Deliveroo ya tiene en Madrid sus propias cocinas
La empresa británica no solo reparte comida de restaurantes convencionales: ahora también distribuye la que se prepara a tal efecto. Este servicio está a punto de arrancar en la capital
Deliveroo estrenó el año pasado una nueva vía de ingresos. La compañía británica de reparto a domicilio decidió crear cocinas compartidas y alquilar esos espacios a terceros. Conocidos como restaurantes fantasma o dark kitchens, en esos locales no hay mesas ni sillas, camareros ni jefes de sala: solo cocineros dedicados exclusivamente a preparar pedidos para enviar a domicilio.
La experiencia no ha ido mal. Deliveroo Editions (así han bautizado al servicio) está operativo en Reino Unido, Singapur y, desde este verano, París. La compañía había anunciado que estudiaba la posibilidad de implantar en España este nuevo modelo de negocio.
Según ha podido saber EL PAÍS RETINA, la decisión está más que tomada. El lanzamiento en Madrid será “inminente”, según confirman desde la sede de Londres. Deliveroo cuenta al menos con una nave habilitada cerca del parque del Retiro, en la calle Andrés Torrejón, en lo que anteriormente fue un taller de reparación de vehículos. Aunque todavía no ha comenzado a funcionar, el complejo ya está pintado con los colores corporativos y decorado con el logo del canguro. En el patio del recinto hay una zona aparentemente habilitada como muelle de carga para bicicletas y motos y un parking para velocípedos.
Deliveroo confirma que el mencionado establecimiento es de la firma y se limita a señalar que el servicio Deliveroo Editions tiene previsto arrancar “muy pronto, para el nuevo curso”. La compañía no ofrece por ahora información, sin embargo, sobre la capacidad y características con las que contarán las cocinas. Tampoco aclara si abrirá más centros como ese en Madrid o si desembarcará en alguna otra ciudad española. Todos esos datos se reservan para la presentación oficial “dentro de unas semanas” de Deliveroo Editions España, en la que intervendrá Will Shu, el CEO y cofundador de la compañía.
- En qué consiste
Deliveroo Editions es, en palabras del propio Shu, una de las tres áreas de crecimiento prioritarias de la compañía, junto con la innovación tecnológica y la expansión geográfica. Buena parte del capital levantado en las últimas rondas de financiación se ha dedicado a este proyecto, comentan desde la empresa.
¿En qué consiste exactamente este producto? Deliveroo pone el local para quien le interese con todo lo necesario para ponerse a cocinar, además de una flotilla de repartidores (los famosos riders), y se encarga de preparar campañas de marketing. La ubicación de las cocinas se escoge tras analizar datos socioeconómicos y de hábitos de consumo recolectados por la compañía.
“Editions identifica los tipos de comida que los clientes echan de menos en su zona y trabaja con aquellos restaurantes que destacan para ayudarlos a lanzarse en esas zonas”, anuncia la firma en su web. “Ayudamos a los restaurantes a instalar sus cocinas en un plazo de 8 a 12 semanas, evitando así los altos costes de una ubicación céntrica y concurrida”, destaca también el site.
La compañía defiende, fiel a su filosofía, que este servicio es especialmente indicado para los emprendedores que quieran estrenarse en el negocio de la restauración o comenzar a operar en nuevas zonas, en tanto que se les ofrece un paquete básico con el que arrancar el negocio y les ahorra el fuerte desembolso inicial asociado a abrir un establecimiento. La comida es repartida también por emprendedores, en tanto que los riders deben darse de alta de autónomos para trabajar y ponen su propio vehículo para llevar los pedidos.
- Críticas en Reino Unido
Los medios británicos se han hecho eco de que las instalaciones habilitadas por Deliveroo en Londres para las cocinas compartidas no son precisamente las que utilizaría Ferran Adrià si volviera al negocio. Algunas de ellas se han montado en contenedores de mercancías adaptados sin ventanas, teniendo que trabajar los cocineros con la puerta abierta, según reveló The Guardian.
En el caso descrito, los citados containers, ubicados en un parking bajo el vial de una transitada carretera, cuentan con cocinas industriales y con dos o tres chefs en cada una de ellas. Se preparaba allí comida tailandesa, americana o italiana que se distribuía por la zona de Canary Wharf, la pujante zona de negocios cercana al City Airport.
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