El sabotaje de los ecologistas reduce en un 40% la caza japonesa de ballenas
La organización estadounidense Sea Shepherd detuvo durante el mes de enero la captura de estos cetáceos en la Antártida
Japón cazó en la última campaña 551 ballenas del total de 900 que le estaban permitidas, lo que supone un recorte del 40% debido a los sabotajes del grupo ecologista estadounidense Sea Shepherd, ha informado hoy la Agencia de Pesca nipona.
Todas las ballenas cazadas por Japón fueron de la especie minke, la más común y más pequeña, e incluye a la ballena azul, de 110 toneladas, y a otros cetáceos como la ballena jorobada, el rorcual de Rudolphi y el rorcual común.
La flota nipona preveía atrapar 850 ejemplares de esta especie, además de medio centenar de ballenas de aleta.
La misión ballenera se suspendió todo el mes de enero en la Antártida por la intervención de Sea Shepherd, cuando varios activistas abordaron un barco y le arrojaron botellas y plásticos con sustancias fétidas. La presión internacional obligó además a Japón a suspender sus planes de cazar 50 ballenas jorobadas, cuya captura le estaba permitida.
La caza de ballenas por parte de Japón ha generado fuertes tensiones políticas con Australia, cuyo Gobierno se ha comprometido a intentar detener el programa nipón de captura de ballenas e incluso está estudiando iniciar acciones legales internacionales.
Estas medidas chocan con lo que es una tradición cultural en Japón. Aunque este país abandonó la comercialización de las ballenas acogiéndose a una moratoria en 1986, considera necesaria su captura para el estudio de estos animales. Se estima que en los últimos 20 años Japón ha matado a unas 7.000 ballenas.
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