Cosas que enseñarle a tu hijo para que se enfrente a un futuro lleno de tecnología
Dicen que el futuro estará lleno de robots que nos quitarán el empleo. Pero los expertos creen que hay formas de educar a tu hijo para que desarrolle una carrera (y una vida) satisfactoria. Y no tiene que ver con inscribirlo en cursos de robótica
Los padres, ya se sabe, se preocupan por todo en lo que respecta a sus hijos. En los últimos años, los medios nos hemos encargado de que los robots sean un motivo más. Hay expertos que creen que la mitad de los empleos pueden ser automatizados. Ya que nos estamos gastando una pasta en su educación, ¿cómo podemos asegurarnos de que van a poder desarrollar una carrera profesional satisfactoria y, lo que es más importante, disfrutar de una vida mejor?
- Creatividad
Habrás oído mil veces la necesidad de fomentar la creatividad en tus hijos. Y es que la inteligencia artificial es capaz de solucionar problemas de una forma metódica. No es tan buena, sin embargo, a la hora de conectar dos ideas complicadas. La nuestra es más intuitiva y mejor en tareas de persuasión. Así, el entorno y la curiosidad pueden estimular, y mucho, la creatividad, una característica que puede convertir a un empleado en imprescindible.
“Creo que lo que hizo que Albert Einstein, Benjamin Franklin, Steve Jobs y, por supuesto, Leonardo Da Vinci fueran creativos fue que eran capaces de sentir curiosidad por todo tipo de cosas: amaban tanto el arte como la ciencia, tanto las humanidades como la ingeniería y la tecnología. Por eso me encanta la gente creativa que se puede situar en la intersección entre diferentes tipos de materias”, aseguró recientemente a EL PAÍS RETINA Walter Isaacson, presidente en los últimos 14 años de The Aspen Institute. “En esta situación un tanto inestable y poco previsible, sentir curiosidad y no miedo por el entorno se convierte en una ventaja competitiva”, explica la psicóloga laboral Elisa Sánchez.
- Aprender de los errores
Los niños tienden a aprender más de lo que hacen sus padres, no de lo que dicen. Por eso, resulta importante que sean testigos de unos padres que muestren una capacidad de aprender y admitir los propios errores.
Nos equivocamos constantemente, pero eso no tiene por qué ser necesariamente fatal. Lo verdaderamente malo es que muy a menudo ni siquiera somos conscientes de ellos. Nos pueden engañar nuestros sentidos o nuestros sesgos (lee esta estupenda pieza al respecto de los compañeros de Verne) o nos dejamos llevar por lo que opinan nuestro entorno o la gente que piensa de forma parecida. Para Kathryn Schulz, autora de En defensa del error, dudar acerca de nuestras certezas impulsa “la curiosidad, la posibilidad y el asombro”. Es una duda activa e investigadora y nos anima a salir de nuestra zona de confort.
- Propón juegos en familia y anímale a llevar a cabo actividades en equipo
Si un ser humano puede ser más creativo que una máquina, imagínate dos... o 100. Trabajar en equipo va a ser una necesidad más que probable en su futuro laboral. Y la mejor forma de desarrollar esta práctica es mediante juegos familiares y alentando a los niños a llevar a cabo actividades grupales de todo tipo.
No le va a quedar más remedio. Algunos científicos han asegurado que el ser humano medio cuenta con una memoria de alrededor de un gigabyte. Mucho menos que un pendrive medio. La ignorancia es un hecho entre los seres humanos, incluso dentro de los ámbitos en los que somos expertos y lo que no usamos en nuestro día a día lo olvidamos. El proceso de transformación digital y de creciente complejidad de la sociedad no hace sino agravar esta situación, según sostienen Steven Sloman y Philip Fernbach en su reciente libro The Knowledge Illusion: Why We Never Think Alone.
La solución, por tanto, es dividir con otros humanos las labores cognitivas, las que tienen que ver con el conocimiento. Es imposible manejar todas las tareas de un proceso complejo como puede ser una operación, los trabajos en un laboratorio, estudios de arquitectura, empresas de telecomunicaciones o en la más básica de las startups. O incluso en películas como Cube.
- Desarrolla su inteligencia emocional
Ayudar a que los niños sean capaces de identificar, expresar y gestionar sus emociones no solo resulta clave para afrontar un entorno laboral cambiante. También para disfrutar de una vida plena. Harvey Deutschendorf, autor de The Other Kind of Smart: Simple Ways to Boost Your Emotional Intelligence for Greater Personal Effectiveness and Success, propone en este artículo hablar sobre personajes de películas y series o animarles a hablar de cómo les ha ido el día y que contratiempos se ha encontrado en ellos. Lo que nos lleva a...
- Enséñales a gestionar sus fracasos y frustraciones
Autores como Eckhart Tolle nos cuentan en su obra que lo que somos no viene dado por lo que tengamos o los éxitos que seamos capaces de alcanzar. Sin embargo, muchas veces se pasa por alto que buena parte de la gente exitosa que nos encontramos comparten un rasgo común: comprenden que un fracaso no les disminuye como personas y no les resta potencial a la hora de alcanzar nuevas metas. Algunos de los consejos que proponen los especialistas para lograrlo pasan por que el niño haga aquello que puede hacer, aunque lo haga despacio y mal, no compensar el error asumiendo tú la tarea, no dejar que se enfrente a aquello para lo que aún no está listo, no minimizar o anular el llanto, ser empático de verdad (escucha sus razones y trata de que hable sobre todo de emociones, de cómo se siente), o darle la ayuda justa y solo cuando la pida.
- Enséñales a que adoren leer
Harvey Deutschendorf apunta a una virtud que ha de tener un futuro trabajador resistente a los robots: leer. Barry Zuckerman, profesor en la Boston University School of Medicine, asegura que los niños que están expuestos a libros desde una edad temprana se desenvuelven mejor en un mayor número de categorías: "Tienen un vocabulario mayor, prestan más atención, se concentran mejor y están mejor preparados para su acceso a la guardería".
La habilidad de aprender cosas nuevas, fijarse nuevas metas (y lograrlas) da además a los niños una dosis de confianza que les va a venir bien si acceden a posiciones de liderazgo en sus vidas adultas, asegura Deutschendorf.
Y aunque leyendo no lograsen nada de lo anterior (que no es el caso), por el camino disfrutarían lo que no está escrito... (chiste fácil como regalo a quienes hayan llegado hasta aquí).
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