La UE estudia vetar los productos de la matanza de focas
La Comisión Europea podría vetar las importaciones de productos derivados de la matanza de focas. El comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, propondrá a la Unión Europea prohibir la importación de productos relacionados con procesos en los que los animales sean víctimas de malos tratos o sufrimiento. Este veto, para el que aún falta el apoyo del conjunto de la Comisión Europea, podría provocar un conflicto comercial con Canadá, uno de los principales productores mundiales de pieles de foca obtenidas en matanzas.
Bélgica y Países Bajos ya prohibieron el año pasado las importaciones de este tipo de productos, lo que provocó una disputa comercial entre la UE y Canadá. "Propondremos una prohibición de las importaciones de piel de foca si un país no puede demostrar que fueron obtenidas de un modo humano", explicó Dimas ayer desde Brno (Eslovenia). La prohibición incluiría también otros productos como complejos vitamínicos.
Dimas, sin embargo, no quiso especificar lo que se consideraría "trato inhumano", aunque dijo oponerse a cualquier tipo de caza, y se remitió al informe de diciembre de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA). Ese texto recomendaba que los animales fueran sacrificados rápidamente, que se comprobara su muerte antes de iniciar cualquier proceso, y su desangrado antes de ser desollados. Además, establece una supervisión del proceso.
Apoyo del Parlamento
El problema podría ser que las focas no mueren antes de ser despojadas de su piel. "Muchas pueden ser, y son, sacrificadas rápida y efectivamente, pero no siempre se hace de forma efectiva, lo que provoca que las focas estén aún vivas cuando son desolladas", concluye el informe. Dimas recordó el apoyo de la Eurocámara a la eventual prohibición. "El Parlamento Europeo aprobó una resolución con la mayoría más alta jamás lograda", indicó. Algunos europarlamentarios insistieron el mes pasado en su llamamiento al veto a la importación de productos derivados de la caza de focas.
Unas 750.000 focas de al menos 15 especies distintas son cazadas y desolladas anualmente con fines comerciales. Canadá, Groenlandia y Namibia son los responsables de aproximadamente el 60% de las focas cazadas en 2006, según AESA.
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