El copago reduce las recetas un 7% y el gasto en medicamentos un 6%
Sanidad obvia la acaparación que hubo en junio al dar los datos de julio
El copago ha hecho que el consumo de fármacos caiga alrededor de un 6%, y que el número de recetas baje un 7%, según los cálculos que ha hecho este periódico. Estas cifras están muy alejadas del 14,14% en la disminución del número de prescripciones y el 23,9% en el gasto que maneja el Ministerio de Sanidad. Pero es que el departamento que dirige Ana Mato ha preferido dar la estadística solo del último mes, sin analizar el total. Las cifras que presentó el lunes Sanidad, y que ayer repitió la ministra en una reunión que tuvo con los consejeros de nueve comunidades (ocho gobernadas por el PP y Cataluña), comparan los datos de julio de 2012 y 2011. Pero obvia una serie de matices.
El primero es que en junio hubo un importante acaparamiento de fármacos por parte de los afectados. El número de recetas subió más del 10%, y el gasto, frente a descensos mensuales de más del 4%, subió un 3,8%. Lógicamente, esta compra anticipada ha afectado a los datos de julio, y le ha atribuido unos descensos que no son atribuibles al copago.
El caso de las recetas es la medida exacta de cuántos fármacos dejaron de financiarse. Se trata de la parte más inelástica del sistema, y su número crece de una manera continua y prácticamente lineal. Por eso es fácil crear un modelo sobre cómo debería haberse comportado en junio y julio si no hubiera habido alteraciones, como el anuncio del cambio en el copago farmacéutico. En el modelo que ha construido EL PAÍS mediante un sistema matemático que ajusta los datos a la fórmula de una recta, se observa que entre junio y julio, si no hubiera habido factores como el copago, se tenían que haber prescrito 170 millones de recetas. Como en la realidad, fueron 157,5 millones, el descenso es de un 7,4%.
En el gasto el cálculo es más complejo, ya que es la partida sobre la que más se ha actuado. A partir de 2009, gracias a las medidas del anterior Gobierno (rebajas de precio, obligación de dar el genérico más barato) ya estaba descendiendo. Si se compara la suma del gasto conjunto de junio y julio entre 2011 y 2012, para evitar el efecto del acaparamiento que hubo este año, el ahorro este año es del 10,17%. Si se descuenta un 4% de rebaja por las medidas que ya estaban en marcha, el efecto del copago queda en el 6%. Y a esto habría que descontarle el efecto del copago, que es, en la práctica, una rebaja para la Administración. Ninguno de estos matices figuraba en la nota de Sanidad.
Al obviar todos estos factores, la ministra se permitió decir en la reunión de ayer que “por primera vez se ha producido una disminución del 23,93% [en el gasto farmacéutico] respecto al mismo mes del año pasado, configurando el descenso más pronunciado”. En el encuentro, Mato recalcó ante los consejeros presentes, que los inmigrantes enfermos crónicos sin papeles serían atendidos, pero que “el que no tenga tarjeta sanitaria, deberá abonar dicha asistencia”. No hubo mención a la idea inicial de que fueran las ONG las que den servicio sanitario a estas personas, como la ministra había dicho al principio. Se trata, pese a todo, de un avance frente a la postura inicial, ya que esa posibilidad no estaba en los decretos ni órdenes para reducir el gasto sanitario que ha preparado este Gobierno, aunque incluso comunidades como Madrid, nada sospechosa de llevar la contraria al ministerio, ya habían anunciado algo parecido. Lo que no se sabe, a tres días vista, es cómo se va a hacer.
La ministra también puso el foco en un grupo que, hasta ahora, ha quedado fuera de los esfuerzos ahorradores de Sanidad: el personal sanitario. Estos profesionales, que representan el 40% del presupuesto sanitario, se han visto afectados por los recortes generales a los trabajadores públicos. Pero Mato, sin especificar, dijo que quería “reflexionar sobre posibles modelos retributivos”. “Se deberá tener en cuenta la combinación acertada de criterios de eficiencia en la gestión y la necesaria motivación de los profesionales sanitarios”, añadió.
Lo que sigue sin solucionarse es el conflicto sobre los datos de gasto farmacéutico del País Vasco, la única comunidad que no ha aplicado el copago, y que amenaza con tampoco dejar fuera a los inmigrantes sin papeles. Sanidad le atribuye, como consecuencia de esa decisión, un aumento del gasto de julio a julio del 5,83%, pero la consejería insiste en que el dato es erróneo y, según las cifras que ha mostrado a EL PAÍS, registró un descenso del 4,1%. La discrepancia está en que el ministerio ha tomado, por primera vez, según ha comprobado este periódico, el gasto en medicamentos más otros productos de venta en farmacias (pañales, por ejemplo), y no solo el de fármacos. Con ello se altera la validez de la serie estadística. El porqué del cambio no está claro. La consejería indica que es un error del ministerio, y este contesta que lo es de la consejería.
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