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PSOE y ERC despejan los obstáculos

El Gobierno ultima su oferta final a los republicanos para intentar una investidura exprés

Desde la izquierda, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián; la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, y el diputado del PSOE Rafael Simancas, en la reunión que mantuvieron el pasado 17 de diciembre. En vídeo, declaraciones este sábado de la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo.Vídeo: EFE / EFE
Carlos E. Cué

Ya ha pasado lo más difícil. El PSOE y ERC se han quedado aparentemente sin obstáculos para alargar más una negociación que ha vivido varios momentos en los que parecía que podía cerrarse y siempre se posponía. Dos de los elementos clave ya se han producido. El primero, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la UE sobre Oriol Junqueras, a quien reconoce que adquirió la condición de eurodiputado en junio. El segundo, el congreso de los republicanos, cuya celebración condicionaba la negociación sobre la investidura de Pedro Sánchez la semana pasada, ha concluido de forma mucho más tranquila de lo esperado.

Desde el miércoles, cuando se produjo la última crisis tras las palabras de José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE, en las que daba por hecho que ERC renunciaba a la vía unilateral, se han multiplicado las conversaciones, según fuentes de la negociación. A todos los niveles. La interlocución habitual es entre Adriana Lastra y Gabriel Rufián y entre Carmen Calvo y Pere Aragonés, pero en esta fase final todo se ha cruzado y el hombre fuerte de ERC también está hablando ocasionalmente con el presidente, Pedro Sánchez, que está volcado de lleno con el equipo negociador socialista y ha despejado su agenda para concentrarse en este asunto prioritario.

Sánchez es, según varias fuentes socialistas, quien más está empujando para que su investidura sea cuanto antes porque sabe que esperar puede complicar las cosas. Los republicanos han aceptado finalmente la idea de una investidura exprés en plenas Navidades, pero mientras el PSOE intentaba apurar al máximo los plazos y organizar un pleno el 27 y 28 de diciembre con una última votación el 30, desde ERC han insistido en que ellos necesitan más tiempo para convocar a sus órganos de dirección y prefieren la opción, también inédita y particular, de hacerla el 2 de enero y con una votación final el 5, domingo y víspera de Reyes.

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Este domingo por la noche seguía la discusión intensa entre el PSOE y ERC para cerrar definitivamente el acuerdo y con él poder planificar la investidura. En el Gobierno ya hay varios dirigentes que han suspendido sus vacaciones.

Todas estas fechas son inauditas para un pleno tan especial como el de la elección de un presidente, algo que nunca se había hecho de forma casi clandestina en plenas Navidades. Pero todo en esta negociación entre el PSOE y ERC está siendo muy particular y parece siempre en un equilibrio tan precario que ninguna fórmula de salvar obstáculos sorprende a los negociadores. Estos llevan semanas dándole vueltas a cómo encajar un puzle que va cuadrando por la gran voluntad de Sánchez de ceder lo necesario para tener una investidura y la clara decisión de Junqueras, el líder de ERC, de buscar un acuerdo que sirva para recomponer la situación política en Cataluña y buscar un cambio de ciclo. Esa nueva fase podría acabar, si todo va bien para los republicanos y las encuestas tienen razón, con ERC al frente de la Generalitat y tal vez con un acuerdo en el eje de la izquierda que deje a sus incómodos socios y a la vez eternos rivales de Junts per Catalunya al margen.

En el PSOE creen que precisamente el congreso de ERC ha servido para demostrar que también la militancia de este partido, a la que todo el mundo político teme por sus antecedentes de votar contra la dirección, está a favor de este nuevo tiempo en el que los socialistas están dispuestos a aceptar la creación de una mesa de Gobiernos específica, buscando un complejo encaje jurídico, para reanudar el diálogo político sobre Cataluña interrumpido en febrero, cuando los independentistas tumbaron los Presupuestos que el PSOE había pactado con Unidas Podemos.

ERC ha planteado un último obstáculo, pero los socialistas creen que no será difícil salvarlo: el escrito de la Abogacía del Estado sobre la situación de Junqueras después de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, que muy probablemente se presentará hoy mismo. Ese escrito se estaba ultimando ayer, pero el Gobierno insiste en que irá en una línea clara que no supondrá un nuevo problema. Por un lado, dicen, la Abogacía del Estado no pondrá en un compromiso al Tribunal Supremo, porque el Ejecutivo entiende, como ya dijo públicamente, que la resolución de Luxemburgo no afecta al fondo de la sentencia del procés. Pero por otro sí reconocerá, como dice Luxemburgo, que a Junqueras se le vulneraron derechos. En el Ejecutivo insisten en que la Abogacía ya pidió en junio que Junqueras pudiera salir de prisión para recoger el acta. Ahora la argumentación jurídica será diferente, porque el líder de ERC ya no está en prisión preventiva sino cumpliendo condena por sentencia firme, pero el fondo será similar.

Resuelto todo lo demás, el asunto vuelve al corazón de la negociación, esto es, la mesa entre Gobiernos. El PSOE le ha dado muchísimas vueltas a la oferta final a ERC, que tenía ayer lista y que ha hablado con los republicanos en decenas de ocasiones, para encontrar un instrumento que permita la negociación bilateral que ERC pide —“de igual a igual”, es el término que usa el grupo de Junqueras— pero se enmarque en los mecanismos constitucionales vigentes.

ERC presiona al PSOE hasta el final para lograr una posición mejor con la que enfrentarse a Carles Puigdemont, el expresident prófugo en Bruselas, ahora crecido porque está a punto de ser reconocido como eurodiputado. Puigdemont y Junqueras han llegado a una especie de pacto de no agresión durante la negociación. Pero cuando se acerquen las elecciones catalanas Junts per Catalunya usará cualquier debilidad del pacto como material contra ERC. Por eso los republicanos necesitan un buen acuerdo. Todo indica que están a punto de lograrlo si no lo han hecho ya.

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