Protesta ecologista por la llegada de un cargamento de crudo supercontaminante
El buque Leny P llegará al puerto de Bilbao la semana que viene con arenas bituminosas
Organizaciones ecologistas de toda Europa se han puesto en alerta. Por primera vez llega a un puerto español un cargamento de crudo procedente de arenas bituminosas (también llamadas arenas de alquitrán), una mezcla de materiales arcillosos, arena, agua y bitumen que se extrae con minería abierta y extensiva y que genera graves impactos ambientales y altas emisiones de gases de efecto invernadero. El crudo procede de Canadá y lo ha comprado Repsol para tratarlo en la refinería de Petronor en Muskiz (Vizcaya).
Ecologistas en Acción ha denunciado que se trata del primer gran cargamento de este tipo de hidrocarburo que entra en Europa. “Podría marcar el inicio de la era de los petróleos supercontaminantes y la renuncia de la Unión Europea a luchar contra el cambio climático”, aseguró la organización.
Varios activistas se concentraron el jueves frente a las instalaciones de Petronor en Muskiz en protesta por la llegada del cargamento, que según la agencia Reuters se iba a producir ese mismo día a bordo del carguero Aleksey Kosygin. Sin embargo, este buque transportaba otro tipo de crudo procedente de México con destino a la refinería de Petronor. Repsol indicó que el buque con las arenas bituminosas llega la semana que viene, y EL PAÍS ha podido confirmar, de fuentes portuarias, que está previsto que el petrolero Leny P., con bandera liberiana, entre en el puerto de Bilbao el próximo día 3 a mediodía.
Las arenas bituminosas han protagonizado en los últimos años arduos debates en las sedes de las instituciones europeas en Bruselas. La Comisión aprobó en 2009 una directiva que establece que los combustibles que se consuman en la Unión en 2020 deberían emitir un 6% menos de gases de efecto invernadero que en 2010. Para conseguirlo, la Comisión intentó en 2011 establecer un sistema según el cual se atribuiría un valor a cada tipo de petróleo importado en función de sus emisiones y un máximo total permitido a cada importador. Bruselas encargó un estudio que determinó que las arenas bituminosas emitían un 23% más que los petróleos convencionales.
La aprobación de ese sistema no prohibiría la llegada de este crudo pesado, pero sí supondría un obstáculo a su importación. La iniciativa de la Comisión quedó atascada en el Consejo y aún no ha salido adelante. Fuentes comunitarias explican que Canadá, que tiene grandes yacimientos de arenas bituminosas en la zona de Alberta (oeste), convenció a varios Estados miembros para bloquear la nueva normativa. El mercado europeo es decisivo para esta industria canadiense, sobre todo después de que Estados Unidos rechazara la construcción del oleoducto Keystone XL, pensado para transportar el crudo de Alberta hasta las refinerías del Golfo de México.
Repsol es una de las pocas empresas europeas capaz de refinar este crudo pesado. La multinacional ha hecho importantes inversiones en los últimos años, especialmente en la refinería de Cartagena (3.100 millones de euros) y la de Muskiz (1.000 millones), para poder procesar casi cualquier tipo de petróleo. Un portavoz de Repsol aseguró que el cargamento de arenas bituminosas es “un crudo similar a cualquier otro crudo pesado”. Es, sin embargo, sensiblemente más barato que el convencional, el Brent. Este viernes cotiza a unos 84 dólares el barril, casi un 25% menos.
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