Gran recuperación del atún rojo en solo seis años de control pesquero
La convención de la especie ultima un informe que apunta que la población reproductora se ha duplicado Los científicos, sorprendidos por los datos
El atún rojo es una especie sorprendente en muchos aspectos. Los adultos llegan a pesar 300 kilos, tienen sangre caliente y son capaces de nadar a 70 kilómetros por hora. No solo eso, sino que ha demostrado una envidiable capacidad de recuperación. En 2006, tras décadas de sobrepesca, y cuando sonaron todas las alarmas por la creciente demanda de sushi, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) fijó un plan de recuperación que redujo la cuota de captura —ha bajado de 32.000 toneladas en 2007 a 12.900 en 2012—, la capacidad de la flota e impuso una talla mínima de 30 kilos para pescarlo. Pese a repetidos anuncios catastrofistas sobre el plan, ha funcionado. El Comité Científico de ICCAT ultima un informe, a uno de cuyos borradores ha tenido acceso EL PAÍS, que destaca la recuperación de la especie. Pese a las incertidumbres sobre los datos, la revisión ha sorprendido a los científicos.
En 2010, el comité de la ICCAT realizó el primer análisis sobre cómo funcionaba el plan. Usó datos de 2009 y en solo dos años apuntaba cierto optimismo. ICCAT, que agrupa a 48 países, mantuvo cuotas y encargó actualizar la evaluación en 2012.
Entre el 4 y el de 11 septiembre pasado, el organismo reunió en su sede, en Madrid, a unos 50 expertos de una veintena de países. También estaban responsables de la pesca de cerco, las almadrabas, ONG, la Comisión Europea... De la “sesión de evaluación de stock del atún rojo” debía salir el documento que aprobará la ICCAT a principios de octubre.
El texto, que aún no es público y está sujeto a cambios en la forma —no en los principales datos—, revela optimismo. Para ello destaca que las capturas de las almadrabas (redes fijas en la costa) han crecido desde 2007 y que los cerqueros cada vez tardan menos en completar su cuota. Un ejemplo: el grupo Balfegó, de Tarragona, cumple en menos de una semana de pesca con el cupo asignado.
Los expertos albergan dudas sobre la velocidad de la recuperación
Los pescadores llevan años diciendo que hay mucho más atún del que decían los ecologistas —“saltan de la mar”, como lo definía un experto patrón—, y ahora los científicos parecen asumir esta tesis. “La tendencia reciente en los indicadores es probablemente el reflejo positivo de las recientes medidas de gestión”, señala el comité. Los científicos aseguran que desde mitad de los años noventa hasta 2007 las capturas reales de atún rojo fueron mucho mayores de las declaradas y pudieron llegar a entre 50.000 toneladas y 61.000. Entonces, los pescadores usaban avionetas para seguir los cardúmenes —luego fue prohibido—. Al pescarlos en época de cría, cuando se juntan en el Mediterráneo, era relativamente sencillo que un cerquero sacara de una tacada enormes cantidades de atún. La cuota ha bajado ahora a 12.900 toneladas.
“Desde 2008, hay una reducción significativa en las capturas declaradas, siguiendo las cuotas más restrictivas”, señala el comité, que añade que hay incertidumbres metodológicas. “Todos los modelos aplicados por el grupo muestran una clara recuperación de la biomasa del atún reproductor, pero la velocidad y la amplitud de esta tendencia al alza sigue siendo muy incierta”. Aún así da estimaciones optimistas. Cita que la biomasa reproductora de atún rojo (el mayor de cuatro años) era de 300.000 toneladas entre finales de los años cincuenta y principios de los setenta, bajó hasta las 150.000 a mitad de los 2000. Ahora, la biomasa se ha estimado entre 295.000 y 380.000 toneladas, según fuentes conocedoras de las deliberaciones y que piden el anonimato porque el informe aún no es público.
“Con el plan de recuperación, la flota europea ha dejado de capturar un millón de juveniles al año. Solo esa medida ha tenido un impacto enorme en la población”, dice uno de los presentes. Cuatro fuentes confirman las conclusiones, pero piden no ser citados.
Entre 1990 y 2006, la demanda de sushi llevó la especie a una situación límite
El plan de recuperación del atún rojo se marcó como objetivo tener un 60% de probabilidades de conseguir en 2022 el “rendimiento máximo sostenible de la especie” —lo que implica pescar 50.000 toneladas sin afectar a la población—. Ahora, el comité afirma que manteniendo las cuotas, algunos modelos dan que la recuperación se podría alcanzar antes, en 2016.
Los científicos señalan que dadas las limitaciones metodológicas en la próxima evaluación, en tres años, deberán utilizar una nueva metodología para estimar la población. Y que, mientras tanto, se deberían mantener las condiciones actuales.
Sergi Tudela, de la ONG WWF, señala que “con todas las precauciones existentes, WWF se congratula por las buenas noticias, que no son ajenas al trabajo en pro de la conservación de esta especie desarrollado por esta organización los últimos 12 años”.
Durante años, los ecologistas han tenido al atún rojo como un icono, y la pugna con los pescadores no ha terminado del todo. Tudela afirma: “Apoyamos plenamente la demanda de los científicos de mantener las medidas de gestión actuales durante los próximos tres años, y animamos a redoblar los esfuerzos para eliminar la pesca ilegal”. La industria, mientras, comienza a pensar que es el momento de aumentar la cuota, aunque no a los niveles anteriores al plan de recuperación (entre otras cosas porque eso hundiría los precios).
WWF considera que “el ejemplo de la gestión de la pesquería de atún rojo debería animar a la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y los países miembros a aprobar una nueva Política Pesquera Común” con planes de varios años que incluyan “programas efectivos de reducción de la sobrecapacidad pesquera”.
Lo que se abre paso ahora es que el atún rojo, modelo de pesca insostenible durante años, puede pasar a ser ejemplo de lo contrario, de recuperación con medidas de control y gestión. Los aficionados al sushi pueden tener al fin una buena noticia.
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