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Carlos Sáez: “Hay algo en la basura que nos define”

Este artista explora “la relación entre ser humano y tecnología” a partir de lo obsoleto, ya sea en formato físico o digital

Carlos Saez (Valencia, 1988)
Carlos Saez (Valencia, 1988)Mónica Torres

Donde la mayor parte del mundo solo ve una montaña de desperdicios tecnológicos, Carlos Sáez (Valencia, 1988) percibe gran parte de lo que somos. “Hay algo en la basura que nos define, que nos habla del espíritu contemporáneo”, explica desde su estudio, situado en su ciudad natal.

Desde hace una década, este artista ha explorado “la relación entre ser humano y tecnología” a partir de lo obsoleto, ya sea en formato físico o digital. “Me gusta trabajar con maquinaria desechada porque creo que aún tiene la posibilidad de comunicar algo que ha ocurrido. Como decía Boris Groys, el hardware abandonado es como los acueductos romanos, una construcción que durante mucho tiempo abasteció a un pueblo y que, cuando se encuentra sin su fluido, en este caso la electricidad, se convierte en un elemento estético y de información”.

El artista valenciano  trabaja con  cables, chapa,  maquinaria  desechada,  hardware abandonado.  Imagen  de su instalación
El artista valenciano trabaja con cables, chapa, maquinaria desechada, hardware abandonado. Imagen de su instalación

La obra de Sáez comenzó fraguándose en la Red. “Empecé a trabajar mucho con vídeo y a hablar de la idea de internet en nuestras vidas”, rememora. Así nació Cloaque, un proyecto compartido con la artista Claudia Maté que, a modo de “vertedero digital”, nos presentaba un collage infinito de imágenes encontradas en el ciberespacio. De ahí pasó a lo físico, deslocalizando piezas de maquinaria caduca para darles un nuevo significado. “Me interesa la chapa, el cable, y también el accidente, los destrozos”, relata.

No me preocupa no tener una línea estética reconocible

“Me gusta extraer una pieza de hardware de su entorno y colocarlo en otro, en una galería, y esperar a que el espectador cree su propia historia”. Su tesis pasa por dejar que esas piezas de tecnología nos hablen sobre lo que somos. “Para mí es arqueología del futuro. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si los centros de datos dejasen de utilizarse, que hubiese un gran cambio en internet y ya no hiciesen falta? No creo que los destruyéramos, se preservarían para contar algo, como una atracción turística”, asegura.

Piezas como VGArden o su colaboración en Tormenta, de la música venezolana Arca, le han convertido en uno de los jóvenes artistas españoles con mayor proyección internacional. Ahora, Sáez sigue explorando distintos medios y soportes (“No me preocupa no tener una línea estética reconocible”, afirma) con nuevos proyectos.

“Estoy centrado en la producción de instrumentos en los que tiene tanta importancia el aspecto como el sonido. Al tocarlos se produce una performance, se convierte casi en un ritual”, adelanta. Antes, tendrá lugar su primera exposición individual, en la galería valenciana Espai Tactel.

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