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CIENCIA

La inversión en ciencia cae un 31,5% en tres años

El Gobierno quiere “revisar” la participación de España en los grandes organismos científicos europeos, cuyo “retorno es dudoso”, según el PP

A juzgar por las declaraciones públicas de los responsables de las políticas de I+D, incluido el PP y el PSOE, y de los sectores directamente implicados, el sistema español de ciencia y tecnología no tendría nada que temer, dato que prácticamente todos declaran su importancia y su apoyo entusiasta. Los hechos ya son otra cosa. La realidad es que la I+D ha caído en los Presupuestos del Estado significativamente en los últimos años, un 31,5% en subvenciones respecto a 2009, si se incluye el recorte ya anunciado por el Gobierno de Rajoy para 2012 (que supondría un 15,63% menos que en 2011). En cifras globales se ha pasado de 4.175 millones de euros en subvenciones, en 2009, a 2.860 millones, en 2012. “Si esto no se repara, hemos perdido la batalla”, ha señalado el prestigioso biólogo Antonio García Bellido, moderador del acto celebrado en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en Madrid, en torno a la carta abierta en defensa de la ciencia, que las sociedades científicas y los sindicatos lanzaron hace unos días.

El diputado del PP, Alejandro Fernández, responsable de I+D en su grupo parlamentario, ha confirmado que “habrá un recorte relevante”, en el capítulo de I+D en los presupuesto de 2012, pero que “intentamos que sea lo menor posible”. Entre las medidas que está barajando la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, está replantear el mapa de las grandes instalaciones científicas y la participación de España en los organismos científicos internacionales, “cuyo retorno es dudoso”, ha señalado Fernández, sin precisar más. Se trata, entre otras, del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), la Agencia Europea del Espacio (ESA), el Observatorio Europeo Austral (ESO) o el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL). España ya está retrasada en el pago de sus cuotas de las dos primeras, y ambas instituciones han abierto líneas de crédito por las cantidades debidas, que tendrán que pagar España con intereses. Fernández ha resaltado la importancia de la puesta en marcha de la agencia de Investigación, cuyos estatutos estarán listos en junio.

Si lo que buscan los promotores de la carta por la ciencia es la unidad de todos los sectores implicados en la I+D, el acto se aproximó bastante al objetivo, con la representación no sólo de los principales partidos políticos (a excepción del PNV), sino también del sector universitario. “La esencia de la Universidad debe ser la investigación, la docencia solo no vale, porque la docencia debe ser enseñar a aprender”, ha dicho Daniel Peña, presidente de la Confederación de Rectores de Madrid.

Más de 23.000 investigadores, desde 80 países, han firmado al carta por al ciencia

“Lo que esta en juego en la dignidad del país”, según García Bellido. “Si el apoyo a la investigación no se mantiene pasaremos a ser un país de segunda categoría”. Además, se trata de muy poco dinero, “el chocolate del loro”, en comparación con las grandes partidas presupuestarias. Carlos Andradas, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce) ha dejado las cifras muy claras con un amoneda en cada mano: de cara euro que recauda el Estado en impuestos, sólo un céntimos va a la I+D. Caridad García, de IU, ha recalcado que en I+D no hay que hablar de gasto, sino de inversión.

Más de 23.000 investigadores, de todos los ámbitos (incluidos cinco Premios Nobel), desde 80 países, más 13.00 personas ajenas al mundo de la I+D, han firmado en pocos días la Carta Abierta por la ciencia Española, una iniciativa de la Cosce, Comisiones Obreras y la plataforma Investigación Digna, en la que se advierten del riesgo de colapso del sistema español de I+D por la fuerte reducción presupuestaria. Andradas ha recalcado “la unidad de acción” aunando “desde premios Nobel a becarios” y ha pedido que se traduzca en hechos, que no se quede en palabras.

Los recursos humanos son el otro punto débil de la situación, junto a la financiación. En nombre del PSOE, Jaime Lissavetzky ha puesto el dedo en una de las heridas abiertas al denunciar que la tasa de reposición en el sector no puede ser cero (no se reponen ni las plazas de los que se van jubilando), y que hay que crear puestos de trabajo para científico. Sobre este punto el PSOE presentará una enmienda en el debate parlamentario de los presupuestos, ha anunciado el representante del PSOE. “La investigación significa dedicación 365 días al año en un entorno muy competitivo y abandonar significa perder, porque la ciencia va muy rápido”, ha dicho García Bellido. “Cuesta mucho trabajo, energía y años, poner en marcha el sistema de investigación y unos pocos años de recortes no se puede hacer retroceder 15 años”, añade Peña.

En ciencia no se gasta, se invierte, dice la representante de IU

“El problema de los recursos humanos no es sólo que se marchen de España investigadores que ha costado mucho formar aquí y muy bien, sino algo peor: la falta de estímulo para la siguiente generación”, ha resumido García Bellido. “Tenemos recursos humanos de I+D más baratos que otros países y encima infravalorados”. No cabe pensar en paralizar temporalmente los laboratorios y esperar para activarlos de nuevo cuando remita la crisis económica. La ciencia no funciona así, cuesta mucho ponerla en marcha, los demás países siguen avanzando e incrementan su esfuerzo en tiempos de dificultades económicas y reparar un sistema de I+D seriamente dañado es costoso y muy lento. Entre tanto se han perdido puestos en la clasificación internacional de calidad. ¿No sería más sensato, puestos a reducir inversiones, pasar unos años sin un tramo de autopista o del AVE, infraestructuras que se pueden retomar tras un parón? Es lo que ha planteado Carlos Martínez, de UPyD, tras recordar que fue el gobierno del PSOE quien optó por reducir la inversión en ciencia cuando tuvo que hacer los primeros recortes. “Los recortes acumulados nos abocan a una década perdida en el avance de la ciencia y la tecnología”, ha recalcado la representante de IU.

Si el diagnóstico de gravedad de la situación del sistema científico español por la estrangulación de los recursos es compartido por partidos políticos, sindicatos, organizaciones científicas y la Universidad, las terapias parece que ya no son tan uniformes. Frente a impedir cualquier recorte más de las sociedades científicas y algunos partidos, o la actuación cuanto antes para reparar el daño, otros (el PP) aceptan la caída de la inversión en ciencia este año y buscan remedios en la reorganización del sistema. Para Amaya Moro-Martín, de la Plataforma Investigación Digna, “el sistema está agónico y necesita soluciones ya, se trata de salvar la capacidad que tiene el país”.

Josep María Martorell, de CiU, ha hecho hincapié en la necesidad de establecer prioridades porque “más allá de cuanto se invierte, también es importante el cómo”. Cataluña está en este momento en el nivel de inversión de 2009 (contando las cifras de universidad e I+D). Ha recomendado dar flexibilidad al sistema y ha proclamado que “ahora es un buen momento para tomar decisiones difíciles”.

No podía faltar el problema de la baja inversión en I+D el sector privado español, pero la perspectiva no es uniforme. “El sector privado no ha hecho sus deberes pese a tener una política favorable de desgravación fiscal sin parangón en Europa”, señala García. Pero, si el esfuerzo de las empresas está por debajo de la media de la UE, “no puede ser esto una disculpa para retirar fondos públicos”, dice García Bellido. Para el representante del PP las ayudas fiscales a las empresas que hacen investigación “no se ha explotado a fondo”. Además, opta por una mayor cooperación entre el sector público y el privado y por el mecenazgo.

Miguel Angel Alario, presidente de la Academia, ha recalcado en el acto que esta institución se había ofrecido al actual Gobierno y al anterior sus servicios para cualquier tipo de asesoramiento en materia de ciencia, pero que no ha recibido respuesta. En realidad, nadie recuerda, ha dicho, un Gobierno en España que haya buscado asesoramiento alguna vez de la academia.

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