Tele para hoy, hambre para mañana
Cuando se apagan los focos empiezan los problemas para los parados reconvertidos en tenderos por la solidaridad o los emprendedores con falsos compromisos de inversión
El programa Entre todos, de TVE, anunciaba el pasado 2 de octubre a bombo y platillo la inauguración del primer negocio impulsado por la solidaridad de sus espectadores. La imagen de la mujer triste y llorosa que había visitado el plató dos semanas antes contrastaba con la de una señora rehecha, orgullosa y bien peinada, propietaria de un negocio a punto de estrenarse. La tele había obrado su magia, ¿o había sido la generosidad de los ciudadanos? Un reportero se desplazó a Mairena del Alcor (Sevilla) para narrar el momento en que Estrella Franco, que el día que expuso su caso había detallado que su familia malvivía con los 350 euros de la manutención de dos de sus tres hijas y la asistencia de Cáritas y la Cruz Roja, cortaba una cinta roja, mostraba su establecimiento y el rótulo en la puerta con los nombres de los 87 donantes que habían entregado los 7.500 euros que pidió en directo. Se trataba de un gran éxito para un espacio televisivo que cada tarde, de la mano de la presentadora Toñi Moreno, presenta los casos dramáticos de la España de la crisis solicitando que los ciudadanos arrimen el hombro. Un programa que forma parte de la ola de productos televisivos que en los últimos tiempos, apoyándose en el concepto de “emprendimiento”, promueve la creación de negocios mediante distintos formatos.
Pero que las cámaras se apagasen en Mairena solo aseguró un final feliz televisivo, porque nada queda ya de aquella tienda, bautizada Desavío Entre Todos. A Franco le fallaron las cuentas, y a principios de enero intentó sin éxito traspasar el negocio por casi el doble de la cantidad que había recibido, según un anuncio publicado en varias páginas web, que también hablaban de un negocio “en plena expansión”. La tendera ha alquilado un local más barato en Alcalá de Guadaira, donde reside, y ha empleado el género del anterior comercio. Pero cada vez que llueve, saltan los interruptores.
A Soraya Santos, de 35 años y con dos hijos, tampoco le salen los números desde que inauguró su taberna, La Corrala, en el barrio madrileño de Lavapiés. Logró 13.000 euros de ayuda. Apenas hay clientela un viernes por la noche, y la situación no mejora al miércoles siguiente en este espacio de decoración mimada. Santos no tenía experiencia en negocios y no ha recibido asesoramiento. ¿Qué ha cambiado en su vida desde que envió un correo electrónico a Entre todos? La mujer se encoge de hombros; está agradecida, pero no ve el negocio viable: ahora se preocupa por cómo ir pagando facturas que antes no tenía… Y para cubrirlas no ha abandonado su anterior trabajo: varias veces por semana sigue fregando escaleras, asegura.
Para Pablo Carrasco, productor de Entre todos, que importó el formato de Canal Sur, casos como estos no hablan del verdadero impacto del programa, que tiene una cuota de pantalla que linda el 9%. La televisión pública presta con él un servicio público, considera. Carrasco da cifras: 119 personas han conseguido dinero para abrir sus negocios; 36 ya han sido inaugurados; 63.000 espectadores han donado dinero a lo largo de 105 programas; se han registrado alrededor de 40.000 peticiones y 3.800.000 euros de donaciones. Las garantías de éxito no existen, dice, como sucede con un buen porcentaje de los negocios que cierran a los pocos años de su apertura “en la vida real”. “Si este programa lo emitiera una cadena privada, se criticaría a la pública por no hacerlo ella”, concluye. Pero las críticas no han cesado desde su arranque. Moreno tuvo que salir al paso de ellas. Medios internacionales como los franceses Le Figaro o L'Express describieron el suyo como un espacio que no escatima en lágrimas.
“Parece que solo existe la caridad y no los derechos. Ahí sacan la miseria que pueden, estigmatizan a los menores… ¡Nadie cuestiona por qué pasa esto! Para ser solidarios no hay que perder la dignidad…”. Es la conclusión de Ana Isabel Lima, presidenta del Consejo General del Trabajo Social, que fue invitada como experta al programa, aunque finalmente no participó porque le parecía amarillista y considera que no se basa en la justicia social. Más allá de esto, las implicaciones son políticas: “El mensaje es que el Estado de bienestar no se puede mantener”. TVE sirve, por tanto, de correa de transmisión del Gobierno, remacha.
Muchas personas que han abierto negocios por las donaciones de Entre todos lo defienden a capa y espada. El diseñador Ángel Albelo, quien regenta una tienda de camisetas serigrafiadas en Santa Cruz de Tenerife que ya está exportando, es un ejemplo. Aunque admite que los comienzos no han sido fáciles, es vehemente: “Más miedo me daba dormir en la calle que ir al programa” porque, en la situación que describe, o comía o pagaba el alquiler. “Uno descubre que España merece la pena. Ahora podemos ir con la cabeza alta”.
La presidenta del Consejo General del Trabajo Social afirma que el mensaje de TVE es claro: los derechos no existen
Elisabet Cuenca, una emprendedora “vocacional” que dejó un puesto directivo para lanzar su propio negocio, asegura que su triunfo en el programa Código emprende, también de TVE, le ha servido, y mucho. Los 100.000 euros entregados por el BBVA le han permitido comercializar los productos de su empresa, OpenDomo, fruto de dos años de I+D, y ha contratado a dos nuevos trabajadores. En el reality show seis competidores debían demostrar sus progresos de la mano de expertos. Cuenca, que sacó adelante la carrera de Empresariales mientras trabajaba como camarera y cajera de un supermercado, cree que el formato en el que participó es útil, pero critica otros más pasivos, como el de Entre todos: “No es de recibo llorar para que te den. Uno tiene que aportar algo: crear puestos de trabajo, ideas...”.
El objetivo de que las dos partes ganen parecía presidir el programa Tu oportunidad, basado en Dragon’s Den (la guarida del dragón) de la BBC, distribuido en 16 países y que se adaptó a TVE. Los emprendedores presentaban su negocio, y cinco inversores decidían si apostaban por él. El profesor del IESE e inversor Luis Martín Cabiedes resume: “Esta situación [la del boom del emprendimiento] me recuerda a aquello de María Antonieta: si el pueblo no come pan, pues que coma bollos…”.
Sin embargo, los acuerdos alcanzados en Tu Oportunidad en un tiempo récord no se materializan con similar eficacia fuera de cámara, cuentan los empresarios consultados. Si los concursantes saben poco de los inversores antes de pisar el estudio de TVE, lo mismo sucede en la dirección opuesta. Una emprendedora que prefiere ocultar su nombre y la naturaleza de su empresa porque piensa que revelarla le sería perjudicial, logró en Tu oportunidad una inversión a cambio de parte de su negocio. Después, esos compromisos no se mantuvieron en pie. Martín Cabiedes dice que emplea de término medio unos 160 folios de análisis antes de decidir si mete la cabeza en un nuevo negocio. E insiste: “La tragedia del desempleo en España no se soluciona así, sino acabando con el ir y venir de favores entre el Gobierno y las entidades bancarias para que vuelva a fluir el crédito”.
Otros expertos en emprendimiento, como el profesor asociado de ESADE Jordi Vinaixa, sí perciben algo positivo. En su opinión es bueno fomentar esta mentalidad basada en ser dueño del propio destino. “No todos son Messi o Ronaldo, pero la gente juega al fútbol…”, argumenta.
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