Alarma en los géiseres chilenos
Controlan columna de vapor en exploración geotermal que ocasionó protestas
Después de estar abierta durante más de tres semanas la rugiente columna de vapor y agua, que se elevaba 60 metros de altura sobre el suelo del altiplano chileno, 1.600 kilómetros al norte de Santiago de Chile, fue cerrada por la misma empresa que la había causado por accidente, al explorar en busca de energía geotermal, provocando protestas y preocupación en los habitantes de las cercanías por el posible efecto negativo en el turismo.
El pozo desde donde surgía la columna de vapor fue controlado en la noche del domingo (madrugada del lunes en España), según informó la empresa Geotérmica del Norte, que hace exploración geotermal en la zona de los géiseres de El Tatio, donde cada año reciben 100.000 visitantes y es uno de los mayores atractivos turísticos del norte del país.
Un grupo técnico especializado reparó una tubería subterránea de 4,5 kilómetros de extensión del pozo donde ocurrió el accidente y después inyectó agua mediante bombas de alta presión, para ahogar la columna de vapor con éxito. El seguimiento de la actividad de los géiseres cercanos de El Tatio ?los mayores del hemisferio sur y los terceros del mundo? durante los 26 días que permaneció la columna de vapor, permite asegurar que éstos ni las personas "nunca estuvieron en riesgo", sostuvo Geotérmica del Norte. Esta empresa es de propiedad de la compañía italiana Enel (51%) y en ella participan minoritariamente la petrolera Enap (44%) y la cuprera Codelco (5%), ambas del Estado chileno.
Tras el cierre de la columna de vapor de agua, las autoridades y la empresa podrán investigar qué ocasionó el accidente en el pozo 10, perforado en los años setenta, sin mantenimiento desde entonces, y uno de los lugares donde la Geotérmica exploraba.
La Comisión Regional del Medio Ambiente ordenó el jueves paralizar la exploración de Geotérmica del Norte en la zona de los géiseres de El Tatio. El intendente de la Región de Antofagasta, Cristián Rodríguez, indicó que el gobierno regional supervisará que el control de la fuga sea definitivo y dijo esperar los descargos de la empresa, que arriesga "sanciones graves".
El pasado viernes, casi la mitad de los 2.000 habitantes del pueblo de San Pedro de Atacama salió a las calles para marchar con banderas blancas y pancartas, exigiendo el término de las prospecciones geotérmicas en la zona. La fuga de vapor y agua estaba situada en plena cordillera, a dos kilómetros de la zona de los géiseres de El Tatio, a 4.321 metros sobre el nivel del mar y a 95 kilómetros de San Pedro de Atacama. La altura de esta fumarola artificial era casi 10 veces superior a las que cada mañana, entre las 5.00 y las 7.00, emergen en El Tatio a unos 85 grados Celsius, en una zona donde hay cerca de 70 manantiales y pozos alimentados y calentados subterráneamente por el volcán Tatio, término que en lengua atacameña significa "el viejo que llora".
El impacto principal del accidente fue en el paisaje natural, el principal atractivo de esta región; en el ruido, que ha ahuyentó a un grupo de vicuñas de las cercanías, y en el despertar de la conciencia medioambiental en los habitantes de la zona. La arqueóloga Ana María Barón, que encabeza el movimiento Unidos por el Tatio, advierte que durante el proceso de aprobación ambiental del proyecto de Geotérmica plantearon su rechazo a la iniciativa, pero no fueron escuchados.
¿Antena en el Vaticano?
Un variopinto clamor, que incluye candidaturas presidenciales en demanda de medidas y sanciones, grandes empresarios que critican la debilidad de la normativa y regulación medioambiental, y defensores de los pueblos indígenas, se sumó a los cuestionamientos. La atacameña Sonia Ramos comparaba las obras de prospección con la instalación de "una gran antena satelital en El Vaticano. ¿Cree que el Papa lo permitiría?", preguntaba en el diario La Tercera.
"La empresa tiene experiencia a nivel mundial, y por ello nos llama la atención que no haya previsto la situación", afirmó el ministro de Minería, Santiago González, que fue abucheado por los manifestantes en San Pedro de Atacama.
Por su parte, la fiscalía de Calama ha pedido a la unidad contra delitos medioambientales de la Policía de Investigaciones (PDI) que vaya a los géiseres para inspeccionar el accidente.
La empresa fue sancionada en abril con una multa equivalente a 124.000 euros por extraer aguas en zonas prohibidas, e incumplir requerimientos de protección de sitios, censos de animales y señalización.
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