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'Apps'

Google y Apple limitan la lucha contra el coronavirus a la iniciativa pública

La política de publicación de ‘apps’ en sus tiendas móviles determina que aquellas que guarden relación con la Covid-19, como las de rastreo de contagios, han de tener un respaldo institucional

Google y Apple han optado por respaldar únicamente aplicaciones relacionadas con el coronavirus que obtengan algún tipo de respaldo institucional. La política de publicación tanto en la App Store como en Google Play, aunque con algún pequeño matiz entre ambas, deja claro que las iniciativas exclusivamente privadas están en fuera de juego. “Solo aprobamos apps que hacen referencia a la Covid-19 o términos relacionados en su listado de la tienda si la aplicación es publicada, encargada o autorizada por una entidad gubernamental oficial u organización de salud pública, y la app no contiene ningún mecanismo de monetización”, resume Sam Tolomei, responsable de desarrollo de negocio de Google Play.

En el caso de Apple, que no ha respondido a las preguntas planteadas, aquellas que provengan de ONG e instituciones académicas también son válidas. Explica en su web que su postura solo pretende asegurar la credibilidad y seguridad de toda la información relativa a la pandemia. Añade en esta misma página que, ante una situación tan excepcional, “las comunidades de todo el mundo dependen de las aplicaciones para ser fuentes de noticias creíbles, ayudar a los usuarios a entender las últimas innovaciones en salud, descubrir dónde obtener ayuda y ofrecer asistencia a sus vecinos.”

La postura de las dos grandes tecnológicas llega en un momento frenético para el mercado de las aplicaciones, en particular para las que rastrean posibles contagios. Han dado el salto de Asia al resto de continentes en apenas dos meses. Están llamadas a convertirse en una medida sanitaria más, como el lavado de manos o la distancia interpersonal, en aras de contener un rebrote en los próximos meses. Las iniciativas provienen de frentes diversos, tanto públicos como corporativos. Sin embargo, la mayoría de empresas se ha topado con un correo electrónico en la bandeja de entrada desalentador: tu app ha sido suspendida y eliminada.

Google explica en esta comunicación los siguientes pasos que deben seguir si quieren aparecer en Google Play. Diferencia dos supuestos. El primero, si no cuentan con ningún tipo de respaldo institucional, solo pueden eliminar las referencias y las palabras relacionadas con el coronavirus. El segundo, en el que sí existe un apoyo gubernamental, abre un nuevo escenario donde el respeto por la privacidad camina por un sendero muy estrecho. “Envíe pruebas válidas para verificar la identidad de su organización. Además, si partes de su aplicación están restringidas en función de credenciales de inicio de sesión, miembros, ubicación u otras formas de autenticación, asegúrese de proporcionar credenciales de prueba válidas para que Google pueda revisar su app”, reclama en estos mails.

Al margen del acceso a datos recabados por terceros, Apple y Google también han desarrollado su propio sistema de control de contagiados. Una colaboración inédita que han puesto al servicio de las autoridades sanitarias nacionales con el fin de que creen estas apps de rastreo. Con la información provista por el resto de compañías para aparecer en las tiendas móviles, tienen acceso a otros enfoques que hayan podido pasar por alto o sean más efectivos. Los pilotos y modelos conocidos hasta ahora comparten a grandes rasgos las mismas características, como el funcionamiento por bluetooth, la introducción voluntaria del resultado positivo de la prueba de Covid-19 y la imposibilidad de identificación personal gracias a unos códigos de números aleatorios.

Dinero público para iniciativas privadas

Para sortear las limitaciones, el sector publico colabora en la medida de lo posible. El Instituto Europeo de Innovación y Tecnología, por ejemplo, ha lanzado una convocatoria de 60 millones de euros para las empresas innovadoras que desarrollen soluciones de alto impacto frente al coronavirus. No se trata solo de contribuir económicamente, sino de aportar ese sello institucional que lleve a una app a las stores. Precisamente, uno de los argumentos de las tecnológicas para justificar esta política es la prevención de un posible lucro y fraude. Aunque no han querido facilitar datos concretos sobre el número de aplicaciones retiradas y prohibidas, el entorno resulta muy competitivo y complica su labor. De acuerdo con un estudio de Ditrendia, el año pasado se descargaron 258.000 millones de aplicaciones en todo el mundo.

La emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto que el curso de la innovación ha vuelto a la sociedad civil. Apple y Google han apostado por evitar sobresaltos o malas prácticas, resguardarse bajo el paraguas institucional; pero ahí queda el ejemplo del movimiento maker con la impresión 3D y los respiradores artificiales. Las apps de rastreo se encuentran en un punto similar. Las organizaciones han pisado el acelerador e intentan aportar su solución a marchas forzadas. Tolomei lo más que explica es que seguirá adoptando medidas para limitar los cambios y las barreras que ha levantado porque bastante están padeciendo ya las compañías.

Ninguna de las big tech aclara hasta cuándo mantendrá las restricciones ni en qué se concretarán esos cambios que se supone vendrán en las próximas semanas. La única certeza, si es que durante una pandemia mundial las hay, es que surgirán diferentes aplicaciones de rastreo de contagios. En medio de este contexto, todavía faltan por pulir más detalles, como los protocolos de conexión, el nivel de protección de datos o si solo habrá una por país. Aun así, diferentes compañías ya han pedido que las modificaciones aparezcan más pronto que tarde. Mientras lo solucionan, seguirán llamando a las instituciones para que les echen una mano.

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