La última frontera de la transición hacia un mundo sin efectivo
Nuestra dependencia del efectivo es más una imposición que una cuestión de conveniencia, asegura la directora general de Mastercard España, Paloma Real
Nuestra dependencia del efectivo es más una imposición que una cuestión de conveniencia. La comodidad y seguridad asociadas a las formas de pago alternativas están más que demostradas y, sin embargo, el dinero en metálico sigue siendo la opción más empleada.
Mastercard ha querido indagar en los motivos de esta contradicción impulsando el primer Índice Cashless, un estudio sobre el grado de conocimiento de los españoles de los medios de pago disponibles y sus preferencias al respecto, del que hemos podido extraer una conclusión tan clara como reveladora: si el efectivo sigue siendo predominante es, únicamente, por ser la forma de pago más aceptada.
Sólo así se explica que el dinero en metálico sea la primera opción de uso cuando solo es el método preferido por el 29% de los consumidores, bastante por detrás de las tarjetas de crédito o débito de banda magnética (40,5%). Y la distancia aumenta hasta el 70% si se suman otras opciones de implementación más reciente como las tarjetas sin contacto, o contactless, o el pago con teléfono móvil acercándolo a un datáfono.
El cambio de tendencia en los hábitos de pago es imparable, pero aún persisten trabas a la transición hacia un mundo sin efectivo o cashless. Si se pregunta directamente al consumidor, como ha hecho Mastercard, se puede constatar que los que prefieren pagar sin efectivo, en todos los casos, e independientemente de la cuantía, son mayoría. Y, sin embargo, en la práctica tendemos a sacar la tarjeta en determinadas circunstancias y la billetera en otras, principalmente cuando se trata de bienes de bajo importe.
Es cierto que las opciones cashless van ganando terreno, pero aún no hemos alcanzado el punto de poder pagar indistintamente con o sin efectivo en todos los ámbitos. Y fomentar esa posibilidad es ahora más importante que nunca. Especialmente porque las nuevas generaciones de consumidores van a ser todas nativas digitales, acostumbradas al comercio online, donde el peso de los métodos de pagos digitales es prácticamente hegemónico.
En consecuencia, van a exigir poder emplear formas de pago alternativas al efectivo en cualquier situación, tendencia que va en consonancia con los objetivos de Mastercard, desde donde apostamos por un futuro marcado por la asimilación y la normalización de los pagos digitales en el ámbito del consumo.
El cambio de tendencia en los hábitos de pago es imparable, pero aún persisten trabas a la transición hacia un mundo sin efectivo o cashless.
La digitalización de todos los métodos de pago marca el camino a seguir. Vivimos en una sociedad conectada que exige servicios cada vez más inmediatos, sencillos y cómodos. Hablamos de digitalización, comercio electrónico, wearables y demás dispositivos innovadores, pero incluso las tarjetas de crédito de banda magnética pueden suponer una revolución en según qué ámbitos.
La digitalización de todos los métodos de pago marca el camino a seguir.
Sin ir más lejos, Mastercard ha colaborado recientemente en la elaboración del informe El usuario de máquinas de vending, a través del cual hemos podido saber que incorporar métodos de pago electrónicos en las máquinas de vending incrementaría su uso en un 42%; precisamente, uno de los puntos de venta en los que los consumidores perciben más dificultades para pagar sin efectivo.
Todos los actores implicados tenemos la responsabilidad de satisfacer lo que más que una demanda es una necesidad. En Mastercard estamos comprometidos con la construcción de una sociedad sin efectivo, más transparente, segura y eficaz.
Y para ello trabajamos cada día innovando en soluciones de pago que hagan más sencilla la vida de los consumidores, empresas y administraciones públicas. Ahora solo hace falta que puedan hacer uso de ellas con total libertad, independientemente del importe o el punto de venta.
Paloma Real es directora general de Mastercard España
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