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El Salvador, en pie de guerra para eliminar el virus del chikungunya

Los funcionarios de salud pública de El Salvador indican que hay que eliminar los criaderos del mosquito portador del virus

Inspección entre escolares para encontrar el virus de la Chikungunya
Inspección entre escolares para encontrar el virus de la ChikungunyaAFP

En El Salvador las desgracias nunca llegan solas y casi siempre apuntan a una misma dirección: los pobres. Como dice de manera figurada el refrán popular: “Al perro más flaco se les pegan las pulgas”. A las noticias de la ola criminal, de la vulnerabilidad ambiental y de la crisis humanitaria de los menores de edad que han sido detenidos en Estados Unidos por cruzar sus fronteras sin acompañantes adultos, ahora se suman las de un extraño virus africano, el chikungunya, que ha atacado a centenares de salvadoreños que mantiene en alerta a esta pequeña nación, así como al resto de Centroamérica y el Caribe.

“A finales de mayo nos comenzaron a reportar casos en el cantón Zapote Abajo, del municipio de Ayutuxtepeque. Y todo nos indica que ahí está el foco de infección del chikungunya”, explicó a EL PAÍS el viceministro de Salud Pública, Julio Robles Ticas, quien agregó que hasta el momento se han contabilizado 1.264 casos de la enfermedad que es muy parecida al dengue, otro de los males que padecen los salvadoreños año tras año. En paralelo, en lo que va de 2014 se han diagnosticado 4.937 casos de dengue clásico y de estos 87 del tipo grave o hemorrágico, el cual puede causar la muerte, según estadísticas del Ministerio de Salud Pública (MINSAL).

“La enfermedad del chikungunya consiste en estados febriles, de entre 39 y 40 grados; dolores musculares, erupciones en la piel y dolores de cabeza, por entre 5 y 7 días. El tratamiento es sencillo: a base de acetaminofén, reposo y tomar muchos líquidos. Es el mismo tratamiento que se ocupa para el dengue. Y lo otro es que el agente transmisor para el dengue y el chikungunya es el mismo: el mosquito Aedes aegypti”, señaló el médico y funcionario Robles Ticas.

No obstante que las autoridades consideran el virus del chikungunya, una enfermedad benigna, la alarma no se ha dejado de implementar. Hay alerta amarilla –de prevención-, decretada por el Sistema de Protección Civil, en ocho municipios en los que se han detectado enfermos; las escuelas han suspendido clases por una semana a partir de este lunes 23 de junio. Los municipios más afectados están en los alrededores de la capital, que son pobres y densamente poblados, con escasos servicios públicos, en especial, agua potable, tratamiento de aguas negras y de tragantes de aguas de lluvia.

“En mi familia somos cinco; mis tres hijos y mi esposo se enfermaron, menos yo”, asegura Arely Huezo, habitante del cantón Zapotal Abajo. Agrega que su familia ha padecido de fiebres altas y dolores musculares, sobre todo en las articulaciones. En la localidad residen más de 300 familias de escasos recursos y con grandes dificultades para obtener agua potable, por lo que almacenan agua en barriles en los cuales con facilidad se reproduce el mosquito Adedes aegypti. En el cantón la comunidad misma se ha organizado con la puesta en funcionamiento de Comités de Salud que atienden a los sospechosos incluso en los patios o jardines de las humildes viviendas. Los cuerpos de socorro o de salvamento, como Cruz Roja, Cruz Verde y otros, prestan colaboración.

“La situación que enfrentamos sólo se puede vencer con la destrucción del mosquito adulto con la fumigación y la destrucción de los criaderos, con la limpieza de los depósitos para almacenar el agua y la utilización de abate para evitar que el insecto deposite sus huevos”, apuntó el viceministro de Salud Pública.

Por su parte, Julio Valdés, director de la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (SE-COMISCA), informó a EL PAÍS que entre el 26 y 27 de junio se reunirán los ministros del ramo en Santo Domingo para promover una “acción regional en salud, para apoyar y fortalecer las actuaciones locales”, para enfrentar la epidemia del Chikungunya, que ya está afectando a poblaciones de República Dominicana, Panamá y El Salvador.

Tanto Robles Ticas como Valdés indican que hay buenos recursos humanos y materiales para vencer las epidemias. “Hay que proteger a las mujeres embarazadas, a los enfermos de Sida, a los menores de edad y a los mayores de 70 años. Y hay que hacer conciencia en todos los habitantes que la guerra contra el mosquito es efectiva: sin mosquito no hay dengue ni chikungunya”, finalizó el viceministro Robles Ticas.

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