Dime a quién echarías a la calle o te despido
Hay compañías que usan sistemas de 'rating' para que los empleados se evalúen entre ellos. Netflix se pasa de la raya y basa su cultura empresarial en exigir "una transparencia disfuncional"
Netflix es una de las empresas más transparentes del mundo y, durante algún tiempo, este ha sido uno de los motivos por los que la compañía ha sido alabada internacionalmente. Uno de los beneficios de la transparencia es que, supuestamente, obliga a las empresas a ser mejores porque todo lo que hacen se ve. Pero en este caso, a Netflix se le ha ido de las manos. Sus exigencias para llevar la transparencia al límite han hecho que su cultura empresarial se haya convertido en un infierno para muchos de sus empleados. Según la información publicada por Wall Street Journal, que ha entrevistado a más de 70 trabajadores y extrabajadores de la compañía, su cultura empresarial se basa en los “juicios públicos y una transparencia profundamente disfuncional”.
El gigante del contenido en streaming, con 137 millones de suscriptores globales, ha desdibujado el límite entre la información que los empleados necesitan saber y la humillación. “Los ejecutivos de nivel directivo y superiores, unas 500 personas, pueden ver los salarios de cada empleado”, explica Wall Street Journal. Según este mismo medio, se alienta a los trabajadores a que se den feedback directo a la cara: Netflix es un lugar donde la franqueza radical es una de las virtudes más valoradas y donde se explica abiertamente los motivos por los que una persona ha sido despedida en correos electrónicos que se envían a todos los empleados. A veces, estos detalles también se remarcan en las reuniones cara a cara donde, cuando una persona se equivoca, debe explicar a los demás lo que hizo mal en un proceso que ellos llaman sunshining, según recoge también Gizmodo.
Algunos de los motivos que pueden hacer que un mando intermedio vaya a la calle son, por ejemplo, que no haya despedido a alguien que piense que no cuadra con la cultura de la empresa, es decir, que mantenga en su equipo a un empleado que no cumpla con las exigencias de transparencia. A través de lo que ellos llaman keeper test, “tienen que preguntarse sí mismos si lucharían por mantener a un trabajador en concreto en la plantilla”. Los que no eliminan "a los más débiles" pueden acabar de patitas en la calle. Tal y como se refleja en las entrevistas realizadas para el artículo de Wall Street Journal, algunos jefes “dicen sentir presión para despedir a los empleados o temen ser vistos como flojos o débiles si no lo hacen”.
Estas situaciones tienen un precio y por algo Netflix es una de las tecnológicas que más invierten en cazar nuevos talentos. La compañía está dispuesta a ofrecer a los empleados que quiere robar de otras empresas hasta un 166,6% más de lo que cobran. Algunos trabajadores estaban ganando 112.700 euros de promedio cuando Netflix intentó contratarlos y la compañía accedió a pagarles hasta 300.000. Según el portal Business Insider, estos incrementos en el salario implican diseñar grandes promociones y disponer de más dinero en efectivo y menos acciones. Los ingenieros informáticos senior de Netflix cobran de media 198.500 euros al año de salario base, según Paysa, comparado con los 157.000 euros que cobran en Facebook. Pero con las acciones y otros beneficios, la red social en realidad paga un poco más en total.
Esta situación no es exclusiva de Netflix. Hay otras empresas que, en menor medida, también utilizan sistemas de rating entre sus empleados. Ya lo predijo Steve Cadigan, vicepresidente de talento de LinkedIn durante la etapa de más crecimiento de la compañía. “Dentro de poco existirá algo parecido a un Tripadvisor para empresas, donde los futuros empleados puedan ver cómo es el sitio y leer críticas y puntuaciones sobre la empresa”. Hasta este punto, la transparencia puede ser beneficiosa. Pero Cadigan se pregunta “¿Qué pasará cuando, después de tener una reunión con tu jefe, te llegue un mensaje a tu teléfono para preguntarte qué tal fue la experiencia y puedas evaluarla y todo el mundo pueda saberlo?”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.