‘Prácticamente magia’: cuando Sandra Bullock y Nicole Kidman hacían exorcismos para ‘librarse’ de los exnovios tóxicos
¿Quién no quiere vivir en una casa victoriana frente al mar, beber margaritas a medianoche y exorcizar a exparejas? Pese a que fue vapuleada por la crítica, el filme, que cumple 25 años, se ha convertido en todo un clásico
“¿Puede el amor viajar en el tiempo y curar un corazón roto?”, se preguntaba la joven Sally Owens (Sandra Bullock) en la última escena de Prácticamente magia. A falta de poder dar respuesta a dilemas amatorios más viejos que la leyenda de las brujas, lo que sí ha demostrado esta película es que el éxito sí puede viajar en el tiempo y curar un fracaso cinematográfico. Porque cuando en octubre de 1998 se estrenó este drama fantástico protagonizado por Sandra Bullock y Nicole Kidman, la sensación fue de desastre sin paliativos. Con apenas 70 millones de euros de recaudación ni siquiera se pudo cubrir el presupuesto total del filme y la crítica, lejos de caer en el hechizo, la machacó sin miramientos alegando que el truco que mejor realizaba el filme era el de “hacer desaparecer al público”. Sin embargo, el encantamiento se ha mostrado efectivo en el largo plazo y la ha convertido en una obra generacional que, 25 años después, sigue vigente en la memoria de quienes se dejaron embrujar por ella. Así lo corrobora el tuit viral de la escritora Lane Moore en X (antes, Twitter): “Un ‘otoño Prácticamente magia’ es cuando nos dejamos crecer el pelo, abrimos una herboristería junto al mar, hacemos hechizos a la luz de la luna, rompemos maldiciones ancestrales y enterramos a nuestros ex de mierda en nuestro jardín”.
Pese a que hoy presumen de contar con dos de las carreras más reconocibles y reconocidas de este siglo en Hollywood, la experiencia no supuso la catapulta esperada para su dúo protagonista. Las dos partían de puntos muy distintos. Sandra Bullock ya era una de actrices jóvenes de mayor éxito en todo el mundo gracias al taquillazo de la saga Speed, mientras que Nicole Kidman seguía siendo para muchos la exótica ‘mujer de’ Tom Cruise, todavía anclada como sex-symbol en producciones de acción con perfume testosterónico. Aunque su salto meteórico a la primera línea de Hollywood estaba a la vuelta de la esquina (sus siguientes películas son Eyes Wide Shut, Moulin Rouge y Los otros, nada menos), la decisión de contar con ella para dar vida a la salvaje Gillian fue idea de la propia Bullock. “Nicole me parecía la persona perfecta porque nuestras energías eran tan opuestas que se retroalimentaban. No sé por qué pensé en ella o cómo funcionó tan bien, imagino que es una de esas cosas mágicas”, alegó la intérprete. Para Kidman, era la primera vez en toda su carrera que coprotagonizaba una película con otra mujer. La química entre ellas ha permanecido inalterable ante el paso del tiempo y, aunque no han vuelto a coincidir en la pantalla, siguen denominándose como “hermanas” y mantienen una gran amistad.
Podemos decir que Prácticamente magia también acabó prácticamente con la carrera de Griffin Dune como gran director de taquillazos de Hollywood. Es más, desde aquel batacazo jamás volvió a dirigir una película de estudio y ha pasado el último cuarto de siglo más centrado en su faceta como actor de reparto en diferentes series de televisión. “No fue positiva para mi carrera”, contó en una entrevista en Vulture, relatando cómo tanto los directivos del estudio como la propia crítica censuraba esa mezcla de tonos en el filme, de la comedia a la fantasía, del terror al drama romántico, que hoy es uno de los aspectos más valorados en esta historia sobre dos hermanas brujas que se enfrentan a una maldición que les impide encontrar el amor verdadero. Fue unos años después, durante un viaje de avión, cuando Dune descubrió que la percepción del público respecto a su película empezaba a cambiar. “Anunciaron por megafonía que la película que iban a poner era Prácticamente magia y muchos empezaron a aplaudir emocionados”.
“Me siento muy contenta especialmente por Sandra Bullock y Nicole Kidman, las dos se arriesgaron con este proyecto y al final han sido compensadas por ello”, ha explicado recientemente Alice Hoffman, autora de la novela en la que se basa el filme, sobre su mutación en obra casi de culto. Preguntada sobre la pésima recepción inicial que tuvo Prácticamente magia, la escritora lo achaca a su enfoque feminista. “Cada vez leemos y vemos más cosas sobre mujeres que son hermanas y amigas. En aquel tiempo todo eso no era ni actual ni popular. Los críticos no fueron amables, no estaban interesados en nada que interesara al público femenino”. Hoy su clímax final, en el que un grupo de mujeres conformado tanto por brujas como por vecinas corrientes se unen en círculo para liberar a una de ellas del novio maltratador que ha tomado su cuerpo y al que acaban barriendo literalmente de la casa, es considerado una oda a la sororidad que resuena en el público con más fuerza que nunca.
Durante años, otro de los motivos a los que se le achacaba el aciago estreno del filme era de origen sobrenatural. En su intento por dotar el mayor realismo a las escenas, Dune decidió contratar a una verdadera bruja en ejercicio para ejercer como consultora y estar presente en los ensayos junto a Bullock y Kidman. Sin embargo, la bruja consideró que el salario recibido no era suficiente y pidió 250.000 dólares más, un libro de cocina con recetas basadas en Prácticamente magia y un porcentaje de la taquilla de la película. Cuando sus peticiones fueron rechazadas, la bruja maldijo a través del teléfono a los productores, al director y a la película en general. Tan asustado quedó el equipo que Dunne contrató a un exorcista para que les liberara de cualquier posible conjuro y los abogados de Warner extendieron un cheque generoso a la bruja. Según afirma el cineasta, tanto Sandra como Nicole no pararon de hablar sobre ello en el rodaje y, aunque dice no creer en maldiciones, sí admite que “una especie de hedor fue colocado sobre la película y costó mucho tiempo en que desapareciera”.
La película está repleta de momentos hoy considerados icónicos: desde su banda sonora repleta de referentes como Stevie Nicks, Faith Hill o Joni Mitchell hasta la fiesta de margaritas a medianoche en la que, según cuenta la leyenda, las actrices —mención de honor a las tías, Stockard Channing y Dianne Wiest— decidieron apostar por una interpretación digna del método bebiendo auténtico tequila. Pero otro de los indudables puntos fuertes del filme son sus bucólicas y románticas localizaciones, situadas en el pueblo costero de Friday Harbor, al noroeste del país. Y la casa de estilo victoriano en la que viven las hermanas con sus tías causó tanto furor en Hollywood que estrellas como Ben Stiller se pusieron en contacto con la diseñadora de producción, Robin Standefer, para que remodelara su propia casa. Standefer abandonó su trabajo en el cine para convertirse en decoradora de interiores para clientes de alto standing. Incluso la mismísima Barbra Streisand llamó a los productores para mostrar su interés en comprar la preciosa casa. Una pena que solo fuera un set construido para las escenas en exteriores desmontado el día después del final del rodaje. Ahora solo falta saber si volverán a basarse en el mismo diseño para la precuela de Prácticamente magia que, tras años de proyectos fallidos, HBO Max está actualmente desarrollando en forma de serie televisiva.
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