Argentina | El país del Papa no lleva una estadística ni ha hablado con las víctimas de abusos
El Episcopado argentino viaja a Roma dispuesto a “ahondar en las consecuencias” de los delitos sexuales
A diferencia de Chile, donde los escándalos sexuales en la Iglesia forzaron a los obispos a poner su renuncia a disposición del Papa, el drama de los abusos de menores en Argentina se comenta en voz baja. En el país de Francisco, el Episcopado no lleva una estadística de los casos que involucran a sus sacerdotes con el argumento de que dependen de cada diócesis. Reconstruir el mapa de las denuncias es, sin embargo, posible. La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina patrocina 40 casos en todo el país. La agencia pública de noticias Telam, en tanto, realizó a mediados de 2017 una lista basada en casos de abuso publicados por los diarios desde 2002. Así contabilizó otros 22.
Así llega cada país a la cumbre
El tratamiento de la cuestión de la pederastia en cada conferencia episcopal es muy desigual. Pinche aquí para conocer la magnitud del problema y cómo lo han abordado en una veintena de países
Los casos de abuso se hacen públicos cuando las víctimas llevan las denuncias ante la justicia civil o deciden acudir a la prensa. Eso ha roto poco a poco el cerco de silencio. Hace un año y medio había en Argentina sólo ocho sacerdotes con condena, a los que se sumaron otros dos en 2018: los padres Justo José Ilarraz y Juan Escobar Gaviria, ambos sentenciados a 25 años de cárcel. Del total de curas denunciados, sólo tres perdieron su estado clerical por orden del papa Francisco.
Monseñor Oscar Vicente Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, representará a su país en la reunión con el Papa. No hablará con periodistas antes del viaje, pero su oficina de prensa difundió declaraciones escritas. Ojea dijo que viaja a Roma con una “expectativa muy grande”, dispuesto a “ahondar en las consecuencias de este drama y encontrar los medios efectivos para combatirlo”. El Episcopado no dio detalles del material que Ojea llevará al Vaticano.
Las expectativas del sacerdote argentino son la contracara de lo que esperan las víctimas de la Iglesia. “Con nosotros ni siquiera han hablado por teléfono”, dice Fabián Schunk, cuyo testimonio fue fundamental para la condena a Ilarraz. “De qué nos sirve que el Papa pida disculpas desde un micrófono si no se llega a los casos concretos, a las víctimas que no reciben ayuda alguna”, se queja. En la Red de Sobrevivientes también esperan poco y nada del encuentro. “Esto es más de lo mismo. Si luego de la cumbre, Bergoglio dice que la Santa Sede va a cumplir con las exhortaciones que le hizo el comité de la ONU por los Derechos del Niño, lo aplaudiremos. Si vienen anuncios de perdón, pautas de profilaxis o manifestaciones de congoja, estaremos ante otro acting de hipocresía”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.