Tinder: “Presionaremos mucho a nuestros miembros para que no sean difusores de la covid-19”
Elie Seidman, CEO de Tinder, cree que “los más jóvenes piensan en el teléfono como una herramienta emocional”. La ‘app’ permitirá tener citas virtuales por videollamada o saber si una foto es de una persona real
¿Tendría una cita una vez que acabe el confinamiento? La revista estadounidense Slate ha lanzado esta pregunta a sus lectores. De las 6.000 personas que han contestado, solo el 29% afirma que sí tendría una cita una vez que la cuarentena haya finalizado. El 58% dice que no. Y el resto aún está indeciso. El coronavirus ha cambiado por completo nuestras rutinas y costumbres: la forma de trabajar, de comunicarnos y, en ocasiones, incluso de encontrar el amor. Cuando comenzó la pandemia, los usuarios de la app de citas Tinder pasaban más tiempo hablando con sus matches, pero ¿qué pasará una vez que acabe el confinamiento y sea posible volver a las quedadas presenciales? ¿Pueden este tipo de apps contribuir a la expansión del coronavirus? ¿Sustituirán las citas virtuales a las presenciales?
Elie Seidman, CEO de Tinder desde 2017, revela algunas tendencias a través de una videoconferencia con un grupo de periodistas internacionales. Durante las primeras semanas de confinamiento, España fue uno de los países donde más aumentó el número de mensajes diarios enviados por los usuarios activos —cerca de un 30% en marzo—, según la compañía. A la par, en el mismo periodo se incrementó un 26% la duración de las conversaciones en la app.
Seidman considera que la covid-19 ha acelerado algunos cambios que antes de la pandemia ya se estaban produciendo. Para él, Internet ha vivido tres eras distintas. La primera, que empezó en los años 90, se caracterizaba por el uso de Internet con un propósito informativo. La segunda, por su utilización para el comercio. Y la actual, que sostiene que se ha hecho masiva en los últimos 10 años, es la del Internet social. “Tinder nació en 2012 en campus universitarios de Estados Unidos. Pero luego llegó a Milán, a Madrid, a Seúl, a Tokio, a Buenos Aires… Y se convirtió en una historia global”, afirma.
Más que de una transformación técnica, considera que se trata de un cambio “cultural y social”. En los últimos años se ha producido un cambio generacional de los usuarios que acuden a Tinder. Los jóvenes que tenían poco más de 20 años en 2012, ahora tienen unos 30. Y poco a poco ha llegado a la app la Generación Z. De hecho, más de la mitad de los miembros de Tinder tienen entre 18 y 25 años, según la compañía. La situación ha cambiado y también la mentalidad de los usuarios. “Si usabas Tinder en 2012 eras la excepción, pero hoy es la norma”, cuenta Seidman.
Los jóvenes de 18 años que ahora llegan a Tinder han crecido con el Internet social. Y lo mismo le ocurrirá a las generaciones futuras: “No piensan en el teléfono como una herramienta técnica. Lo consideran una herramienta emocional y psicológica”. Estos jóvenes consideran que “su vida social y sus herramientas digitales no son cosas diferentes”. Seidman recuerda una conversación que tuvo con los miembros más jóvenes de su equipo. Él se refería al mundo físico como “la vida real”. “Hablaba del mundo real para referirme a cuando estás en un restaurante, en un bar o en un concierto en el mundo físico. Y una persona dijo: ‘¿Por qué sigues refiriéndote a eso como la vida real. Lo que sucede en mi vida digital es mi vida real”.
Esta desaparición de fronteras entre el mundo físico y el virtual se ha acelerado con la situación generada por el coronavirus, según Seidman. Y ha pasado a ser propia de “un grupo mucho más amplio de usuarios”. “Tu vida de citas en línea y tu vida de citas presenciales no son dos cosas diferentes, se han vuelto cada vez más iguales. Pero no creemos que eso signifique que el mundo físico no sea importante o que el mundo virtual vaya a reemplazar al físico”, explica.
De hecho, afirma que la situación de alerta es temporal. Los usuarios podrán volver a juntarse. Pero, ¿podrían las citas presenciales y apps como Tinder contribuir a que haya nuevos contagios? “Vamos a seguir pidiendo a nuestros miembros que no solo administren su propio riesgo, sino también el riesgo para la comunidad en general, No queremos ser difusores, por lo que presionaremos mucho a nuestros miembros”, afirma el CEO, que no especifica si se tomará alguna medida concreta para evitarlo de cara a la desescalada.
De la verificación de selfis a las videollamadas
Tinder, que cuenta con seis millones de suscriptores de pago, usa tanto inteligencia artificial como moderadores humanos para intentar garantizar la seguridad dentro de la app. “Aún así, pedimos a nuestros miembros que sean reflexivos y responsables. Tinder no es un universo alternativo”, reconoce el CEO de la compañía. Uno de las herramientas que Tinder trata de implementar a nivel mundial es la verificación de sefies, que tiene como objetivo que el usuario sepa que “las fotos que está viendo son de personas reales”.
La compañía también trabaja en nuevas funciones: desde la opción de realizar videollamadas dentro de la aplicación a un modo “global” para poner en contacto a usuarios de diferentes partes del mundo. También intenta descubrir cómo crear un ambiente idóneo para que dos usuarios que hacen match (se gustan mutuamente y ambas lo indican en la app) comiencen a hablar.
“Si usabas Tinder en 2012 eras la excepción, pero hoy es la norma”
Este es uno de los principales quebraderos de cabeza de la compañía, que quiere ayudar a los usuarios a sacar tema de conversación, algo importante tanto en la app como físicamente: “Todos hemos vivido alguna vez esta situación incómoda. Conoces a alguien en Tinder. Dos semanas después quedas en el mundo físico y después de tres minutos te das cuenta de que no tienes nada sobre lo que hablar. E incluso hemos creado excusas divertidas para salir de esas situaciones: un amigo te llama, de repente tienes una emergencia… Creemos que podemos hacer mucho aquí”.
Seidman cree que las experiencias virtuales pueden ser la solución. Pone como ejemplo a usuarios que tienen citas dentro del videojuego Animal Crossing. Tinder lo ha intentado en EE UU con Swipe Night, una serie interactiva emitida al mismo tiempo para todos los usuarios durante unos días determinados. Los usuarios podían ir escogiendo qué querían que pasase. Sus elecciones condicionaban, además del rumbo de la historia, sus posibilidades de hacer match. Los domingos en los que los miembros participaron en Swipe Night, los matches incrementaron un 26% y se enviaron un 12% más de mensajes que en un domingo normal, según la compañía, que canceló el lanzamiento de esta serie en España por el coronavirus.
“Se trata de una experiencia comunitaria. Imagina que en el mundo físico vamos a un concierto, todos estamos teniendo una experiencia del concierto. Y luego eso crea un contexto, algo de lo que podemos hablar”, afirma. Esta idea, según el CEO de Tinder, cautiva especialmente a los más jóvenes: “Estarán más interesados y comprometidos teniendo en cuenta que son personas que han crecido pasando el rato en sitios como Fortnite. La idea de que puedes pasar el rato dentro de un juego no suena tan normal o natural para muchas personas. Pero cientos de millones de personas están quedando ahí con sus amigos dentro de una experiencia digital. Pueden pasar el rato en esta experiencia y tener una conexión emocional”.
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