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Estados Unidos todavía no puede presumir de igualdad

Hillary Clinton reconoce que los plenos derechos de las mujeres quedan aún por alcanzar incluso en su país

La exsecretaria de Estado Hillary Clinton tras su intervención en Naciones Unidas.
La exsecretaria de Estado Hillary Clinton tras su intervención en Naciones Unidas. Andrew Burton (AFP)

La máxima defensora de los derechos de las mujeres en Estados Unidos, la exsecreatria de Estado Hillary Clinton, denunció esta semana ante la Organización de Naciones Unidas que la igualdad “sigue siendo el gran trabajo por terminar del siglo XXI”. También en su país. En 1995, desde la Casa Blanca, la primera dama embarcó en una iniciativa para demandar la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres en todo el mundo. Clinton prometió terminarla el año que viene, dos décadas después de ofrecer el ya histórico discurso de Pekín en el que por primera vez declaró que “los derechos de las mujeres son derechos humanos”.

Clinton todavía no se ha pronunciado sobre su posible candidatura a las elecciones presidenciales de 2016. Con o sin ella, la convocatoria electoral y su prólogo en las legislativas del próximo mes de noviembre ya han puesto a las mujeres en el centro del debate. La avalancha de normativas que desde hace varios años intentan restringir el derecho al aborto en diversos estados, la polémica suscitada por la reforma sanitaria del presidente Obama y sus nuevos requerimientos a las empresas -incluidas las organizaciones religiosas- para que garanticen la cobertura del pago de anticonceptivos, así como las numerosas demandas que enfrentan la libertad religiosa con los derechos reproductivos, han convertido al electorado femenino en uno de los ejes que pueden decidir próximas victorias.

El intento de diversos gobernadores republicanos para restringir y dificultar el derecho al aborto ha logrado revivir un movimiento que confía desde hace años en que ningún caso judicial logre hacer retroceder al Tribunal Supremo en su decisión de 1973, la histórica sentencia del caso 'Roe vs. Wade' que legalizó efectivamente el aborto en EE UU. En los tres últimos años, y gracias al auge del sector más conservador del Partido Republicano y el Tea Party, el país ha debatido desde la legalidad de la interrupción del embarazo, el momento en que se puede considerar al feto “persona”, si el gobierno federal debe financiar tratamientos anticonceptivos -incluso si es por razones médicas- para mujeres sin recursos, o el límite que separa los derechos reproductivos de la libertad religiosa.

El debate ha sido impulsado tanto por el empuje conservador como por los avances que introdujo la reforma sanitaria del presidente Obama, aprobada en 2010 y efectiva plenamente desde este año. La nueva legislación obliga a las compañías médicas, entre otras cosas, a proporcionar pruebas preventivas como las mamografías sin coste adicional. Las empresas, por su parte, deben garantizar que el seguro médico que otorgan a sus empleadas cubre el coste de anticonceptivos.

Ningún país del mundo ha logrado la plena participación de las mujeres”

La obligación a las organizaciones religiosas a proporcionar también esa cobertura, aunque no a pagarla, ha devuelto el debate a los tribunales. El Tribunal Supremo, que ya respaldó la reforma sanitaria de Obama hace dos años, estudiará en las próximas semanas si la ley fuerza a los grupos religiosos a violar su libertad confesional gracias a una demanda de dos empresas que alegan que si proporcionasen a sus empleadas un seguro médico que cubra anticonceptivos estarían violando sus creencias religiosas.

La sentencia del Supremo llegará apenas unos meses antes de la próxima convocatoria electoral, cuando numerosas candidatas, especialmente desde el bando demócrata, aspiran a incrementar la representación femenina en parte del Senado, la Cámara de Representantes y el gobierno de 36 Estados. Desde el poder ejecutivo y legislativo, las políticas podrían ayudar a inclinar la balanza hacia la igualdad de derechos en el país, impedir el retroceso con el que amenazan decenas de casos en manos de los jueces y terminar el trabajo demandado por Clinton.

“Ningún país del mundo ha logrado la plena participación de las mujeres”, declaró la exsecretaria de Estado ante Naciones Unidas. “Las mujeres y las niñas todavía representan la mayoría de los ciudadanos del mundo con peor salud, peor alimentación y peores salarios”. El grito de Clinton ante la ONU, pronunciado en clave internacional, puede movilizar al electorado femenino en los próximos meses. Como reconoció la política con más opciones a convertirse en primera presidenta de EE UU, su propio país, sin embargo, no puede presumir aún ante el resto del mundo de igualdad efectiva entre hombres y mujeres.

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