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“La cigüeña embellece el cielo”

El biólogo fue clave en la preservación del humedal de los Aiguamolls de l’Empordà

Jacinto Antón
El ornitólogo Jordi Sargatal con sus inseparables prismáticos.
El ornitólogo Jordi Sargatal con sus inseparables prismáticos.Massimiliano Minocri

Pregunta. Dedica su vida a cantar —y valga la palabra— las excelencias de las aves. Pues debe detestar Los pájaros.

Respuesta. Exacto. Un mal favor hizo ahí Hitchcock. Por suerte luego se han hecho otras películas, como Nómadas del viento.

P. ¿Cuál es el pájaro más extraño que ha visto?

Pájaro a pájaro

El biólogo Jordi Sargatal (Figures, 1957) fue decisivo en la preservación de los humedales de los Aiguamolls de l'Empordà, en Girona, un paraíso para las aves. Le gusta volar, incluso ha saltado dos veces en paracaídas. Es uno de los editores del monumental Handbook of the Birds of the World (Lynx Ediciones). Su poeta aéreo favorito no es Shelley sino Neruda que en Arte de pájaros escribió, recuerda, aquellos versos: “Pájaro a pájaro conocí la tierra”. Y añade: “Eso es lo que yo hago”.

R. Un raro talégalo, en Papúa, el megapodio de Waigeo. Son aves como pavos que entierran los huevos para que se incuben con el calor de la vegetación podrida. Estuvimos nueve horas caminando junto a un río hasta llegar a la montaña en que lo observamos. Éramos los terceros blancos en verlo.

P. No le preguntaré si valió la pena.

R. ¡Oh, y tanto!

P. ¿Cómo empieza uno a aficionarse a ver pájaros? Esa gran birdwatcher que era Phoebe Snetsinger llegó a observar 8.000 de las 10.000 especies que existen tras diagnosticársele en 1981 un cáncer terminal y decirle los médicos que le quedaba un año de vida. Se equivocaron. Murió en 1999 en Madagascar en un accidente de automóvil, tras añadir el vanga de hombros rojos a su lista.

R. Yo he visto unas 6.000. Hay muchas maneras de comenzar. Empecé a los seis años en el jardín de la maternidad buscando la cigüeña que, me dijeron, había traído a mi hermano.

P. Es su ave favorita, ¿verdad?

R. Sí. La cigüeña embellece el cielo. Luego no he parado hasta ver todas las 19 especies de cigüeñas del mundo.

P. ¿Y?

R. Puedo morir más tranquilo.

P. Creo que tuvo una experiencia intensa llevando un grupo de cigüeñas en coche.

R. Sí, en un R12. Transportábamos ocho de Extremadura a las marismas del Empordà, al parque natural de los Aiguamolls, en 1978. Se marearon con las curvas y empezaron a vomitar: ranas, serpientes, lo que comen. Un viaje inolvidable.

P. Josefina reñía a Napoleón porque disparaba desde la ventana a los cisnes de la Malmaison. ¿Las aves lo tienen mal con el poder?

R. Y a veces bien. Las águilas, por ejemplo, han sido muy valoradas, como símbolos. Esa anécdota lo que retrata mucho es a Napoleón, ¡qué bruto!

P. Hay muchas cosas asombrosas en las aves. Y no hablaremos aquí de la portentosa vida sexual del acentor, que aunque carece de pene, como la mayoría de los pájaros macho —algo perturbador desde el punto de vista masculino—, presenta unos testículos en verdad notables, 50 veces más pesados, proporcionalmente, que los de un hombre corriente de los que ves en el gimnasio.

P. ¿Es verdad que los pájaros no hacen pipí?

R. Bueno, no exactamente. Orinar, orinar, no orinan. Lo hacen todo junto. El excremento lo incluye todo.

P. Parece que es cuestión de aerodinámica, qué cosa...

R. Cierto, Están diseñados muy cuidadosamente para poder volar. Se trata de eliminar todo el peso superfluo. Por eso además evacúan tan a menudo.

P. Pues lo del acentor...

R. Ese sobrepeso solo lo tienen en época de reproducción.

R. ¿Es importante el sexo para los pájaros?

R. Parecería que sí. Como para todos. Pero en general sus cópulas son muy cortas.

P. ¿De cuánto tiempo estamos hablando?

R. En muchas especies menos de un segundo.

P. Vaya, realmente es poco.

R. Les evita distracciones peligrosas. A mí en todo caso lo más maravilloso me parece la migración. El charrán ártico va cada año del Ártico a la Antártida.

P. ¿Cómo sería el mundo sin pájaros?

R. Una cosa tristísima, no puedo imaginar nada peor. Los sitios en que no hay pájaros, como Pekín, son deprimentes.

P. ¿No es un poco obsesivo lo de observar pájaros? Yo mismo he hecho cosas inconfesables para anotarme la oropéndola.

R. Es como un virus. Tiene algo de la pasión del coleccionismo. Es fácil empezar, basta con ponerse a mirar. Enriquece enormemente la vida. Te hace abrir los ojos a la belleza del mundo.

P. Los machos de las aves son en general más vistosos y las hembras más discretas. ¿Hay alguna lección ahí?

R. Los machos gastan mucha energía presumiendo y marcando el territorio. Y resultan más visibles para los depredadores. Ellas son más prácticas.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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