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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un semáforo que llega tarde: el umbral oficial de alerta covid dice que España lleva meses en riesgo

Los datos del indicador de incidencia para cada comunidad autónoma. En la 'newsletter' de Kiko Llaneras

Kiko Llaneras

Buenos días. Vuelvo a escribiros solo del virus en la 'newsletter', porque me temo que la situación sigue complicándose. En España y medio mundo.

La segunda ola lleva meses levantándose en España, pero las medidas más duras se han precipitado ahora. Un ejemplo sintomático es el bienvenido semáforo epidemiológico que el Ministerio de Sanidad y las comunidades han presentado hace pocos días: lo hemos puesto después de saltárnoslo dos veces, una en marzo y otra en agosto.

Las Administraciones han pactado unos indicadores para medir el riesgo en cada región y decidir las actuaciones necesarias. El primero de esos indicadores son los casos que se detectan, la incidencia acumulada (en 14 días y por 100.000 habitantes). El riesgo es “medio” a partir de 50 casos; entre 150 y 250 es “alto”; y por encima es “extremo”. Pues bien, según ese indicador —el semáforo general depende de más variables— hace meses que España estaría en riesgo alto.

Septiembre empezó con seis comunidades en riesgo alto y otras seis en riesgo extremo. Aragón lleva desde finales de julio en rojo fuerte: es la comunidad con más fallecidos confirmados en relación a su población. Cataluña, Navarra, País Vasco y Madrid están en rojo también desde verano. Hace meses que nadie está verde.

La conclusión creo que es clara: si ahora se endurecen las medidas no es porque la situación sea muy diferente —ya era mala— sino porque han cambiado los criterios para juzgarla.

Una señal son las declaraciones del presidente Pedro Sánchez esta semana: ha dicho varias veces que el objetivo es bajar la incidencia de 25 casos. Seguramente es una buena meta para Gobierno y autonomías, ¿pero no debió serlo antes o con más fuerza? España superó ese umbral hace tres meses.

Hasta mitad de verano los mensajes fueron de tranquilidad. Aunque el repunte parecía evidente, el 13 de agosto Fernando Simón dijo en rueda de prensa que “una gran parte” se debía a la capacidad de diagnóstico y que ojalá llegara septiembre “con un nivel de transmisión bajo”. Después hubo altibajos, pero un mes después Simón volvió a hablar de una “estabilización” que no se produjo. También destacó la “baja letalidad” del virus en España, aunque desde verano esa cifra —CFR— es peor que la media europea y somos el segundo o tercer país con más muertes oficiales. El optimismo de Simón llega hasta octubre. Hace apenas dos semanas dijo que “España está probablemente llegando al pico, la estabilización y quizás al descenso de la segunda ola”, aunque por entonces los ingresos ya volvían a subir y desde entonces se han disparado.

El siguiente gráfico muestra ese repunte reciente en cada comunidad, con el semáforo de fondo.

Aragón lleva meses en rojo y ahora mismo triplica el umbral de riesgo “extremo”. También lo doblan País Vasco, Cataluña, La Rioja, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Murcia. Navarra lo cuadriplica. Los niveles son tan altos que Madrid sigue en riesgo extremo después de dos semanas a la baja.

La peor noticia del gráfico es la tendencia. Aunque la situación es mala desde hace tiempo, en la última quincena los casos crecen de forma acelerada. Más deprisa que en verano y en casi todas partes. Este repunte otoñal se observó primero en otros países europeos y es inquietante pensar que sea un efecto del inicio del frio y la creciente vida en interiores.

No se querían semáforos

Desde primavera las autoridades españolas han sido reacias a publicar umbrales cuantitativos que describiesen la situación epidemiológica. No lo hizo el Ministerio de Sanidad, pese a que era una propuesta del plan de desescalada. Entonces se propuso una lista de variables para modular los pasos de fase, o al menos informarlos, pero ese “panel de indicadores” no vio la luz.

Tampoco publicó indicadores el CCAES que dirige Simón, ni la ponencia de salud pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, donde se reúnen Gobierno y comunidades. Hemos sabido luego que en esas reuniones se utilizan umbrales cuantitativos, que desde verano indicaban una situación de ‘alerta roja’, pero que no se difundieron.Sanidad dijo que los indicadores numéricos eran insuficientes para capturar el riesgo en toda su complejidad y que cabía combinarlos con métricas cualitativas y juicio experto. Eso es razonable, claro, pero no justificaba no publicarlos: los indicadores pueden ser una referencia y luego hacerse excepciones y explicarlas caso a caso.

Los semáforos públicos son bienvenidos. Así lo explicaba a EL PAÍS en agosto Miguel Hernán, epidemiólogo de Harvard: “necesitamos desarrollar indicadores cuantitativos —públicos y de metodología transparente— para armonizar decisiones sobre cambios de fase”. Pedía además reforzar el grupo de decisores: "Esto no será posible mientras el grueso de la supervisión técnica siga recayendo sobre pequeños grupos del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas que están siendo consistentemente desbordados".

Coincide la epidemiología Maria Lahuerta, de la Universidad de Columbia: “Soy muy defensora de tener datos cuantitativos e indicadores claros para guiar la respuesta en cualquier epidemia”. Pone un ejemplo cuando le pregunto: “En Nueva York se dijo que se cerrarían los colegios cuando el porcentaje de positivos superase el 3,5% y así lo hicieron en varios distritos. Siguen con solo un 1,4% de positividad. Quién tuviera ahora sus números”. En España la positividad es diez veces peor.

Lahuerta cree que fijar indicadores habría sido útil en la desescalada. Y después: “Tendríamos que haber tenido ‘semáforos’ de monitoreo como los actuales para haber ajustado las restricciones antes y durante el verano y no llegar a la situación actual. Es una pena que hayan llegado tan tarde”.

2. Todos nuestros datos sobre covid-19

Con Daniele Grasso y Borja Andrino:

1 | Factor K: ¿Por qué importa saber dónde nos infectamos? El virus parece transmitirse por ‘clusters’ (unos pocos eventos traen la mayoría de contagios) y eso es trascendental para combatirlo. Uno de los temas que más me ha gustado hacer últimamente.

2 | La situación en los grandes municipios: hay 40 capitales de provincia en niveles de riesgo. Hemos recogido los datos de incidencia uno por uno, para todas las comunidades salvo Galicia y Extremadura, que no ofrecen información mínimamente accesible.

3 | El exceso de muertes desde julio supera los 13.000 fallecidos según el INE. En el último mes fueron 4.000 o 5.000 muertes. Desde ahora vamos a actualizar esa pieza continuamente.

4 | El mapa por zonas de Madrid: puedes buscar tu calle y ver la incidencia. Las cifras en la capital y alrededores siguen a la baja, al menos de momento.

5 | En nuestro resumen semanal, contamos la peor semana de una segunda ola que dura ya meses. Este sábado el siguiente.

3. ¿Quién va ganando en EEUU?

Lo básico: las opciones de Biden siguen estables: alrededor del 83% de probabilidades, por un 16% de Trump. Aproveché para repasar el sendero —estrecho— que le va quedando al republicano. Los pronósticos le dan una opción entre seis de ganar las elecciones. Esas opciones pasan por un puñado de Estados: ¿Qué dicen las encuestas sobre los Estados que (todavía) podrían darle la victoria a Trump?

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Sobre la firma

Kiko Llaneras
Es periodista de datos en EL PAÍS y doctor en ingeniería. Antes de llegar al periódico en 2016 era profesor en la Universitat de Girona y en la Politécnica de Valencia. Escribe una newsletter semanal, con explicaciones y gráficos del día a día, y acaba de publicar el libro ‘Piensa claro: Ocho reglas para descifrar el mundo’.

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