“Muchas pesas, cardio y pescado, y poco salir de fiesta”: así se preparó Rosalía para la Gala MET
La cantante explica la estricta rutina que siguió durante más de un mes para acudir al evento
Rosalía volvió a acudir este año a la Gala MET y a destacar en su alfombra roja, con un vestido negro con escote palabra de honor y cola firmado por Dior, que completó con un tocado de red de Stephen Jones. Era la tercera ocasión en la que la cantante española asistía a una de las citas más relevantes del año en el mundo de la moda —en 2021, en su primera aparición sobre esta alfombra roja confió en un diseño rojo inspirado en un mantón de Rick Owens con el que homenajeaba a Lola Flores y en 2022 con un vestido bordado de corte sirena de Givenchy— y la creadora de Motomami estaba lista para causar impacto.
Lo hizo luciendo una piel brillante, su melena suelta y unos brazos tonificados. Pero detrás de su aspecto había mucho trabajo, según reconoció en un vídeo grabado por la edición estadounidense de Vogue mientras se preparaba para el evento en The Mark Hotel. “Básicamente, me preparé para el MET haciendo mucho cardio, muchas pesas, mucho pescado y verduras, mucha meditación... y poco salir de fiesta”, admitía Rosalía ante la cámara, explicando la estricta rutina a la que se sometió. Se mostró contenta con el resultado. “Y no te creas, eh, he durado como un mes, mes y pico haciéndolo. Consistencia, dedicación y compromiso. Y aquí estamos. Hemos llegado, que no hemos llegado mal, creo yo”, remataba con una sonrisa. No es la primera vez que la artista comparte el trabajo que hay detrás de sus apariciones públicas y la energía y los cuidados bailes que muestra en sus directos: en más de una ocasión ha subido a sus redes sociales fotos en el gimnasio, ensayos de sus coreografías para sus conciertos o de los suplementos de proteínas que utiliza.
La exposición de moda del Museo Metropolitano de Nueva York se titula este año Reawakening fashion: sleeping beauties y el tema que tenía que inspirar los estilismos de la gala que abre esta exposición era The Garden of Time, un relato escrito en 1962 por J. C. Ballard. Muchas de las asistentes necesitaron ayuda para poder subir las escaleras con los atuendos elegidos para la cita, ya fuera por lo voluminoso de su elección —como Cardi B o Gigi Hadid— o por lo ajustado del modelo, como en el caso de Tyla, que con su vestido de arena de Olivier Rousteing apenas podía moverse, o Kim Kardashian, que apenas podía respirar por el corsé de su modelo de Maison Margiela, que esculpía una cintura mínima y dibujaba una silueta de reloj de arena, enfatizando pecho y caderas. Una silueta similar fue la que eligió su hermana, Kylie Jenner, un modelo a medida de satén de Oscar de la Renta. La empresaria de belleza y Rosalía posaron juntas y abandonaron de la mano la gala para regresar al hotel, sin dejarse ver luego en las fiestas a las que sí acudieron otros de los invitados.
Hace dos años, Kim Kardashian ya abrió un gran debate al explicar a su llegada a la Gala MET que había estado a dieta para poder enfundarse en el vestido con el que Marilyn Monroe le cantó Happy birthday a John Fitzgeral Kennedy en 1962. “Tuve la idea de llevar este vestido, pero cuando me lo probé no me valía. Así que les dije: ‘Necesito tres semanas y me servirá’. Y perdí siete kilos”, explicó Kardashian a los medios, orgullosa de su logro: “Soy una persona con mucha determinación. Creo sinceramente que nadie creyó que podía lograrlo, pero lo conseguí”. Añadió que para bajar de peso había dejado de comer carbohidratos y azúcar durante tres semanas y que después de la fiesta se iba a pegar un atracón de pizza y donuts.
Sus declaraciones fueron objeto de crítica en las redes sociales por promover hábitos poco saludables y en ese momento no solo se cuestionó el hecho de su bajada exprés de peso, sino que se criticó que utilizara una pieza de museo, que debería ser conservada en condiciones especiales y no ser utilizada en público. “Según las pautas del Consejo Internacional de Museos, la indumentaria patrimonial debe manipularse lo menos posible; no debe limpiarse, excepto por parte de personal técnico con tratamientos especializados; tiene que manipularse con guantes neutros y aislarse del contacto con elementos químicos que puedan alterar su pH o reaccionar con el material”, explicó en ese momento en un artículo de S Moda Miren Vives, directora general del Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria.
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