Isabel Delclaux, directora de ‘Semana 12′: “El aborto espontáneo es un tema igual de tabú a nivel mundial”

El cuerpo es sabio”, “Estabas de muy poco”… Son algunas de frases hechas que Inés (Vicky Luengo) escucha tras la pérdida de su bebé por un aborto espontáneo en el cortometraje Semana 12, de Isabel Delclaux (productora de Crónica de una tormenta, Mamá No EnRedes, El comensal o el próximo documental Traineras). La falta de información ante lo que le ha ocurrido y le va a ocurrir, el tabú que algo así genera, la ausencia de rituales para llevar mejor un duelo silenciado y también los miedos y ansiedades que se producen ante un nuevo embarazo son los temas que Delclaux sabe resumir en los menos de 15 minutos de este proyecto que rodó embarazada de ocho meses y medio. “Me parecía interesante rodarlo así para demostrar a lo que podemos llegar, lo fuertes que nos hace la maternidad”, dice.

¿Escribió Semana 12 como una forma de terapia, catarsis u homenaje? ¿O todo un poco?

De alguna forma, fue todo un poco. Está basado en mi propia experiencia y en la de tantas amigas, te das cuenta de lo común que es la pérdida gestacional y de lo poco que sabemos las mujeres cuando nos toca vivirlo, lo perdidas que estamos y las pocas herramientas que tenemos para poder sobrellevarlo a nivel emocional, por supuesto, pero también a nivel físico, que es lo que me parece sorprendente. Después de que me ocurriese, investigué un poco y me llamó la atención la falta de referentes en el mundo audiovisual sobre un tema tan común.

¿Por qué es importante tratar este tema en el cine?

Me di cuenta de que es un tema igual de tabú a nivel mundial, y de que las mujeres y todos encontramos consuelo en hablar sobre lo que nos ha pasado. Cuando te ocurre, te sientes imperfecta, traicionada por tu propio cuerpo… Te gusta leer sobre este tipo de duelo y encontrar apoyo grupal en experiencias similares. Por eso, creo que es importante darle visibilidad, romper el silencio, generar una conversación, verte reflejada en otras historias y así entender un poco más en qué consiste y qué se siente. O incluso aprender a decir algo más adecuado cuando le pasa a alguien de tu entorno, que siempre te encuentras con frases comunes.

Eso ocurre: el silencio o frases vacías.

No hay maldad, intentan ayudar… Familiares y amigos intentan evitar el tema para no causar más dolor, pero lo que pasa es que le estás restando importancia a la pérdida y al propio bebé, porque para ti ha habido un bebé, y la gente hace como que no ha pasado. Y te dicen que le pasa a todo el mundo. Esa es mi favorita. Muchas cosas en esta vida son comunes, y eso no las hace menos tristes.

Pero se desconoce porque sigue siendo un tabú.

Los de una generación anterior no entienden nada. Mi madre, por ejemplo, estaba fascinada con la idea de este corto, estaba agobiada, considera que es una cosa de la que no hay que hablar. E incluso a mí me sigue dando reparo hablarlo, en entrevistas, cuando me preguntan si me ha pasado a mí, todavía me entra un poco de angustia, y después pienso: “Qué tontería, es algo que les ha pasado a muchas mujeres, no hay culpa en ello”.

Una de las escenas más bonitas es Inés plantando la ecografía, que habla del duelo silenciado, de la despedida…

No hay un duelo reconocido, no hay un ritual. Algunas personas han leído esa escena pensando en que el siguiente embarazo se enraíce y me ha gustado, pero para mí era hacer un homenaje al bebé perdido. Porque hay algo muy material en esto: qué haces con esa ecografía antigua. Leí esa idea de plantarla para intentar pasar página y para inventarte tu propio duelo. Me pareció una imagen muy bonita, un homenaje a la vida y a la naturaleza.

El siguiente embarazo también es una parte importante del filme muy poco hablada.

Esa es la parte que más me apetecía contar, porque esa es la que recuerdo con más terror. Como me quedé embarazada muy rápido, a las dos semanas, no me dio tiempo de asumir lo que había pasado, era una ansiedad constante, una claustrofobia en tu propio cuerpo. He leído que lo comparan con el estrés postraumático o la depresión; y, además, te sientes mal por no estar celebrando este nuevo embarazo. Es una mezcla de emociones… Por eso lo he querido titular Semana 12, porque es verdad que nadie te asegura que a partir de ese momento vaya a ir bien y siempre pueden pasar cosas, pero te sientes más tranquila cuando has superado esa meta. Lo único que te hace estar mejor es que pase el tiempo.

¿Cómo entra Vicky Luengo en el proyecto?

No la conocía, era esa opción con la que sueñas, soy de apuntar alto. Llamé a su representante una semana antes de los Goya en los que estaba nominada, y sucedió el milagro. Había hecho una obra de teatro, Como una perra en un descampado, que trata del tema y lo vio como una señal, entendió que lo tenía que hacer, porque, sin ser madre, sabía mucho del tabú que supone el aborto espontáneo.

Es importante que una actriz conocida aborde un tema así. Hablaba de falta de referentes en el audiovisual sobre este asunto, ¿es algo que por fin está cambiando?

Con la incorporación de mujeres, sobre todo de guionistas, estamos viendo el mundo a través de la perspectiva femenina que nos hacía falta. Por ejemplo, Creatura, qué valiente y arriesgada es ella [Elena Martín]. Se favorece que trabajen más mujeres en el audiovisual y está trayendo cosas muy positivas.