Protestas en toda España contra los recortes en educación
Decenas de concentraciones de estudiantes y profesores calientan la huelga del próximo día 22
Decenas de concentraciones de estudiantes, profesores y padres (algunas de solo varios cientos, como en Madrid y Barcelona, otras de varios miles, como en Santiago de Compostela) han jalonado hoy toda la geografía española contra los recortes educativos. Las concentraciones y otras acciones como encierros o paros simbólicos en las escuelas, convocadas por el Sindicato de Estudiantes, por un lado, y por la Plataforma Estatal por la Escuela Pública (formada por sindicatos, asociaciones de padres y de alumnos), son el inicio de unas protestas que culminarán el 22 de mayo con una huelga educativa en toda España y en todos los niveles (desde infantil a la Universidad). Rechazan el decreto aprobado hace dos semanas por el Gobierno que pretende que las autonomías recorten 3.000 millones de euros en enseñanza a partir del curso que viene. Un tijeretazo que se suma a los más de 3.400 millones de euros que ya han perdido en los dos últimos años los presupuestos para escuelas y universidades de las autonomías y el Gobierno central.
Desde Bruselas, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha dicho que respeta el derecho a manifestarse, pero que no comparte los “juicios, o más bien prejuicios”, que se están haciendo sobre las medidas del Gobierno, las cuales explica simplemente por la obligación de cumplir los objetivos de déficit marcados para España. En realidad, son las comunidades las que tienen que poner en marcha las medidas de recorte colocadas en sus manos por el Ministerio de Educación; de ellas dependerá la profundidad del tijeretazo, aunque sí se establece un mínimo de ajustes (en el horario docente, por ejemplo) que se verán todas obligadas a hacer. En todo caso, Wert ha insistido en que las medidas se han tomado de la forma que les ha parecido “menos perjudicial para la calidad del sistema educativo", informa Efe.
Estas son, entre otras, el aumento la jornada docente de los profesores (el tiempo que pasan dando directamente clase), tanto en escuelas como en los campus, para poder reducir las plantillas, además de incrementar el límite de alumnos por aula de colegios e institutos y encarecer en unos 540 euros más al año las matrículas universitarias (ahora el coste medio es de unos 1.000 euros).
Wert ha restado importancia a las protestas, porque "en el caso de Madrid" solo ha visto "alrededor de 30 personas", "según las imágenes", algo que, a su juicio, demuestra que "hoy los estudiantes están más preocupados por estudiar y por sacar su curso".
En Madrid, se han concentrado esta mañana unos 300 alumnos convocados por el sindicato de estudiantes y, por la tarde, alrededor de un millar de profesores convocados por los sindicatos. Entre las más concurridas han estado las de Murcia, con unos 25.000 manifestantes según los organizadores, León y Las Palmas de Gran Canaria, con unos 2.000, según las agencias.
La jornada se ha saldado también en Andalucía con un “seguimiento mayoritario”, según el sindicato CC OO, que sostiene que el 90% de los centros educativos de la comunidad ha respaldado los paros de diez minutos que se celebraron por la mañana. Por la tarde, ha habido concentraciones en todas las capitales de provincia, con unos 9.000 manifestantes, según este sindicato.
También han sido concurridas las de Galicia, donde miles de personas ha marchado por las calles de A Coruña, Ferrol, Lugo y Vigo, aunque es Santiago la ciudad que ha congregado a un número mayor de manifestantes, más de 3.000, informa Diana Mandiá. Con lemas como Vendo riñón para pagar matrícula, los estudiantes se ha apostado con sus pancartas frente a los edificios de la Xunta para protestar por la subida de tasas, que tanto el presidente Alberto Núñez Feijóo como los rectores de las tres universidades gallegas prometen "mínima". La mayoría de los manifestantes eran estudiantes universitarios, descontentos no solo por el esfuerzo económico que se les exige sino también por el endurecimiento de los requisitos para acceder a una beca. Las dos marchas convocadas, una por la Plataforma Galega en Defensa do Ensino Público, integrada por colectivos nacionalistas, y otra por el Sindicato de Estudiantes, acabaron confluyendo en las calles del casco viejo, con referencias constantes a los gastos de la Casa Real – “¡Más estudiantes y menos elefantes!, coreaban los manifestantes”- y las inyecciones de fondos públicos a la banca.
Los sindicatos estudiantiles critican también la reducción de modalidades de bachillerato que deben ofrecer los institutos, limitada a una si la Administración autonómica lo cree oportuno. Iria Aboi, secretaria general de la organización Galiza Nova, tacha la medida de "discriminatoria con el medio rural" y augura que la falta de oportunidades de elección forzará a los jóvenes del campo a marcharse a ciudades o pueblos más grandes para poder estudiar el bachillerato deseado.
“Este es el primer paso para preparar la huelga estatal de educación y universidad el 22 de mayo en toda España”, ha anunciado esta mañana en Valencia Carlos Naranjo, líder del Sindicat d’Estudiants del País Valencià, durante la marcha a la que acudieron medio millar de alumnos de enseñanzas medias.
El líder del Sindicat d’Estudiantes ha denunciado el aumento de ratio autorizado por la Consejería de Educación valenciana que aumentará la “masificación” ya existente en el sistema educativo no universitario. “Si ahora somos 40 en clase, ¿cuántos seremos con la subida de alumnos autorizada ya?”.
“Reclamamos una educación pública de calidad y en valenciano”, ha rematado Naranjo, acompañado por representantes de sindicatos como la CGT y miembros de la Federación de Padres de Alumnos (FAPA-Valencia). Orozco ha prevenido de que con la subida de tasas universitarias, “la matrícula pasará a costar de 1.500 euros de media a 2.000”.
"En un momento en el que hay más de cinco millones de trabajadores en el paro, más de un millón y medio de familias con todos sus miembros de la familia en el paro, se plantea una reforma que va a conllevar que los hijos de los trabajadores no podamos ir a la universidad", ha lamentado el coordinador del Sindicat d’Estudiants, informa Neus Caballer.
En Barcelona, cerca de 400 estudiantes de secundaria se han manifestado por el centro de la ciudad, seguidos de cerca por 10 furgonetas de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra, como forma de disuasión para evitar que se repitan los graves altercados producidos en las huelgas vividas en los últimos meses en la capital catalana, informa Ivanna Vallespín. Un fuerte dispositivo policial también blindó ayer el Parlamento catalán, que celebraba sesión plenaria, aunque solo recibió la visita de medio centenar de manifestantes que lanzaron proclamas del estilo “más educación, menos corrupción”.
En Tarragona, unos 200 estudiantes salieron a la calle para protestar contra los recortes, mientras en Lleida fueron los universitarios (también 200) los que se manifestaron por el encarecimiento de las matrículas.
En Madrid, Miguel Díez, maestro de la escuela pública, durante la concentración de estudiantes celebrada por la mañana recordaba con cierta sorna unas recientes declaraciones del ministro Wert en las que aseguraba que los recortes iban a tener un impacto “escaso o nulo” en la calidad de la enseñanza. “A nosotros nos afecta por profesionales y por padres”, dice Amalia Amado, compañera de Díez. En su colegio, dice, porque hay menos profesores para hacer el mismo o más trabajo, y como madre: “Mi hija irá a la universidad el año que viene, claro, si la puedo pagar”, señalaba en referencia al aumento del precio de las matrículas impulsado por el ministerio.
Junto a ellos, protestaban unos 300 alumnos tanto universitarios – “solo van a poder estudiar los ricos”, decía María, estudiante de la Rey Juan Carlos- como de instituto: “Ya no tenemos apoyos en lengua”, se quejaban Lucas y Manu, del IES Mariano José de Larra del barrio madrileño de Aluche. “Nos recortan el futuro, por eso estamos aquí”, añadían varios alumnos del colegio concertado Lourdes. En general, se percibía un profundo malestar por una información contra los líderes estudiantiles publicada el pasado miércoles en la primera página del diario La Razón.
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