La presión de los Gobiernos de la UE rebaja la norma de tabaco
Bruselas renuncia a prohibir los cigarrillos finos
El comisario europeo de Salud, el maltés Tonio Borg, lleva meses repitiendo que el tabaco debe saber, oler y parecer tabaco; y que, por tanto, todas las modalidades de este producto que traten de enmascararlo deben ser prohibidas. Borg se ha salido este viernes con la suya en los aspectos relacionados con esta filosofía, pero a cambio de ceder a la presión que algunos Gobiernos de la UE y la industria llevan meses ejerciendo.
El texto pactado por la Comisión Europea y los ministros de Sanidad de los Veintisiete incluye la prohibición del tabaco mentolado y de sabores como fresa o vainilla. Pero, a cambio, se caen algunas de las propuestas iniciales de Bruselas: las advertencias sobre el riesgo de fumar no ocuparán un 75% de la superficie de la cajetilla, como pretendía la Comisión, sino el 65% (ahora es el 40%). Los ministros de Sanidad, reunidos en Luxemburgo, han decidido también eliminar la propuesta de Borg de prohibir los cigarrillos ultrafinos.
Borg, pese a las rebajas que se ha visto obligado a aceptar, ha asegurado que el acuerdo de este viernes mantiene el espíritu de la propuesta que había hecho la Comisión a finales del año pasado. Con esta normativa, Bruselas pretendía evitar que los aditamentos que usa la industria del tabaco no sirvan de imán para que las nuevas generaciones empiecen a fumar. Los lobbies de la industria tabaquera llevan meses desplegando su influencia para rebajar su alcance. Entre los países, el bando de los que pretendían evitar más prohibiciones (especialmente la del tabaco mentolado) está liderado por Polonia, uno de los principales productores, que teme las consecuencias que esta norma puede tener en una industria que ya está viendo cómo disminuye rápidamente el número de consumidores. “No debemos sacrificar la vida de nuestros niños por los intereses de nuestra industria”, replicó el ministro irlandés de Sanidad, James Really, cuyo país ocupa la presidencia rotatoria de la UE. Polonia, República Checa, Rumanía y Bulgaria votaron en contra del acuerdo.
Los cigarrillos electrónicos podrán seguir comercializándose por debajo de determinado nivel de nicotina, pero deberán incluir advertencias sobre los riesgos para la salud. Si superan el umbral, solo estarán permitidos si se consideran productos médicos, como los destinados a las terapias de sustitución de la nicotina.
El comisario europeo confía en que la nueva norma entre en vigor en un plazo máximo de tres años y medio. Pero el largo proceso para aprobar la norma aún no ha acabado. El acuerdo de Comisión y Consejo debe pasar por el Parlamento. El comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria de la Eurocámara votará el borrador el próximo mes de julio.
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