Un nuevo ensayo del suero Zmapp en monos tiene una eficacia del 100%

El suero Zmapp que se dio experimentalmente a Miguel Pajares y a los dos misioneros estadounidenses, entre otros, ha conseguido curar a 18 macacos infectados por el virus del ébola en el último experimento efectuado, que ha publicado Nature. Se trata de una eficacia del 100%, ya que en el ensayo participaron 21 monos: 18 a los que se dio el Zmapp y tres que no lo recibieron. Estos últimos fallecieron.

El trabajo, que han dirigido investigadores canadienses (el Gobierno de Canadá es uno de los financiadores del producto) partió de anticuerpos generados en cobayas. Tras elegir las mejores combinaciones se ensayó de la siguiente manera. A los monos se les infectó con el virus del ébola, y los animales se dividieron en cuatro grupos. Tres de los macacos —el lote de control— recibió otros fármacos. Los otros 18 formaron los tres bloques experimentales, a razón de seis en cada uno. Básicamente la diferencia entre ellos fue que aunque todos recibieron tres inyecciones del Zmapp separadas por tres días, cambió la fecha de la primera. Unos empezaron tres días después de la infección con el ébola, otros cuatro días después y otros cinco. Los resultados fueron positivos en todos los casos. En cambio, los tres animales que tomaron placebo murieron, uno a los cuatro días y los otros dos a los ocho.

Los datos son un avance frente a anteriores estudios, y la rapidez de la mejora indica que empieza a haber un real interés —humanitario, pero también económico— para encontrar remedio al ébola. En agosto de 2013 Science Translational Medicine publicó los resultados de un ensayo con una especie de Zmapp primitivo, el MAB-003, y la supervivencia fue de poco más del 40%. El suero que se está ensayando actualmente no solo tiene una composición mejorada, sino que también se han cambiado las dosis: de 16,7 miligramos por kilo de peso del animal (medido al iniciarse el ensayo, ya que a lo largo de éste todos adelgazaron como efecto de la infección) se ha pasado al triple, 50 miligramos por kilo de animal. No se sabe qué protocolos se usaron en el caso de las personas que lo han probado ni tampoco que otras terapias se les aplicó. Ayer Bruce Ribner, que dirigió el tratamiento de los estadounidenses en Atlanta, volvió a declarar que él creía que el control de los componentes de la sangre y los electrolitos que s epierden con los vómitos y las diarreas fue muy importante (y añadió que un simple análisis de sangre para contar glóbulos rojos, blancos y plaquetas, que es lo básico, era imposible).

El estudio se ha hecho con un virus ébola de la familia Zaire, pero no es exactamente la variante que ha causado el brote en Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria. Los investigadores han usado una muestra de Kinshasa, y no la que han bautizado como Guinea. Pero han hecho estudios genéticos y morfológicos de los virus y han visto que las zonas a las que se unen los anticuerpos son las mismas, por lo que no dudan en que la eficacia del fármaco debe ser igual.

El resultado ha animado mucho a los investigadores, que han recordado el caso de los misioneros estadounidenses que superaron el ébola después de tomarlo, aunque no hacen ninguna mención al español que falleció antes en circunstancias parecidas, ni tampoco a que en África, de los tres sanitarios liberianos que lo tomaron, uno ha fallecido. El interés ha impregnado a la revista, que adelantó la publicación de los resultados, quizá espoleada también por la publicación el jueves en su competidora, Science, del estudio genómico del virus del brote de África occidental.