orgánica se transformará en abono, y si acaba en el campo expuesto al sol no habrá problema. Si acaba en un vertedero, allí se quedará con el resto de residuos que hay allí”.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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