La crisis abre la brecha de la innovación en la UE

Europa avanza modestamente en innovación, pero la prolongada crisis económica ha agrandado las diferencias entre países. Las estrecheces presupuestarias hacen que los menos innovadores empiecen a perder terreno mientras los más avanzados resisten, lo que frena la convergencia observada hace unos años. Así lo refleja un informe de la Comisión Europea sobre innovación, que clasifica a los países en función del impulso aplicado. España ocupa el puesto 16 de los 27 Estados, por debajo de la media, aunque la situación mejora mínimamente desde el año pasado. El mayor éxito innovador se registra en Suecia y el menor, en Bulgaria.

La UE mide desde el año 2010 el énfasis con que cada Estado aplica a la innovación. Ya con la crisis encima, el conjunto de países mejoró un 1,6% entre 2008 y 2012, con tasas más moderadas en los que ya contaban con una buena posición de partida y avances más pronunciados entre los que aún tienen que mejorar. Pero el año 2012 truncó esa aproximación, según el Marcador de Innovación 2013, que la Comisión Europea presentará este martes y que evalúa ese concepto mediante 25 indicadores tan diversos como el nivel educativo de la población, las publicaciones científicas, el gasto público y privado en I+D, la solicitud de patentes o el empleo en actividades de alta cualificación.

El informe, al que ha tenido acceso este periódico, muestra la preocupación de Bruselas por los “insuficientes avances” que ha experimentado Europa desde el lanzamiento en 2010 de la Estrategia 2020, que en el ámbito de la investigación fija como objetivo invertir un 3% del PIB comunitario en actividades de I+D+i. Las últimas cifras, relativas a 2011, sitúan este porcentaje en el 2,03% del PIB. Desde ese momento, el indicador ha empeorado en nueve países. Aparte de los previsibles Grecia y Portugal, en este grupo figura Reino Unido.

España ha mejorado su posición, pero aún se ubica en el la categoría que la Comisión Europea denomina innovadores modestos. El país obtiene buena nota en lo relativo a publicaciones científicas y en efectos económicos de la innovación, salvo en los ingresos asociados a las patentes. El peor desempeño corresponde a la inversión empresarial en innovación y a los recursos invertidos por los fondos de capital riesgo (los que depositan su dinero en negocios rentables para retirarlo una vez obtienen el beneficio previsto).

Fuera de la Unión Europea, la carrera por la innovación la gana Suiza, con la que la Unión Europea ha ido recortando posiciones en los últimos años. Lo mismo ha ocurrido con Estados Unidos y con Japón, que superan a los países comunitarios pero cada vez con menos distancia. De los territorios analizados, la brecha solo se agranda con Corea del Sur.