Ahorrar en derechos es perder en valores
"Ante un tema tan sensible como el derecho a la salud, los españoles dan prioridad a la protección de los derechos fundamentales de las personas"
La sociedad española no termina de creer que la reforma sanitaria que acometió el Gobierno –y que excluye de la asistencia sanitaria normalizada a los extranjeros en situación irregular- represente un ahorro significativo para el Sistema Nacional de Salud. En cambio, sí observa -de manera clara- que esta exclusión va en contra de los derechos fundamentales de las personas tal y como establecen nuestra leyes (lo afirma un 77%) además de suponer un riesgo para la salud pública al dejar sin tratamiento a personas que pueden padecer una enfermedad infecto contagiosa (un 72%).
Ante un tema tan sensible como el derecho a la salud y la integridad física de los inmigrantes irregulares, los españoles dan prioridad a la protección los derechos fundamentales de las personas a la hora de establecer medidas de ahorro. Esta opinión mayoritaria coincide con el argumento expresado esta semana por el Tribunal Constitucional al sostener que el derecho a la salud debe prevalecer sobre el ahorro económico.
La sanidad, la vivienda, la educación y el gasto social son temas vertebradores de los valores sobre los que se construye una sociedad. Diferenciar una salud para españoles y otra para inmigrantes en situación irregular significa trazar una frontera -hasta ahora inexistente y de dudosa legalidad - en nuestra Constitución.
Para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud han de existir prioridades que no impliquen forzosamente un ahorro en derechos individuales y garantías sociales. El hecho de que -ante la exclusión de la atención sanitaria a los inmigrantes irregulares- los españoles vean en primer lugar una vulneración de derechos individuales y seguidamente un riesgo para la salud de todos, refleja por su parte una escala de valores de la que tomar ejemplo. Escala de valores que puede resultar clave a la hora de afrontar los retos de futuro que –como sociedad- tenemos por delante.
Violeta Assiego es abogada y colabora con Metroscopia en temas de pobreza urbana, exclusión y desigualdad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.