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En brazos de la mujer madura: por qué cada vez más las mayores de cuarenta se emparejan con veinteañeros (y viceversa)

Adiós al término ‘cougar’, profundamente machista. Abran paso a las relaciones entre mujeres de más de 40 años con hombres dos décadas menores que buscan proactivamente estos perfiles maduros

Nicole Kidman y Zac Efron en 'Un asunto familiar'.
Nicole Kidman y Zac Efron en 'Un asunto familiar'.©Netflix/Courtesy Everett Collection / Cordon Press

Películas como La idea de tenerte (Amazon Original, 2024), en la que Anne Hathaway da vida a una madre soltera de 40 años que comienza un romance con el miembro de una boyband de 24 años interpretado por Nicholas Galitzine, así como Un asunto familiar (Netflix, 2024), en la que Nicole Kidman y Zac Efron protagonizan una apasionada historia de amor, han hecho que las relaciones en las que las mujeres son hasta dos décadas mayores que sus parejas se hayan situado en el epicentro del debate, emergiendo entonces un término ciertamente problemático: el de las cougars, es decir, pumas. Se trata de un concepto marcado por el machismo, que indicaba que las mujeres salen “a la caza” de hombres jóvenes.

Sin embargo, estas películas, lejos de hacer un guiño a este estereotipo, empoderan a las mujeres para cambiar una narrativa que hasta ahora, había estado asentada en la historia de la cultura pop. “Como factor catalizador en la representación de parejas con diferencias de edad significativas; las series de TV y películas populares han contribuido a normalizar este tipo de relaciones y a hacerlas más aceptables para el público en general; que ahora tienen como segunda fase las redes sociales en las que se asientan su reputación”, explica Ulixēs Fernández García, periodista, antropólogo social y cultural. La ficción audiovisual es en muchas ocasiones un reflejo de lo que acontece en la vida real, y lo cierto es que cada vez son más las mujeres que están dispuestas a salir con hombres mucho más jóvenes que ellas, mientras que ellos creen que tener citas con mujeres en la cuarentena es interesante.

Desde Bumble señalan que el 59% de las mujeres que emplea la aplicación afirma que ahora está más dispuesta a salir con alguien más joven que ellas, mientras que el 54% de los hombres encuestados por Bumble en España asegura que estaría abierto a salir con alguien mayor. ‘’Es estupendo que empecemos a dar más importancia a compartir valores que a la diferencia de edad en sí. Las personas tienen distintos niveles de madurez, y es plausible encontrar una conexión genuina con alguien de una generación superior o inferior’', explica Dra. Caroline West, experta en sexo y relaciones de Bumble. Celebridades como Cher y Sienna Miller no sólo salen con hombres mucho más jóvenes que ellas, sino que no dudan en alabar las virtudes de esa diferencia de edad. La actriz, que tiene 42 años, sale con Oli Green, que tiene 27 años. “Hay una diferencia en la forma en que esta generación respeta a las mujeres. Han crecido en un entorno en el que las cosas están algo más niveladas. Lo veo tanto en sus amigas, como en los hombres”, confesaba a la edición británica de Harper’ s Bazaar.

Sienna Miller (42 años) junto a su pareja Oli Green (27 años) en Wimbledon.
Sienna Miller (42 años) junto a su pareja Oli Green (27 años) en Wimbledon.Karwai Tang (WireImage)

El ‘cubbing’

Fue Candace Bushnell, creadora de Sexo en Nueva York, quien acuñó el término cubbing, que hace alusión a las relaciones de amor y sexo entre mujeres mayores de 45 años y hombres jóvenes. La diferencia entre el cubbing y el cougaring es que el término creado por Bushnell ya no mira con compasión al hombre joven que “cae en los brazos de la mujer madura” sino que es ahora quien busca la relación de forma consciente. “Cuando hablamos de citas, al pertenecer a la mediana edad, el panorama es completamente diferente. Tomemos como ejemplo el fenómeno del cubbing. Hablamos de hombres jóvenes de entre veinte y treinta años, que están al acecho de mujeres mayores y sensatas. Yo los llamo catnip. Son los de la señora Robinson, pero al revés”, explicaba en sus redes sociales para promocionar su libro Is There Still Sex in the City? (Grove Atlantic, 2019), una obra en la autora narra las bondades de salir con hombres jóvenes. En sus páginas explica que al abrir un perfil de Tinder, a sus 57 años, se enfadó cuando la aplicación, de forma sistemática, ajustó el filtro de edad al que consideraba oportuno dado su edad: desde los 55 años hasta los 70. Ella decidió cambiar el rango desde los 22 hasta los 38 años. “Al regresar al mundo de las citas en la mediana edad, descubrí que para los hombres de mi edad e incluso para los mayores, las mujeres de 50 años somos demasiado mayores. Sin embargo, los de 20 años quieren tu teléfono”, explicó a Oprah Daily. “Los hombres más jóvenes tienen una idea diferente de lo que es atractivo. No comparten ese tabú de que las mujeres mayores no sean atractivas. Una mujer mayor podría estar más centrada y asentada; y podría estar abierta a diferentes cosas, como ir a lugares a los que normalmente no iría y conocer gente interesante. Hay chicos de veintitantos que sienten que las chicas de su edad son aburridas. También podrían sentir mucha presión sobre ellos por parte de mujeres de su edad, que quieren tener una relación seria o esperan algo de ellos que no pueden cumplir. La realidad es que este tipo de relación, para la mujer, puede ser un coqueteo. ¡También es halagador! Es como, ‘¡Oye, un joven me persigue! Esto no ha terminado’. Es un refuerzo de confianza”, asegura.

Ulixēs Fernández García apunta que “en ciertas culturas matrilineales, las mujeres mayores ostentan un poder significativo dentro de la familia y la sociedad, lo que las convierte en parejas atractivas para los hombres jóvenes, que buscan alianzas beneficiosas y seguridad económica. En Occidente estamos rompiendo nuestra visión patrilineal de sociedad y con ello, roles de género y estatus sociales que se habían perpetuado con machismo y edadismo. Ahora son las mujeres mayores las que ocupan roles de liderazgo y prestigio dentro de la comunidad. Esto las convierte en figuras admiradas y deseables para los hombres de edades inferiores, que buscan una pareja con estatus social”, explica Fernández García.

“Son dos generaciones diferentes en las que el papel del hombre y de la mujer cambia por completo. En la mía [42 años], las mujeres estamos ya algo cansadas de aguantar para siempre al marido y de permitir que haga lo que quiera. Hemos evolucionado contra esto y con toda la información disponible, hemos decidido que no queremos tolerar estas situaciones. Los jóvenes vienen con mucha información, mientras que muchos hombres de mi generación no se han interesado de esa nueva oleada informativa, porque les quita el poder que tienen. Los hombres de las nuevas generaciones vienen preparados para tener mucha más inteligencia emocional y una mayor responsabilidad afectiva para cuidar de las mujeres. Se han transformado contra el papel machista. Por su parte, las mujeres jóvenes vienen protestando y luchando por un cambio, y en ese cambio, en ocasiones han convertido a los hombres en sus enemigos. Por lo tanto, ellos se encuentran ante dos generaciones, y sienten que quienes los valoran son las mujeres mayores, porque las de su generación no valoran el cambio”, explica Mariona Gaborra, psicóloga y sexóloga, que tras tener un amante de 25 años, se va a casar con su novio, que tiene 32 años.

“Cuando conocí al de 25 años, ninguno de los dos sabíamos la edad del otro, aunque él sí podía imaginarse la mía, porque tengo un niño de 15 años. Aunque era una aventura, empecé a crear emociones y me agobiaba por la edad, pues me sentía inferior con respecto a las mujeres de su generación, pero él hacía que me sintiera segura. Yo me estaba encariñando, y él no quería nada serio. ¿Qué hace un hombre joven que no hace uno de mi edad? Lograr que te sientas muy viva. Él no se sentía valorado por las mujeres de su edad”, asegura. “Este verano, me voy a casar con mi chico, que es un hombre de 32 años. Aunque desde el primer día ambos notamos que esto era algo bonito e intenso, confieso que una vez más, me daba apuro la edad. Estamos acostumbradas a ver a hombres con mujeres jóvenes, pero no al contrario. Lo primero que le planteé era que había cosas que no podía darle, como tener hijos en unos cinco o diez años, ya que este es un motivo importante para dejar a alguien. Cuando me dijo que él no quería, me di cuenta de que el resto, podía dárselo”, dice.

Los romances con diferencias de edad, especialmente esos en los que la mujer es mayor, siguen sorprendiendo en la actualidad a muchas personas, pese a que son muchas las celebridades y las figuras públicas las que siguen esta creciente tendencia. “Si yo fuera 20 años mayor que mi esposa, nadie pensaría ni por un segundo que no podríamos estar legítimamente juntos”, dijo a Le Parisien Emmanuel Macron, que tiene 47 años, mientras que su mujer, Brigitte Macron, tiene 71 años. “Como es ella la que tiene 20 años más que yo, mucha gente dice: ‘esta relación no puede tener futuro, es imposible”. Heidi Klum tiene 51 años y también ha hablado sobre la diferencia de edad con su pareja, Tom Kaulitz, que tiene 34 años. “Últimamente son muchas las personas que me recuerdan mi edad. Mi novio es muchos años menor que yo y mucha gente lo cuestiona y pregunta al respecto. Esa es realmente la única vez que parece que me echan en cara la edad y tengo que dar una respuesta”, dijo la modelo en una entrevista concedida a InStyle.

Relaciones intergeneracionales 3.0

Estas relaciones de amor intergeneracionales han encontrado su reflejo en las dating apps. Tinder desveló en 2022 que el 45% de los miembros femeninos de la aplicación en todo el mundo había conectado con un hombre más joven que ellas, mientras las menciones de “hombre más joven” en las bios de los miembros de la app habían aumentado un 70% a nivel global y las menciones de “chica mayor” también crecieron un 35 %.

Marcos Seco, programador informático, explica por qué intenta siempre tener citas con mujeres mayores que él. “Llevo un tiempo en Bumble y he mentido en mi edad. He puesto que tengo 34 años, pero en realidad, tengo 27. Cuando hago ‘match’, suelo decirlo rápidamente, porque no quiero engañar a nadie. Algunas se enfadan y me lo echan en cara, pero la mayoría deja de hablarme, sin más. Sin embargo, a veces me funciona y consigo tener una cita. Miento sobre la edad porque sé que a muchas mujeres les tiraría para atrás el hecho de que sea mucho más joven que ellas. Busco a una mujer mayor porque son más maduras. Saben lo que quieren y tienen una visión de la vida mucho más asentada, clara y sincera”, asegura. “Las chicas de mi edad están obsesionadas con las redes sociales y la imagen; no me gusta nada esa forma de ser. Además, las mujeres de 45 tienen mucho más claro el “tema niños”, tanto si ya son madres, como si no lo son. A mí eso me quita presión, porque no quiero tener que pensar si en el futuro voy a ser padre o no. Según mi experiencia, algunas mujeres más jóvenes, a partir de los 30 años, empiezan a pensar en hijos y priorizan esto frente a sus parejas”, dice.

“Según mi experiencia en las aplicaciones, los jóvenes entre 20 y 30 años han desarrollado una ‘obsesión’ por tener encuentros sexuales con mujeres maduras que rondan la cincuentena. Creo que es una clara cuestión de morbo de fantasías sexuales, no de amor. La ‘liberación’ de la mujer les abre un montón de posibilidades. Ahora nosotras no tenemos complejos en liarnos con yogurines, del mismo modo que ellos no han tenido nunca y siguen sin tener problemas en mantener relaciones con mujeres muchísimo más jóvenes, yo diría que en algunos casos, escandalosamente más jóvenes. Yo he tenido relaciones con jóvenes de los que podría ser su madre. En mi caso personal, ni lo he vivido como un trofeo (que es lo que hacen ellos), ni me ha parecido especialmente interesante, aunque sí algo nocivo para la autoestima…Al final, las mujeres vivimos con el yugo de la edad a cuestas y nos da vergüenza estar con gente mucho más joven, porque eso sólo acrecienta la sensación de que estás vieja”, dice Maria Legazpi, una abogada de 51 años que asegura que en más de una ocasión, los hombres con los que ha hecho match mentían acerca de su edad en las aplicaciones. Kaspersky Lab y B2B International llevaron a cabo una investigación sobre las mentiras de los usuarios en las páginas de citas online, y los datos indicaron que la edad es siempre un tema delicado sobre el que muchos usuarios tienden a mentir.

Las ventajas de salir con un hombre más joven

Sara Sánchez, directora de arte de 41 años, está saliendo con un hombre de 27 años. “Cuando saco el tema de la edad, él me dice que el problema lo tengo yo, y que me escudo en eso cuando me siento insegura. Al principio me daba angustia, porque está empezando su doctorado, y yo llevo mucho tiempo ya trabajando. Con el paso del tiempo, estoy encantada de la responsabilidad afectiva y el awareness de la sociedad que tiene. Me encanta su forma de comunicarse, de poner límites y de hablar las cosas. Creo que los hombres más jóvenes son más abiertos y más responsables emocionalmente”, confiesa.

Cindy Gallop, fundadora de MakeLoveNotPorn, una plataforma de sextech social diseñada para promover el buen comportamiento sexual y los buenos valores sexuales, comenzaba su TED Talk confesando salir con hombres jóvenes. “Suelen estar en la veintena, y por su puesto, si digo que salgo con ellos, es porque también me acuesto con ellos”, dice en su charla, llamada ‘Make love, not porn’. Todo comenzó cuando hace tiempo, para hacer un pitch para una web de citas, cada miembro del equipo de la empresa de publicidad en la que trabajaba se tuvo que crear un perfil para comprender su funcionamiento. Fue entonces cuando descubrió que muchos hombres jóvenes se interesaban por ella, y decidió que no iba a cerrar su perfil al terminar el proyecto. “Respondo tal vez al uno por ciento de todos los acercamientos que recibo. Mi criterio es el de que tiene que ser una buena persona. Como resultado, mis llamadas “relaciones casuales” duran mucho más que las llamadas “relaciones comprometidas” de la mayoría de las personas”, explica en ‘The Cut’. “Sí, el sexo es fantástico. Cuando la estamina se combina con confianza y experiencia, es una combinación fantástica. Algunas mujeres me dicen que se sentirían demasiado inseguras acerca de sus cuerpos como para acostarse con alguien joven, pero cuando tienes un criterio como el mío (el de que tienen que ser amables), conoces a hombres más jóvenes que aprecian todo lo relacionado con las mujeres mayores. De hecho, como me da igual lo que piensen los demás, y creo que estoy estupenda desnuda, estoy lo suficientemente segura como para concentrarme en hacer que mis parejas se sientan bien consigo mismas. Les digo que son hermosos. Recuerdo a un hombre con el que salí (tenía 20 años y el cuerpo de un dios griego), que sentado en el borde de la cama, me dijo una mañana, tímidamente, que le hacía sentir muy sexy”, asegura.

Para finalizar, comparte con S Moda su experiencia Cristina Santos, de 48 años, que conoció a un amante en un concierto. “Yo tengo 42 y él 23, pero cuando nos conocimos, me dijo que tenía 28. Me halagó su fascinación por mí y su seguridad en sí mismo. Tuvimos un affaire de tres meses. Lo intenté frenar, pero estaba muy enganchada a la sensaciones que me hacía sentir. Respecto a la diferencia de edad, yo sólo le dije al principio, antes del primer beso, que era mucho mayor que él, y que no podía besarle por eso. Él fingió indignarse, porque no le importaba nada. No era un tema que resultara molestó en nuestra relación, tan solo una vez le dije que nos habíamos encontrado en el único momento en que era posible que tuviéramos algo porque antes, él era demasiado joven y en unos años, yo le parecería muy mayor”, asegura. “Una anécdota que me mató es que un chico, saliendo de un concierto, me preguntó si yo era su madre. Me sentó fatal a pesar de que en realidad, con una diferencia de 19 años, sí podría serlo. Él jamás comentó el tema, pero yo hablé de ello mil veces con mis amigas, porque me escoció un poquito. Sobre el papel, me daba vergüenza parecer una cougar, pero en la práctica, no me pasaba tanto, quizá por los ambientes en que transitábamos. No me gusta reconocerlo, pero disfruté mucho la película de Anne Hathaway”, dice como broche final.

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