Llega el aceite con 'label'

La cosecha ha sido escasa, pero el primer aceite de oliva virgen extra con denominación label estará en los comercios en febrero de 2010. Se cumple así una apuesta madurada durante el último decenio, cuando tanto el Gobierno vasco como la Diputación de Álava y, sobre todo, los agricultores de la Rioja Alavesa, han trabajado para superar lo que era el monocultivo de la viña y recuperar el olivo. En la actualidad, en la comarca se dedican al olivo 250 hectáreas con unos 90.000 árboles, 70.000 de los cuales son de vieja plantación.

Las claves para este renacer se pueden situar en las políticas agrarias favorecedoras del policultivo que llegan de Europa y de las instituciones vascas, la necesidad de buscar alternativas a la viña en momentos críticos como el actual, pero también en las nuevas tendencias gastronómicas, que buscan productos singulares. Y el aceite vasco así promete, dispuesto a competir con los mediterráneos. "Contamos con una excelente variedad de aceituna autóctona, la Arróniz, y en estos últimos años hemos profundizado en la elaboración, clave para conseguir el virgen extra", explicaba ayer Alberto López de Ipiña, de la Fundación Slow Food, que se encargará de su promoción en citas gastronómicas.

El aceite vasco se muestra dispuesto a competir con los mediterráneos

En la primera producción ha participado un grupo de discapacitados

La Fundación Kalitatea del Gobierno vasco está a punto de publicar el pliego de condiciones que permitirá a un aceite conseguir la calificación de label. Ayer, el viceconsejero de Política e Industria Alimentaria, José Luis Anda, presentó una primera muestra del que se impulsará desde el Ejecutivo y la Diputación de Álava con el proyecto Oleum.

Se trata de una producción de 540 kilos, procedentes de un olivar en el que se ha desarrollado un proyecto de integración de discapacitados en actividades agrarias, respaldado por el Departamento de Servicios Sociales, que dirige Covadonga Solaguren.

El aceite que elaboren estos trabajadores en las fincas recuperadas por la institución foral llevará el nombre de "Primum olivum". Embotellado en cuidados envases de medio litro, está destinado a su consumo en crudo, como aclara López de Ipiña: "Se trata de un aceite de alta calidad, de aromas y texturas muy personales, ideal para aliños básicos o para degustarlo con un poco de pan". José Luis Anda apuntó otros posibles usos para aceites de menor calidad, como la elaboración de cremas y jabones. "La intención es que el regreso del olivo no sea simbólico", recalcó.

Peor también se tienen en cuenta las implicaciones medioambientales de la iniciativa, la recuperación de un paisaje y una biodiversidad que se estaba perdiendo en la Rioja Alavesa, donde hasta hace unos decenios viña, olivo, cereal y huerta se distribuían los terrenos y conformaban un ecosistema diverso.