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El líder religioso que contrató al imán de los atentados de Cataluña: “Fuera de la mezquita hacía cosas del diablo”

El investigador Fernando Reinares rechaza en la comisión de investigación la teoría de la conspiración sobre el 17-A alentada por sectores de independentismo catalán

El expresidente de la comunidad islámica Annour de Ripoll Ali Yassine, durante su comparecencia este martes en la comisión de investigación de los atentados de Cataluña.
Óscar López-Fonseca

“Paranoico”, “un lobo”, “hacía cosas del diablo”, “impostor”... El testimonio de los dos comparecientes que han acudido este martes a la comisión parlamentaria de investigación sobre los atentados de Cataluña de 2017 ha dado numerosas pinceladas sobre el complejo perfil del imán Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll (Girona) que lideró la célula yihadista que perpetró los ataques de Barcelona y Cambrils. Ali Yassine, expresidente de la comunidad islámica Annour de Ripoll y que fue quien contrató como imán para la mezquita a Es Satty ―muerto horas antes de los atentados al estallar accidentalmente el explosivo que preparaba― ha asegurado a los diputados que nunca sospechó de la ideología radical de este: “Dentro de la mezquita daba la cara buena, pero afuera era un lobo, hacía cosas del diablo”.

Antes que él había comparecido Fernando Reinares, investigador y exdirector del programa sobre radicalización violenta y terrorismo global en el Real Instituto Elcano, quien ha insistido en que, durante su estancia en prisión para cumplir una condena por narcotráfico, Es Satty potenció “su cariz de impostor” y se esforzó en no levantar sospechas hasta ser capaz de “engañar” a los miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que acudieron a visitarle para captarle como fuente. En su intervención, Reinares ha refutado con numerosos datos la versión defendida por parte del independentismo catalán de que aquellos ataques, que costaron la vida en agosto de aquel año a 16 personas y heridas a más de cien, fueron permitidos por el servicio secreto para hacer fracasar al procés.

Yassine, que cuando se cometieron los ataques era el responsable de la mezquita de Ripoll donde terminaría ejerciendo como imán el cabecilla de la célula yihadista, ha asegurado que nunca sospecho “nada” de Es Satty mientras dirigió los rezos de la comunidad. “Todo lo que hacía era perfecto. Lo que hacía mal es fuera [de la mezquita], pero dentro no recibimos ninguna queja”, ha asegurado antes de afirmar que, si él le hubiera escuchado entonces lanzar proclamas radicales, hubiera avisado a la policía. Y ha asegurado que durante los “ocho o nueve meses” que Es Satty estuvo trabajando en esta comunidad islámica, recibieron en varias ocasiones la visitas de agentes de los Mossos d’Esquadra y de la Policía Nacional que le preguntaron generalidades sobre el ambiente, pero nada en concreto sobre el imán.

Yassine se ha quejado de que las fuerzas de seguridad no le hubieran informado en aquel momento de que Es Satty tenía antecedentes por narcotráfico y que, incluso, se había visto salpicado en alguna investigación antiyihadista. “Si lo llegamos a saber no lo contratamos”, ha dicho. El exlíder musulmán de Ripoll ha insistido en responsabilizar exclusivamente al imán de la radicalización de los otros integrantes de la célula, jóvenes de Ripoll con vínculos de sangre y de amistad entre sí. “¿Qué les faltaba a estos chicos para hacer esto?”, se ha preguntado para responderse a continuación: “No hay ninguna explicación”. Yassine sí se ha lamentado de que la familia y el entorno de estos no avisaran del radicalismo en el que habían caído. “Por lo menos nos tenían que haber avisado a la junta de la comunidad; nosotros hubiéramos avisado a la policía”, ha dicho.

El investigador yFernando Reinares, durante su comparecencia en la Comisión de Investigación sobre los atentados de Barcelona y Cambrils, este martes en el Congreso.

Antes había respondido a las preguntas de los diputados, Reinares, quien ha incidido en que la célula de Ripoll que cometió los atentados no solo se inspiró en las acciones y la propaganda del Estado Islámico, sino que mantuvo algún tipo de vínculo más profundo con esta organización terrorista. El experto ha recalcado que la decisión de atentar en Cataluña no tiene sus raíces en cuestiones internas como apuntan los sectores independentistas que alientan la teoría de la conspiración, sino que “se puede explicar como una venganza” porque España había contribuido a la lucha contra el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) en Siria e Irak.

Reinares, en línea con el estudio que publicó en enero de 2022 en la revista Perspectives on Terrorism, de la Universidad de Leiden (Países Bajos), ha destacado la personalidad manipuladora del imán Abdelbaki Es Satty y que se esforzó en no levantar sospechas. Y añadido que, en línea con ello, cuando estuvo en prisión, llegó a mostrar su disposición a colaborar con el CNI únicamente para evitar que, cuando fuera excarcelado, se le expulsara de España. Cuando fue puesto en libertad, Es Satty se instaló en Ripoll y organizó la célula que cometió los atentados.

A preguntas de los diputados, el experto en yihadismo ha detallado las tres deficiencias que facilitaron que los yihadistas perpetraron los atentados de Cataluña. Reinares ha recalcado que no hubo colaboración ciudadana que alertase a la policía de la deriva radical que llevaban tiempo experimentando los integrantes de la célula, en línea con lo que después ha apuntado Yassine. También ha resaltado que el intercambio de información “entre todas las fuerzas de seguridad con competencias antiterroristas en Cataluña estaba por debajo de lo óptimo” en aquel momento. Y, por último, ha señalado que esta última deficiencia también afectó a la colaboración con policías de otros países, lo que impidió, en su opinión, prestar más atención a Es Satty, cuya actividad radicalizadora ya había sido detectada en Bélgica. “Hubiera permitido acercarse mucho más a este individuo y su entorno”, ha incidido.

En este sentido, en otro momento de su intervención, Resines ha recordado que en mayo de 2017, solo unos meses antes de los atentados de Cataluña, el Centro Nacional de Contraterrorismo (NCTC, en sus siglas en inglés) de Estados Unidos compartió con Mossos, Policía y Guardia Civil una información que alertaba del riesgo de un ataque yihadista, en verano, en lugares turísticos de Barcelona, especialmente La Rambla, a partir de una “comunicaciones interceptadas” posiblemente con origen en Siria o Irak, entonces sede del califato del autodenominado Estado Islámico. El aviso, ha recalcado, coincidió en el tiempo con la fase final de preparación de los ataques: ese mes de mayo, Es Satty dejó la mezquita de Ripoll, sus lugartenientes en la célula informaron al resto de los integrantes de los planes y todos ellos empezaron a movilizar los recursos necesarios para atentar y a distanciarse de sus familias en un viaje que no tendría retorno.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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