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El romance acabó con el obispo

El Papa acepta la renuncia del prelado argentino fotografiado con una mujer Era un cura moderado, cercano a los pobres y enfrentado a los políticos

Alejandro Rebossio
Monseñor Fernando María Bargalló y su acompañante, tras ser descubiertos en una playa de Puerto Vallarta.
Monseñor Fernando María Bargalló y su acompañante, tras ser descubiertos en una playa de Puerto Vallarta.

El Papa Benedicto XVI aceptó ayer la renuncia del presidente de Cáritas Latinoamérica, Fernando Bargalló, a su cargo de obispo de la diócesis de Merlo-Moreno, dos municipios pobres de la periferia oeste de Buenos Aires. Después de que se difundieran la semana pasada unas fotos de Bargalló bañándose en la playa con una mujer, el obispo reconoció el romance y dimitió el viernes por tratarse de una “causa grave”, según el Código de Derecho Canónico.

El prelado, de 57 años, no era progresista ni ultraconservador. Era de una línea moderada, fiel a Roma, pero tolerante con curas tercermundistas, con un compromiso social que lo llevó a enfrentarse con políticos. El viaje con su amante a un hotel de lujo en México en 2011 ha puesto en tela de juicio su austeridad, pero también ha demostrado que alguien quería arruinarle la carrera y lo siguió en todo su periplo. ¿Quién fue y por qué guardó las fotos casi un año y medio? No se sabe. El obispo se defendió ante la Nunciatura Apostólica (embajada del Vaticano) acusando de difamación al alcalde de Merlo, Raúl Othacehé.

Bargalló y su amante se conocían de la infancia. Son de familias adineradas de San Isidro, en el norte del Gran Buenos Aires. Había sido novios en la adolescencia, pero él acabó el colegio y entró en el seminario. A los 24 años se ordenó sacerdote. Quienes lo conocen de aquel tiempo lo recuerdan con una “gran capacidad de escucha, muy medido, siempre hacía lo que tenía que hacer, de estructura conservadora, tibio, pero comprometido con lo social, sin llegar a ser un revolucionario”. Bargalló casó a su antigua novia, que se separó hace ya 10 años, bautizó a sus tres hijos y fue padrino de uno de ellos. A los 39 años fue nombrado obispo.

“En el episcopado argentino, Bargalló era de los tipos potables, es el obispo que a mí me gusta”, opina Eduardo de la Serna, coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, sucesores de los tercermundistas de los setenta. De la Serna dice que él, a diferencia de la jerarquía católica, no se escandaliza por las fotos de Bargalló, sino por las de los jefes de la Iglesia con el entonces dictador argentino Jorge Videla (1976-1983). “Me escandalizaría si tuvo una vida de lujo”, dice el coordinador de curas progresistas, algunos de cuyos miembros trabajan en Merlo, se han enfrentado al alcalde por denunciar la situación social y fueron defendidos por Bargalló. Othacehé gobierna Merlo desde 1991 y siempre ha tenido una mala relación con el obispo, quien lo acusó de corrupto. EL PAÍS llamó a Othacehé, pero no obtuvo respuesta.

En la crisis argentina de 2001, el alcalde de Moreno y Bargalló encabezaron una marcha hacia el centro de Buenos Aires para pedir la renuncia del entonces presidente de Argentina, Fernando de la Rúa. Bargalló pedía calma a los manifestantes, pero algunos saqueaban comercios en el camino.

En 2008 se puso del lado de los grandes y medianos agricultores en su disputa contra la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Después de que ella les pidiera que fueran “más solidarios porque la avaricia es el peor de los pecados”, el ya entonces presidente de Cáritas Latinoamérica respondió que la “soberbia es más grave”.

Una diputada que pregona la despenalización de las drogas y el aborto, Victoria Donda, guarda una buena impresión del obispo. En 2010 presidía la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y quiso que se celebrara en Merlo una sesión para recoger denuncias de persecución de Othacehé contra militantes políticos, sociales y religiosos. “Bargalló nos ayudó mucho. Nos prestó la sede de Cáritas porque no nos daban ningún lugar municipal para reunirnos. Después prendieron fuego a la sede. Othacehé es el peor de todos los alcaldes del Gran Buenos Aires”, dispara Donda. Los seguidores de Othacehé acusan a Bargalló de meterse en política y de ocuparse poco de los pobres.

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