Obama respalda la donación de órganos entre personas con VIH
El mandatario de EE UU firma una ley que acaba con el veto de estudiar este recurso que "mejorará la atención a estos pacientes"
Los trasplantes entre personas afectadas por el virus de inmunodeficiencia humana adquirida (VIH) están cada vez más próximos en Estados Unidos. Recibir un órgano, una vez se consigue estar en la lista, es arduo; en algunos Estados del país puede tardar más de cinco años, sin olvidar la necesidad de compatibilidad entre receptor y donante, lo que puede retrasar mucho más el proceso.
Pero los enfermos de VIH ni siquiera tienen esta posibilidad. Estos pacientes y los afectados de sida (patología incurable, junto al grupo de enfermedades y sobre todo procesos infecciosos o tumorales que resultan de una infección no tratada o no controlada del VIH) son los únicos que tienen prohibido donar en el país.
Con el objetivo de acabar con esta problemática el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó el pasado jueves una ley por la que "se levanta el veto existente para investigar la donación de órganos entre pacientes con VIH". "Esta ley es un paso muy importante porque ayudará a mejorar la atención médica que se da a las personas que viven con el virus", aseguró el mandatario durante la firma, informa AP.
La nueva ley, denominada Política de Igualdad de Donación de Órganos en pacientes con VIH (HOPE Act) o S.330, que cuenta tan solo con tres páginas, tiene como objetivo encontrar vías por las que estos pacientes puedan donar órganos. La finalidad es elaborar reglas y guías que expliquen cómo deben llevarse a cabo estos tipos de trasplante, y será el Departamento de Salud de EE UU quién tendrá la última palabra para conceder el permiso. "Simplemente el paso de permitir que se estudie este tipo de donaciones es muy valioso para la salud pública estadounidense", aseguraron fuentes federales.
La regulación ayudará a "reescribir ciertos puntos de la ley existente sobre los Requisitos para Trasplantes de Órganos de 1988, por la que se prohibe que los pacientes con VIH puedan donar; una norma que fue redactada en pleno apogeo de casos de sida en EE UU en la década de los ochenta, cuando el miedo y el desconocimiento acerca del VIH propulsó medidas legales muy restrictivas hacía las personas que lo padecían en toda la geografía de EE UU.
Con el paso de los años, los antirretrovirales -medicamentos antivirales específicos- han conseguido que los pacientes con VIH vivan más tiempo; convirtiendo la enfermedad, que hace años era letal, en crónica. Esta situación de cronicidad hace que, muchas veces, estos pacientes necesiten un trasplante con urgencia, por lo que permitir la donación entre estos enfermos aumentará su calidad y esperanza de vida, según los expertos.
Muchas asociaciones que apoyan la regulación indican que "las personas con VIH que esperan un órgano, superan con creces el número de órganos que son adecuados para ellos y que el hecho de que estos pacientes puedan donar disminuirá la espera y aumentará las posibilidades de tener una vida mejor para estos enfermos".
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