Sin pistas del avión de Amelia Earhart
Concluye sin éxito la expedición para encontrar los restos del bimotor en el que la aviadora desapareció hace 75 años
La desaparición de la aviadora Amelia Earhart en el sur del Pacífico, mientras pilotaba si bimotor Lockheart Electra en su afán por dar la vuelta al mundo, sigue siendo uno de los enigmas más intrigantes de la historia reciente. Los intentos por hallar los restos de su aparato, en el que volaba acompañada por Fred Noonan, comenzaron prácticamente instantes después del último contacto que ésta mantuvo con la Guardia Costera el 2 de julio de 1937.
En la expedición se han invertido 1,8 millones de euros, y el Departamento de Estado y la Universidad de Hawai han participado aportando material
“Debemos estar sobre vosotros, pero no podemos veros. Nos estamos quedando sin combustible”. Son las últimas palabras que han quedado grabadas de Earhart. 75 años después, sigue sin aclarase dónde yacen los restos de su avión. La última expedición que ha tratado de hallarlos ha dado por concluida su misión sin éxito esta semana.
El pasado 3 de julio, el Grupo Internacional para la Recuperación de Aviones Históricos (TIGHAR, por sus siglas en inglés) partió de Hawai rumbo al islote de Nikumaroro, en la República de Kiribati. Allí fue donde, según la teoría del fundador del grupo, Richard Gillespie, aterrizaron de emergencia Earhart y Noonan y en la que fallecieron poco después. El descubrimiento de una foto aérea del atolón tomada en octubre de 1937 -en el que aparece una imagen borrosa de lo que podría ser parte del tren de aterrizaje del bimotor de Earhart, en el fondo del mar junto a un arrecife- y el hecho de que en Nikumaroro se hayan encontrado objetos de los años 30 -una crema para la cara o una navaja similar a la que llevaba el piloto-, fueron el acicate necesario para poner en marcha el proyecto. Hasta el momento se han invertido 2,2 millones de dólares en la búsqueda. El Departamento de Estado y la Universidad de Hawai también han participado aportando material.
Todo el material fotográfico y de vídeo, así como los datos obtenidos gracias al sonar, serán compartidos a través de su página web para encontrar más claves sobre el paradero del bimotor
En la empresa se ha utilizado la última tecnología, robots y vehículos submarinos teledirigido, así como un sonar multihaz capaz de cartografiar el fondo del mar a una profundidad de más de once kilómetros, de acuerdo con la información facilitada por el canal Discovery Channel. El canal emitirá en agosto un reportaje sobre la misión de TIGHAR. El arrecife en el que se concentró la exploración se encuentra en el extremo oeste de Nikumaroro, a unos 1500 metros bajo el mar. Sin embargo, la búsqueda, según declaró a AP la presidenta de la organización responsable de la expedición, Pat Thrasher, estuvo llena de problemas. “No esperábamos que las aguas fueran tan peligrosas”, dijo. Uno de los robot utilizados encalló en el arrecife y perdieron varios días en sacarlo a la superficie.
Pese a no haber conseguido encontrar ninguna huella del aparato de Earhart, Thrasher se muestra satisfecha. “Esto no es como en Indiana Jones, donde llegas, cruzas una puerta y encuentras el tesoro”. No es la primera vez que una expedición fracasa en su búsqueda de la estela de la aviadora. El Instituto Waitt ya emprendió otros dos proyectos similares en 2007 y 2009, ambos sin éxito. El año que viene reanudarán las pesquisas, esta vez en el interior de la isla. De momento, todo el material fotográfico y de vídeo, así como los datos obtenidos gracias al sonar, que ha recopilado TIGHAR serán compartidos con los internautas a través de su página web con el objeto de que, con el análisis de otros expertos, puedan encontrar más claves sobre el paradero del bimotor.
El enigma aún puede resolverse. En el 75 aniversario de su desaparición -cuando Earhart estaba a punto de completar el trayecto entre Nueva Guinea y la Isla de Howland, una de las etapas de su intento de convertirse en la primera mujer que daba la vuelta al mundo en avión-, otra expedición iniciará la búsqueda de los restos del aparato. Este grupo emprenderá su investigación en los próximos meses y en las inmediaciones de la Isla de Howland. Los expedicionarios barajan una hipótesis distinta a la de TIGHAR. Resta por ver si lograrán confirmarla o protagonizarán u nuevo intento fallido, como tantos otros que a lo largo de los últimos tres lustros, en lugar de desentrañar el misterio, han contribuido a engrosar la leyenda de Earhart.
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