Espectacular desprendimiento en un glaciar argentino

Unas 10.000 personas tuvieron el privilegio de poder contemplar, al borde del glaciar Perito Moreno, en la Patagonia argentina, el gran desprendimiento de un bloque de hielo convertido en dique, un espectáculo de la naturaleza que no ocurría desde 1988. Se trataba de un arco de hielo de 60 metros de altura y miles de toneladas de peso situado al extremo del glaciar, que desciende desde los Andes patagónicos hasta bloquear el desagüe del Lago Argentino, al sur del país. El desmoronamiento del Perito Moreno, que debe su nombre a uno de los primeros exploradores argentinos de la Patagonia, solía producirse cada cuatro años y está provocado por el calentamiento de la Tierra.

Las crecidas aguas del Lago Argentino esculpieron y socavaron durante cuatro días el extremo del glaciar hasta romperlo este domingo a las 19.10 hora local (las 23.10 en la España peninsular), ante la mirada extasiada de miles de privilegiados viajeros y lugareños. El fenómeno natural, sin parangón en el mundo, se produce en forma cíclica cuando la colosal lengua del glaciar, una masa de hielo en movimiento, corta por un tiempo con su punta el desagüe de un sector del Lago Argentino, en los Andes patagónicos. Finalmente, las aguas que se acumulan por los deshielos al final del verano austral en el encerrado brazo Rico del lago, se abren paso en el hielo a fuerza de desgastarlo y horadar un túnel, hasta que finalmente el arco resultante se desmorona completando el ciclo.

El rompimiento del Perito Moreno había ocurrido por última vez el 17 de febrero de 1988, después de varias décadas en las que se producía cada cuatro o cinco años, lo que hace difícil predecir cuándo volverá a suceder. Los expertos en esta materia consideran que el cambio de comportamiento del río congelado es una prueba más del calentamiento que sufre el planeta. En su continuo avance, el frente del glaciar de cuatro a cinco kilómetros de ancho choca a largo de unos cientos de metros con la península Magallanes, y encierra las aguas del brazo Rico del lago Argentino, impidiéndole que drene por el río Santa Cruz, como el resto de ese bellísimo espejo de agua.

Inicio de un lento proceso

Ese dique natural, que en ocasiones provoca un desnivel en las aguas de 19 metros, se erigió esta vez en octubre pasado, según registraron las autoridades del Parque Nacional Los Glaciares, donde está el Perito Moreno. Las primeras fisuras en la muralla de hielo de 60 metros de altura y varias decenas de metros de espesor fueron detectadas el pasado miércoles y, el jueves a las 16.30 hora local (las 20.30 hora española), se observaron los primeros remolinos, señal inequívoca del comienzo de las filtraciones. En ese momento, tras cinco meses sin desagüe, el desnivel del brazo Rico respecto del resto del lago Argentino era de 10,40 metros.

El viernes, el agua terminó de horadar un túnel y comenzó a fluir con fuerza creciente, mientras todo el frente del glaciar experimentaba un paulatino deterioro con sucesivos desprendimientos. La incesante caída de capas de hielo del frente del Perito Moreno, en formaciones que a veces alcanzan el tamaño de una catedral, fue ampliando inexorablemente la boca del túnel, acortando su recorrido y afinando sus paredes, hasta convertirlo en el elegante arco que se derrumbó este domingo. Turistas de todas partes del mundo y vecinos de poblaciones cercanas al parque, que llevaban desde el viernes abarrotando las pasarelas que rodean el glaciar, esperaban con expectación este momento culminante, que recibieron con gritos, lágrimas y aplausos.

Con gran estrépito, la impresionante construcción natural se desmoronó en bloques ciclópeos de hielo milenario sobre el Canal de los Témpanos, y salpicó y cubrió con bruma centenares de metros a la redonda. Entre los visitantes estaba la primera dama y la senadora Cristina Fernández, quien bromeó acerca de una visita que hizo el entonces presidente Carlos Menem en 1990: "Desde que vino Menem no se rompió más. ¿Que ocurra con este Gobierno no será una señal?", dijo la senadora sobre esta maravilla que ella y su marido han promocionado sin descanso desde que Néstor Kirchner, santacruceño como el glaciar, llegó al poder en mayo de 2003.