Dolores Delgado, la aspirante se pone la toga de fiscal
Ningún grupo político reclama en el Congreso un cambio en el sistema de elección
El pecado de gubernamentalización no surgió ayer en la comisión de Justicia respecto a la elección del Fiscal General del Estado. Ningún grupo político pidió la modificación del sistema. Quienes rechazaron ayer la candidatura de Dolores Delgado —el PP, Vox y Ciudadanos— se basaron para no considerarla idónea para ese cargo en el hecho de que dejó de ser ministra de Justicia a primeros de enero para pasar a ser nombrada fiscal, previa candidatura al Congreso como diputada del PSOE “dando mítines por toda España”. No hubo debate respecto a que el Gobierno nombre al Fiscal General del Estado.
Ella misma animó a los grupos a que propongan cambios. Delgado glosó los cuatro sistemas que rigen en los países democráticos similares a España; desde la máxima asimilación con el Gobierno hasta el más independiente o un sistema híbrido. “Hablémoslo”, apuntó la exministra. “El sistema es bueno, el modo de elección lo quiso así el constituyente y lo desarrolló el Estatuto del Ministerio Fiscal”, recordó antes de mostrarse dispuesta a hablar de modificarlo. “Si no confían en esta candidata, confíen en el sistema”, pidió Delgado.
Los contrapesos que establece el Estatuto de la propia Fiscalía, incluso para oponerse a cualquier instrucción del Gobierno si no la comparte, deberían ser suficientes para que se disiparan las dudas de la oposición sobre su vinculación con el Gobierno, trató de convencer Delgado.
El examen parlamentario de este jueves era en realidad un trámite: en la comisión de Justicia no hay votación. Delgado hizo profesión de fe en la Fiscalía como institución y proclamó su dedicación pasada, presente y futura a la misma. Las expectativas de los grupos de oposición no se cumplieron del todo ya que no hubo lugar para la controversia al eludir la aspirante a Fiscal General del Estado toda respuesta a la materia por la que fue reprobada en el Congreso. Se limitó a señalar que en el mes de octubre de 2018 dio cuenta en el Congreso “del asunto al que usted se refiere”: en alusión al caso Villarejo.
Fue el portavoz del PP de Justicia, Luis Santamaría, quien sacó el tema: las grabaciones del comisario jubilado José Manuel Villarejo, en prisión desde hace más de dos años. Esas grabaciones, que están “manipuladas” según afirmó el portavoz socialista en esta comisión de Justicia, Pablo Arangüena, que no escatimó elogios a la fiscal y críticas a la oposición, con recordatorios de frases o actuaciones de fiscales Generales del Estado nombrados por el PP. Delgado no se salió en ningún momento de su condición de fiscal. Sus muchas horas en el Congreso como ministra de Justicia, dando cuenta de esas grabaciones en una comida con Villarejo, quedarán en su biografía. Pero como Fiscal General del Estado estará liberada de cualquier implicación judicial por las mismas, aseguró.
Delgado se puso la toga en el lenguaje utilizado, pero también en los propósitos. “El fiscal no puede tener complacencias con el Gobierno”. Así quedó recogido en el diario de sesiones. Ahora solo le queda lo más difícil: pasar de las musas al teatro.
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