El mejor país donde envejecer es Suecia
España ocupa el puesto 22 de 91 Estados por sus malos resultados en educación y empleo La clasificación, elaborada por HelpAge International, cuenta con el apoyo de la ONU
No es casualidad que Suecia, que este año celebra nada menos que el centenario de su sistema de pensiones estatal, sea el mejor país del mundo para envejecer. Este estado escandinavo ocupa el primer lugar del Índice Global de Envejecimiento 2013 que ha elaborado la organización HelpAge International, con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas. Los diez primeros puestos los completan Noruega, Alemania, Holanda, Canadá, Suiza, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Islandia y Japón. En las últimas plazas están Pakistán, Tanzania y Afganistán. España se encuentra en el puesto 22 de una lista de 91 países, en buena medida, por las debilidades que presenta en el empleo y el nivel educativo de sus mayores.
Esta clasificación es el primer intento de medir la calidad de vida y el bienestar de las personas mayores a partir de los 60 años, unos 900 millones de personas que en el año 2050 superarán los 2.000 millones. Para ello se ha recurrido a datos oficiales comparables entre países (obtenidos del Banco Mundial, Organización Mundial de la Salud, Organización Internacional del Trabajo y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación), lo que no siempre ha sido posible y ha reducido el ámbito del análisis a 91 estados que representan el 89% de la población mundial objeto del estudio. El trabajo se presenta hoy coincidiendo con el Día Internacional de las Personas Mayores.
El informe se apoya en cuatro parcelas: ingresos económicos, estado de salud, empleo y educación, y calidad del entorno social. España, con su vigésimo segundo puesto, se encuentra por detrás de países como Irlanda (puesto 12), Francia (18), Chile (19), Eslovaquia (20) o Israel (21); pero por delante de Bélgica (24) o Italia (27).
El lugar que ocupa España no es para tirar cohetes. Pero es probable que incluso pueda descender en próximas ediciones de la clasificación, que ha nacido con la intención de ser actualizada anualmente. “Hay que tener en cuenta que los datos que ofrece el trabajo aún no reflejan los efectos que tendrán los recortes que se están aplicando en parcelas que afectan directamente al bienestar de los mayores, como son las pensiones, la sanidad, la dependencia y, en general, los servicios sociales”, advierte Isabel Martínez Lozano, presidenta de HelpAge International en España.
Martínez Lozano explica que el apartado de empleo y educación es el que más penaliza a España en la clasificación. Respecto al escenario laboral (porcentaje de población entre 55 y 64 años con trabajo), “en nuestro país no hemos permitido compatibilizar pensión y empleo hasta hace poco”, relata la responsable de la entidad responsable de la clasificación. A ello habría que añadir las altas tasas de prejubilaciones, que Martínez Lozano califica abiertamente de “discriminación laboral por razón de edad”.
En cuanto a la educación de las personas mayores (tasa de mayores de 60 años con educación secundaria o superior), “España tiene una de las tasas de alfabetización más bajas en la franja de edad por encima de los 70 años, una circunstancia que cambiará a lo largo de la próxima década”, añade. Si solo se contabilizaran estos dos factores, España se hundiría por debajo de la mitad de la tabla mundial hasta alcanzar la posición quincuagésima.
Los resultados son algo mejores en cuanto al estado de salud de los mayores (puesto 39) o los ingresos económicos (31). Pero el auténtico punto fuerte se encuentra en lo que los autores de la clasificación denominan los entornos adecuados. Este apartado hace referencia a cuestiones como las relaciones sociales, la seguridad física en las zonas residenciales, las libertades cívicas o la accesibilidad al transporte público. En esta clasificación España se alza hasta el número 14, gracias a la extraordinaria nota que saca en cuanto a la solidez de las redes sociales y familiares.
La intención de los autores del índice va más allá del simple deseo de reflejar la situación comparada en la que se encuentran los distintos países que integran la clasificación. Además, pretenden fijar el foco sobre la rapidez con la que el mundo está envejeciendo, "Es preciso que esta cuestión sea tenida en cuenta en las agendas nacionales y este índice nos ofrece una mejor comprensión sobre la calidad de vida de mujeres y hombres a medida que envejecen, y nos ayudará a centrar la atención en lo que se hace bien, pero sobre todo, en lo que hay que mejorar", destaca Martínez Lozano.
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