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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Nacionalismo para afrontar el desafío tecnológico

El claroscuro papel que representan Facebook o TikTok en nuestras vidas no se soluciona con acciones unilaterales improvisadas

Guillermo Vega
Trump, en un acto de campaña en Michigan.
Trump, en un acto de campaña en Michigan.Manuel Balce Ceneta (AP)

La pelea de la Administración Trump contra TikTok, su matriz, ByteDance, y el gigante tecnológico Tencent constituye un despropósito continuado. Es más, el camino que sigue Washington pone el comportamiento del supuesto país de la libertad a la altura del de India o Rusia, países que han amenazado con cerrar Internet o crear el suyo propio; y hace cada vez más difícil diferenciar si las reglas que tratan de imponer se basan en preocupaciones legítimas de seguridad nacional o son simples expresiones de nacionalismo.

El claroscuro papel que representan las grandes tecnológicas en nuestras vidas no se soluciona con acciones unilaterales improvisadas, y la clase política no parece preparada para acoplar a la sociedad los grandes cambios que las empresas están imponiendo. Los congresistas estadounidenses dieron buena prueba de su desconocimiento en la inútil comparecencia telemática de los principales directivos de Amazon, Apple, Google y Facebook que se celebró a finales de julio.

Los congresistas se mostraron de acuerdo en que las grandes compañías tecnológicas (independientemente de su nacionalidad) constituyen un problema social que hay que acotar. Pero su capacidad y preparación para encontrar una solución es escasa. Algo aún más sangrante en el caso de la Unión Europea: nuestros políticos están dispuestos a presentar batalla a favor de los usuarios, sí. Pero su capacidad de influencia es mínima. No es casualidad que la mayor beligerancia de la UE coincida con el hecho de que Europa no ha sido capaz, a diferencia de EE UU y China, de crear una industria tecnológica propia a la que defender.

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Sobre la firma

Guillermo Vega
Corresponsal en Canarias y miembro del equipo de edición del diario. Trabajó en la Cadena Ser, Cinco Días y fue jefe de EL PAÍS Retina y de la sección de Tecnología. Licenciado en Ciencias de la Información, diplomado en Traducción e Interpretación y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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